Re: Historias de Navidad 3 de marzo San Emeterio y SAN Celedonio Mártires (s. III) El poeta hispano Prudencio recogió en verso los relatos de la muerte de Emeterio y Celedonio. Calahorra está unida a estos soldados por el hecho de su martirio y quizás también por ser el lugar de su nacimiento. Otros señalan a León como cuna por los libros de rezos leoneses -antifonarios, leccionarios y breviarios del siglo XIII- al interpretar «ex legione» como lugar de su proveniencia, cuando parece ser que la frase latina es mejor referida a la Legión Gemina Pia Felix a la que pertenecieron y que estuvo acampada cerca de la antigua Lancia, hoy León, según se encuentra en el documento histórico denominado "Actas de Tréveris" del siglo VII. En la parte alta de Calahorra está la iglesia del Salvador -probablemente en testimonio perpetuante del hecho martirial- por donde antes estuvo un convento franciscano y antes aún la primitiva catedral visigótica que debió construirse, según la costumbre de la época, junto a la residencia real, para defensa ante posibles invasiones y que fue destruida por los musulmanes en la invasión del 923, según consta en el códice primero del archivo catedralicio. No se conocen las circunstancias del martirio de estos santos; no las refiere Prudencio. ¡Qué pena que el emperador Diocleciano ordenara quemar los códices antiguos y expurgar los escritos de su tiempo! Con ello intentó, por lo que nos refiere Eusebio, que no quedara constancia ni sirviera como propaganda de los mártires y evitar que se extendiera el incendio. Tampoco hay en el relato nombres que faciliten una aproximación. ¿Fue al comienzo del siglo IV en la persecución de Diocleciano? Parece mejor inclinarse con La Fuente por la mitad del siglo III, en la de Valeriano, contando con que algún otro retrotrae la historia hasta el siglo II. Cierto es que Prudencio nació hacia el 350, deja escrita en su verso la historia antes del 401, cuando se marcha a Italia, hablando de ella como de suceso muy remoto y no debe referirse con esto al tiempo de Daciano (a. 304) porque esta época ya fue conocida por los padres del poeta. Es bueno además no perder de vista que el narrador antiguo no es tan exacto en la datación de los hechos como la actual crítica, siendo frecuente toparse con anacronismos poco respetuosos con la historia. El caso es que Emeterio y Celedonio -hermanos de sangre según algunos relatores- que fueron honrados con la condecoración romana de origen galo llamada torques por los méritos al valor, al arrojo guerrero y disciplina marcial, ahora se ven en la disyuntiva de elegir entre la apostasía de la fe o el abandono de la profesión militar. Así son de cambiantes los galardones de los hombres. Por su disposición sincera a dar la vida por Jesucristo, primero sufren prisión larga hasta el punto de crecerles el cabello. En la soledad y retiro obligados bien pudieron ayudarse entre ellos, glosando la frase del Evangelio, que era el momento de «dar a Dios lo que es de Dios» después de haberle ya dado al César lo que le pertenecía. Su reciedumbre castrense les ha preparado para resistir los razonamientos, promesas fáciles, amenazas y tormentos. En el arenal del río Cidacos se fija el lugar y momento del ajusticiamiento. Cuenta el relato que los que presencian el martirio ven, asombrados, cómo suben al cielo el anillo de Emeterio y el pañuelo de Celedonio como señal de su triunfo señero. Muy pronto el pueblo calagurritano comenzó a dar culto a los mártires. Sus restos se llevaron a la catedral del Salvador; con el tiempo, las iglesias de Vizcaya y Guipúzcoa con otras hispanas y medio día de Francia dispusieron de preciosas reliquias. Junto al arenal que recogió la sangre vertida se levanta la catedral que guarda sus cuerpos. Hoy Emeterio y Celedonio, los santos cantados por su paisano Prudencio, y recordados por sus compatriotas Isidoro y Eulogio son los patronos de Calahorra que los tiene por hermanos o de sangre o -lo que es mayor vínculo- de patria, de ideal, de profesión, de fe, de martirio y de gloria.
