Historias de un entomólogo aficionado en Benimamet

Tema en 'Insectos para identificar' comenzado por MOhon, 16/11/09.

  1. MOhon

    MOhon Entomologo aficionado

    Bueno, inicio este post como preludio de un blog sobre esas historias de entomologo aficionado que cada uno tenemos.
    Aqui podreis contar anecdotas o curiosidades sobre vuestras propias aventuras en el bicheo, tanto fotografico como de coleccion.
    Importate comentaros a los coleccionistas que no hay que matar todo lo que pilles y trata de pillar solo aquellas especies abundantes. Las fotos no hacen daño, pero si retiras individuos de especies escasas, luego nadie las podrá fotografiar.
    Poco a poco ire mencionando las especies que en este entorno tan deteriorado como es Benimamet en Valencia resultan aún abundantes y hasta divertidas.
    Hay va la primera historia.

    Historias de un entomólogo aficionado en Benimamet​
    En mi coleccion insectario sobre la fauna de Benimamet nunca espere encontrar otra mantidae que no fuera Mantis religiosa, que por los herbazales y los campos en barbecho es muy abundante porque asi lo son también sus presas, sobre todo Eyprepocnemis plorans, Acrida ungarica, Phaneroptera nana, Anacridium aegyptium y Aerotylus insubricus (o ¿Acrotylus insubricus?). Con mucha suerte, pense, ya que por aqui hay terreno de secarral y es un poco como una colina, tal vez encontrase Empusa pennata, de la fam. Empusidae, que cuando vine a vivir aqui me encontre en un huerto abandonado.
    Una noche de Septiembre, bajando a los perros, vi a un gato jugueteando con un bicho. El bicho era grande, y el gatico se lo estaba pasando en grande porque con cada zarpazo, el insecto levantaba sus alas y se ponia agresivo. No tenia ninguna posibilidad de sobrevivir al felino. Al acercarme, el gato vio a los perros, solto de sus fauces al bicho y en dos saltos se alejo. Cual fue mi sorpresa cuando al llegar junto al bicho me di cuenta de que era una mantidae, y no una cualquiera, si no Iris oratoria. La pobre, que todavia extendia sus alas amenazadoras, tenia el andomen abierto y dos patas rotas. No duraria mucho. Es ley natural.
    Como ya estaba muerta pues la pinche para el insectario, pero de haber estado bien, la hubiera soltado, que asi, en años venideros huebieran aparecido mas, pues yo recojo de lo que abunde, y lo raro lo dejo para que tenga su oportunidad.
     
  2. Isidro

    Isidro Amo la biodiversidad

    Mensajes:
    61.564
    Ubicación:
    Zaragoza - zona 8b
    Re: Historias de un entomologo aficionado en Benimamet

    Lo correcto es Acrotylus insubricus. Empusa pennata, que de crío era uno de mis EGV (vi mi primera en Villarluengo hace tan solo nueve años), ha demostrado ser posiblemente incluso más común que Mantis religiosa. Iris oratoria es también bastante común, pero parecieron concentrarse sobre todo en el año 2007, en ese año vi como seis o siete Iris en diferentes lugares y momentos del año. Recuerdo el día que vi mi primera Iris oratoria. Fue en el 2005. Yo trabajaba en una finca en Mediterráneo 2005, entre Peñíscola y Benicarló, y poco más de una vez al mes me iba una semana a mi casa para ver a los míos, cuidar mis cactus, etc. Iba en autocar que hacía una parada en no me acuerdo qué pueblo de Castellón. En esa parada la gente se bajaba, estiraba las piernas, se iba a un bar o se fumaba un cigarro, yo lógicamente me daba una vuelta por una minipendiente con hierbajos que había al lado. Sin encontrar nada allí, volviendo al autocar, en un tronco de uno de esos árboles-palito que plantan en las calles (tronco no superior a unos cuatro o cinco cm. de diámetro), reposaba un macho de Iris oratoria en fase parda. Ya no coleccionaba insectos entonces, pero las especies que me parecían más interesantes y que me faltaban, aún las añadía de tanto en tanto. Eso pensaba hacer con ese macho de Iris oratoria, pero él tenía otras ideas. Llevaba en la mochila un bote de galletitas saladas y tuve que comérmelas todas a toda prisa :11risotada: para poder meter a la mantis. Hice unos agujeros en la tapa del bote por los que apenas cabría una lombriz.... Al rato saco el bote para mirar la mantis y ha desaparecido por arte de magia. Seguramente se quedó dentro del autobús...

