Éste invierno pasado les puse por primera vez agua y comida en el jardín de atrás, donde las traviesas, y todos los días podía verlos, a todas horas, desde la cocina y el salón. Venían carboneros, gorriones, mirlos y petirrojos, sobre todo. Muy bonito, me encantaba ver como se bañaban, interactuaban entre ellos... También les puse un par de cajas nido, a ver si anidaban, pero parece ser que no fueron de su agrado, porque no las ocuparon. A mí no me hacían muchas chapuzas. El mirlo alguna sí, porque se comió todos los frutos del acebo, y me esparcía por ahí todas las cortezas de pino buscando insectos bajo ellas. Pero se lo perdono, porque me dieron muchas alegrías. Al llegar el buen tiempo les quité los comederos (el agua no), porque se trata de ayudarles a pasar el invierno, que puede ser duro para ellos, pero no de alimentarles hasta el punto de que luego no sean capaces de hacerlo por sí mismos. Los lavé bien y los guardé hasta que llegue el frío de nuevo. Si a alguien le gustan las aves, se lo recomiendo.