CALENDARIO DE CULTIVO DE CACTUS Y OTRAS SUCULENTAS Primavera Algunas especies comienzan este periodo con la floración, entre ellas destacan Neoporterias y Echinocereus, algunas Mammillarias, Gymnocalycium y Rebutias entre los cactus, y, algunas Euphorbia, Pachypodium y Asclepiadaceas entre las demás suculentas. Se trata de un periodo en el que el tema del riego se debe vigilar mucho, ya que las fluctuaciones de temperaturas entre el día y la noche alcanzan amplios rangos. Se puede comenzar a regar a mediados de primavera, si el tiempo lo amerita, o si se puede observar un crecimiento en los ejemplares. No se debe abonar en este primer riego. Es importante mencionar que siempre se debe esperar a que el sustrato esté completamente seco. Ante la duda de si regar o no hacerlo, es mejor pecar por falta que por exceso. Una vez que las raíces disminuyen su sensibilidad provocada por una época de sequedad, lo que significa luego del primer riego, se puede comenzar a abonar en forma suave, con algún abono que tenga un bajo contenido de Nitrógeno. Si la temperatura media diaria ronda los 20-25 ºC, y si por las noches ésta no baja demasiado, se puede comenzar con las labores de transplante, con los semilleros, el esquejado y los injertos. A finales de primavera la gran mayoría de las especies estarán ya en pleno crecimiento, sin embargo, si hay alguna que a simple vista parezca no crecer, lo mejor será revisarla a fondo con el fin de detectar alguna posible plaga, enfermedad o trastorno que inhiba su crecimiento. Verano Durante el verano las plantas se encuentran en pleno crecimiento, razón por la cual requieren de un riego y abonado con la regularidad propia para cada especie. En estos meses se pueden continuar con las labores de transplantes y semilleros, siempre y cuando las temperaturas no superen los 30 º C, o bien, que las plantas sometidas a estas labores no se encuentren situadas directamente a la radiación solar, debido a que se pueden dañar las especies. En los meses más calurosos de esta estación algunas especies sensibles, en especial los híbridos y los cultivares creados por el hombre, ralentizan o detienen totalmente su crecimiento. Si no hay crecimiento no hay necesidad de agua de riego, conocer esta premisa es esencial, ya que con el calor la superficie del substrato se secará, lo que nos hará pensar en la necesidad de riego, sin embargo las raíces no la estarán absorbiendo, lo que con el tiempo podría provocar problemas de podredumbre y arriesgaría los ejemplares más sensibles. Algunos géneros como el de las Euphorbia y los Lithops, detienen su crecimiento en presencia de calor excesivo, por lo que conviene tenerlos apartados y no regarlos tanto cuando se presenten estas condiciones de temperaturas extremas. A fines de verano se debe disminuír la frecuencia de los riegos y abonados, en la medida en que las temperaturas bajen. Se pueden hacer injertos y esquejes de plantas que enraícen rápido antes de que finalice la estación. Los semilleros deben limitarse a plantas cuya geminación requiera o tolere temperaturas mayores, como los géneros Aloe, Hawortia y Mesembrianthemum. Otoño Se debe prestar especial cuidado con la combinación riegos-bajas temperaturas. Para regar se eligen de preferencia los días más soleados, para lo que es conveniente vigilar el pronóstico del tiempo, que si bien no son muy exactos, al menos pueden dar una noción acerca de lo que depara el tiempo en esta cambiante época del año. Para regar es conveniente hacerlo durante la mañana, y si se desea abonar es recomendable hacerlo con algún producto rico en potasio con la finalidad de favorecer la floración que acontecerá durante la primavera siguiente. No es conveniente hacer injertos, ya que ni el injerto no el porta injertos tendrán el tiempo suficiente para establecerse correctamente, aunque si se cuanta con un invernadero que ofrezca temperaturas de alrededor de 25 º C se pueden seguir haciendo. Si se desean realizar semilleros puede hacerse si se cuenta con algún lugar adecuado con las condiciones de humedad y calor adecuados, lo que puede lograrse de un modo fácil, por ejemplo, con una ampolleta de 60 Watts. Es conveniente que entre los últimos riegos se incorpore algún insecticida sistémico para prevenir alguna posible plaga o bien combatirla en el caso en que ésta se haga presente. Con el mismo objetivo es conveniente revisar las plantas con regularidad, debido a que es en ésta época en que se incrementan los ataques protagonizados por caracoles, babosas y gusanos. Muchas especies de Mesembrianthemum, entre ellos, los Lithops, crecen y florecen, por lo que es conveniente regarlos y abonarlos en ésta época, teniendo especial cuidado en los excesos, debido a la susceptibilidad de éstos a resquebrajarse o podrirse. Invierno Durante estos meses se deben mantener las plantas en seco. Con la llegada del frío detienen su crecimiento y comienzan a suberizar, lo que significa un proceso de endurecimiento con una fisiología totalmente distinta a la lignificación de otras plantas (por ejemplo las ramas leñosas de los arbustos), y en la que no entra en juego la lignina sino otros compuestos distintos. Si no se posee un lugar con calefacción no es conveniente realizar semilleros, esquejes ni injertos. No porque en esta época las plantas descansen se deben olvidar los cuidados ni los controles rutinarios, especialmente aquellos que apuntan a las primeras apariciones de plagas o enfermedades. Es en ésta época en que algunos géneros comienzan su crecimiento, como es el caso de los Aeonium, por lo que deben vigilarse los requerimientos de las especies que denotan algún tipo de crecimiento o desarrollo.