    Luego vi otra, también macho en fase parda, en 2006 que vino a la luz en la misma finca de cerca de Peñíscola. Ésta me dejó ver sus alas, cuando se asustó de mi presencia. Tenía la cámara de fotos en el taller y no pude afotarla, lo que me dio una rabia tremenda, pues hubiese matado por hacer una foto de una con las alas abiertas. No la cogí (A día de hoy me sigue faltando la Iris en la colección... pero es que ya no aumento la colección de insectos reales, sustituyéndola poco a poco por colección de fotos propias de insectos).

    En 2007 vi mi tercera Iris oratotia. Y la primera en color verde. Un macho también. Éste acababa de salir de su última muda, en un altozano con pincarrascos en el Burgo de Ebro. tenía la punta de las alas anteriores arrugada, y las alas posteriores eran todavía completamente verdosas, sin las marcas de arcoiris tan típicas de la especie. (Para los que no sepan de qué hablamos: es mi avatar). Busqué la muda como loco por todos los sitios cercanos a la mantis, pero no la encontré. Al menos por fin conseguía la foto de una Iris oratoria, pero recién emergida no tenía tanta gracia. Mi acompañante se la llevó y la puso en un terrario esperando que se terminase de secar y extender sus alas (aunque se dedica a coleópteros, también a veces coge algún que otro ortopteroideo interesante.... gracias a lo cual redescubrió una especie que se daba por extinta desde 1902 (creo) y que quiero ir a buscar el año que viene) pero murió sin conseguirlo, de modo que yo no pude obtener la foto del ejemplar ya desarrollado y a ser posible abriendo sus alas amenazadoramente.

    Todo se arregló cuando al año siguiente, el año de Iris oratoria, vi esta especie en Perdiguera, en los Montes de Torrero, en el Tomillar de Alfés, en el Burgo de Ebro (otra vez), etc. De hecho las de Perdiguera fueron las primeras y pásmate que había dos hembras (mis primeras hembras) una a pocos metros de la otra, una en verde y la otra en marrón. Pude hacer una foto de ambas juntas (aunque el foco no salió muy bien) y la verde con las alas extendidas en postura de defensa total, pero le faltaba medio brazo y tenía un corte en un ala (resultado de pelea con otra mantis?) por lo que cuando vi la de Torrero sustituí esa foto por tres diferentes de la mantis con las alas abiertas.
     
  3. MOhon

    MOhon Entomologo aficionado

    Re: Historias de un entomologo aficionado en Benimamet

    Las Mantis religiosa son uno de los insectos que más me fascinó durante los años de colegio.
    Cuando viviamos en Oviedo, para ir al colegio de la Eria habia que atravesar unos hondos terraplenes de arcilla. Al final, los niños teniamos que girar a la derecha, subir hasta zona asfaltada y ya llegabas a la entrada.
    Si, en cambio, girabas a la izquierda, seguias bajando por una antigua mina de arcilla. La castañada y las fresas se habian adueñado del socavón pero aún se podía pasar.
    Los niños nos deteniamos antes de pasar al otro lado porque habia un familia de gitanos que vivia en los solares de por alli, y ya se sabe lo que los niños se inventan de los gitanos: que si te raptan y te crian con ellos, y acabas viviendo como feriante o vendedor ambulante.
    Los demás chiquillos se daban la vuelta.
    A mi me la soplaba. Yo seguía observando las plantas, las capas de arcillas rojas, verdes, grises. Luego, unas hortigas de un metro de altas. Después, unas zarzas sucias por la melaza de los pulgones. De pronto, allé estaba, una Mantis religiosa con una mariposa en las garras, ¡¡y merendandosela!!
    En una ocasión, al final de mis años escolares, vi una enorme mantis oscura agarrar a dos saltamontes a la vez. Ahora ya se que se trataba de dos Eyprepocnemis Plorans, uno de sus platos preferidos, pero entonces me dejo fascinado hasta el dia de hoy.
     