Re: Historias de Navidad Origen del Miércoles de Cenizas El "Miércoles de Ceniza" marca el comienzo de la Cuaresma, sin embargo, históricamente este día, con su connotación litúrgica y espiritual, no aparece hasta el siglo XI. En el Antiguo Testamento ya se usaba la ceniza con carácter penitencial. Así lo entendieron y emplearon también los primeros cristianos en casos de pecadores notorios. La costumbre de distribuir las cenizas no se originó en Roma, sino en las liturgias galicana y mozárabe, cuando los penitentes la recibían al entrar en orden penitencial. La práctica adquirió popularidad con el tiempo. Sin embargo, fue el papa Urbano II, en 1091, quien mandó imponer las cenizas en las cabezas de los fieles el miércoles anterior al primer domingo de Cuaresma. Esto dio origen al Miércoles de Ceniza. Al imponer las cenizas, después de la homilía, el ministro cita la frase bíblica: "Eres polvo y al polvo tornarás" (Gn 3,19). La Cuaresma se inicia con el Miércoles de Ceniza y dura hasta el Domingo de Ramos según unos, hasta el Jueves Santo según otros; en la enumeración de "cuarenta" días unos computan los domingos y otros no. Para el hispano -sobre todo para los mexicanos- es éste uno de los días más significativos. Virgilio Elizondo, en su libro Galilean Journey, explica cómo el Miércoles de Ceniza no es principalmente para los mexicanos ni el principio de la Cuaresma ni el inicio de una serie de sacrificios, sino una renovación cúltica de comunión con la Madre Tierra, porque la Tierra ha sido siempre sagrada para el mexicano y quiere mantener una identidad fundamental con ella. Ese miércoles casi todas las iglesias se llenan de fieles y al final del acto, algunos feligreses mexicanos piden que se les dé algo de ceniza para imponérsela ellos mismos a los enfermos que no han podido asistir a la celebración. Tenemos en esta práctica religiosa un ejemplo de la simbiosis ecuménica que los hispanos están originando en este país de acogida. Algunas confesiones cristianas que no celebraban el Miércoles de Ceniza lo están implantando para, de este modo, complacer la demanda espiritual de los latinos.
Re: Historias de Navidad 4 de Marzo San Casimiro de Polonia (año 1484) En su idioma, el polaco, Casimiro significa: "el que impone la paz". (Kas = imponer, Mir = paz). Casimiro nació en 1458 en Cracovia. Era el tercero de los trece hijos de Casimiro, rey de Polonia. Muchos santos han salido de familias muy numerosas, y de esta clase de familias llegan a la Iglesia Católica excelentes vocaciones. Su madre Isabel, hija del emperador de Austria, era una fervorosa católica y se esmeró con toda el alma porque sus hijos fueran también entusiastas practicantes de la religión. Ella en una carta a una amiga hace una formidable lista de las cualidades que debe tener una buena madre, y seguramente que esas cualidades fueron las que practicó con sus propios hijos. Y además de la educación que le dieron sus padres, Casimiro tuvo la gran suerte de que el rey le consiguió dos maestros que eran buenísimos educadores. El Padre Juan y el profesor Calímaco. El Padre Juan era Polaco y dejó fama de ser muy sabio y muy santo, pero su mayor honor le viene de haber sido el que encaminó a San Casimiro hacia una altísima santidad. El Profesor Calímaco era un gran sabio que había sido secretario del Papa Pío II, y después estuvo 30 años en la corte del rey de Polonia ayudándole en la instrucción de los jóvenes. Calímaco dijo: "Casimiro es un adolescente santo", y el Padre Juan escribió también: "Casimiro es un joven excepcional en cuanto a virtud". Claro está que no basta con recibir una buena educación de parte de los papás y tener buenos profesores, sino que es necesario que el joven ponga de su parte todo el empeño posible por ser bueno. Pues de los otros doce hermanos de Casimiro, que tuvieron los mismos profesores, ninguno llegó a la santidad, y algunos hasta dieron malos ejemplos. En cambio nuestro santo llegó a unas alturas de virtud que admiraron a los que lo conocieron y lo trataron. Dicen los biógrafos de San Casimiro que su más grande anhelo y su más fuerte deseo era siempre agradar a Dios. Para eso trataba de dominar su cuerpo, antes de que las pasiones sensuales mancharan su alma. Siendo hijo del rey, sin embargo vestía muy sencillamente, sin ningún lujo. Se mortificaba en el comer, en el beber, en el mirar y en el dormir. Muchas veces dormía