  4. MOhon

    MOhon Entomologo aficionado

    Re: Historias de un entomologo aficionado en Benimamet

    Hace unos meses, sobre Abril, encontre unas lentejitas brillantes sobre diversas plantas y de diversa maneras.
    En unos altisimos cardos salvajes, que me superaban en altura, estaban sobre el arranque de las hojas, al abrigo de tricomas y púas, y en las hendiduras de sus nervados tallos, conversando unas con otras, me parece.
    En unas malvaceas de porte bajo, flores rosadas y tallos peludos, descansaban las patitas plantadas tanto en el haz como en el envés de las hojas, y parecia que se pegaban comcon cianocrilato a la superficie, ¡vaya!. No era sencillo separar esas lentejitas sin herirlas.
    Una aparecio algo despistada sobre los nudillos de mi mano derecha justo cuando iba a pillar un Dicranocephalus albipes, al cual sólo queria verle la sonrisa, y la dichosa lentejita salió corriendo dedos arriba alcanzando al instante el final de los mismos y lanzándose al vacio al ya no haber mas dedo. Desapareció entre las ramitas muertas y las hojas de gramineas varias sin dejar rastro o huella.
    Y para colmo, cual fue mi sorpresa cuando al incidir sobre sus élitros la luz del Sol, refulgian dos lineas plateadas.
    A lo mejor a alguien se le han ocurrido algunos posibles animalitos parecidos y yo deberia después de todo buscar lectura, información y más imégenes de Cassida nobilis, mi lentejita, porque fue un descubrimiento y porque no sabía nada de estas Chrysomelidae.
    De hecho hacia muy poquito que con Chrysolina Bankii había tomado conciencia de este grupo de escarabajos, tan abundante y variado.
     
  5. MOhon

    MOhon Entomologo aficionado

    Re: Historias de un entomologo aficionado en Benimamet

    Creo que todos estareis de acuerdo conmigo cuando digo que el mejor momento al ir a algún sitio para bichear es cuando de pronto, de entre las hierbas, flores u hojarasca, aparece un nuevo bicho. Uno que no habías visto anteriormente en vivo. Uno que puede que ni siquiera sea raro o especial, o que no sea bonito, espectacular y llamativo. Tan solo es un nuevo bicho.
    Inmediatamente, se te acelera el pulso, la respiración se te entrecorta, y, sin apartar la vista de tu nuevo objetivo, buscas la cámara nervioso, te realentizas como en una repetición de la jugada, te aproximas lo máximo que puedes, y ¡¡zas!! lo fotografías a toda prisa.
    Si el bicho se porta bien y no huye porque un tipo barbudo lo mire fijamente con 2sabe quien" intenciones, vas y le haces más fotos, todas las que puedes, hasta que o se va o ya lo tienes cazado.
    Pues hoy me ha pasado. El bicho era una Psacasta tuberculata. Un bicho rechoncho, pequeño, feo y muy poco vistoso. Es tan feito y anodino que fácilmente lo puedes confundir con la cagarruta de una lagartija. Pero al verlo y reconocerlo, casi grito. No me lo podía creer. Realmente estaba convencido de que a 20m de mi casa, en un solar de las Cuevas Carolinas, no me lo encontraría nunca.
    Un saludo a esos bicholocos que con las cositas nimias disfrutan más que un niño con una piruleta.