sobre el puro suelo y se esforzaba por no tomar licor. Y esto en un palacio real donde las gentes eran bastante inclinadas a una vida fácil y de muchas comodidades y comilonas. Para Casimiro el centro de su devoción era la Pasión y Muerte de Jesucristo. En aquellos tiempos los maestros espirituales insistían frecuentemente en que para ser fervoroso y crecer en el amor a Dios aprovecha muchísimo el meditar en la Pasión de Jesucristo. Nuestro santo pasaba mucho tiempo meditando en la Agonía de Jesús en el Huerto y en los azotes que padeció, como también en la coronación de espinas y las bofetadas que le dieron a Nuestro Señor. Ratos y ratos se estaba pensando en la subida de Jesús al Calvario y en las cinco heridas del crucificado, y meditando en el amor que llevó a Jesús a sacrificarse por nosotros. Le gustaban los cristos muy sangrantes, y ante un crucifijo se quedaba tiempos y tiempos meditando, suplicando y dando gracias. Otra gran devoción de Casimiro era la de Jesús Sacramentado. Como durante el día estaba sumamente ocupado ayudando a su padre a gobernar el Reino de Polonia y de Lituania, aprovechaba el descanso y el silencio de las noches para ir a los templos y pasar horas y horas adorando a Jesús en la Santa Hostia. Sus preferidos eran los pobres. La gente se admiraba de que siendo hijo de un rey, nunca ni en sus palabras ni en su trato se mostraba orgulloso o despreciador con ninguno, ni siquiera con los más miserables y antipáticos. Un biógrafo (enviado por el Papa León X a recoger datos acerca de él) afirma que la caridad de Casimiro era casi increíble, un verdadero don del Espíritu Santo. Que el amor tan grande que le tenía a Dios, lo llevaba a amar inmensamente al prójimo, y que nada le era tan agradable y apetecible como la entrega de todos sus bienes en favor de los más necesitados, y no sólo de sus bienes materiales, sino de su tiempo, sus energías, de su influencia respecto a su padre y de su inteligencia. Que prefería siempre a los más afligidos, a los más pobres, a los extranjeros que no tenían a nadie que los socorriera, y a los enfermos. Que defendía a los miserables y por eso el pueblo lo llamaba "el defensor de los pobres". Su padre quiso casarlo con la hija del Emperador Federico, pero Casimiro dijo que le había prometido a la Virgen Santísima conservarse en perpetua castidad. Y renunció a tan honroso matrimonio. Los secretarios y otras personas que vivieron con Casimiro durante varios años estuvieron todos de acuerdo en afirmar que lo más probable es que este santo joven no cometió ni un solo pecado grave en toda su vida. Y esto es tanto más admirable en cuanto que vivía en un ambiente de palacio de gobierno donde generalmente hay mucha relajación de costumbres. La gente se admiraba al ver que un joven de veinte años observaba una conducta tan equilibrada y seria como si ya tuviera sesenta. A su padre el rey le advertía con todo respeto pero con mucha valentía, las fallas que encontraba en el gobierno, especialmente cuando se cometían injusticias contra los pobres. Y el papa atendía con rapidez a sus peticiones y trataba de poner remedio. Casimiro llegó lo mismo que San Luis Gonzaga, San Gabriel de la Dolorosa, San Estanislao de Koska, San Juan Berchmans, y Santa Teresita de Jesús, a una gran santidad, en muy pocos años. Se enfermó de tuberculosis, y el 4 de marzo de 1484, a la corta edad de 26 años, murió santamente dejando en todos los más edificantes recuerdos de bondad y de pureza. Lo sepultaron en Vilma, capital de Lituania. A los 120 años de enterrado abrieron su sepulcro y encontraron su cuerpo incorrupto, como si estuviera recién enterrado. Ni siquiera sus vestidos se habían dañado, y eso que el sitio donde lo habían sepultado era muy húmedo. Sobre su pecho encontraron una poesía a la Sma. Virgen, que él había recitado frecuentemente y que mandó que la colocaran sobre su cadáver cuando lo fueran a enterrar. Esa poesía que él había propagado mucho empieza así: Cada día alma mía, di a María su alabanza. En sus fiestas la honrarás y su culto extenderás, etc., etc. Hasta después de muerto quería que en su sepulcro se honrara a la Virgen María a quien le tuvo inmensa devoción durante toda su vida. San Casimiro trabajó incansablemente por extender la religión católica en Polonia y Lituania, y estas dos naciones han conservado admirablemente su fe católica, y aún en este tiempo cuando las gentes ven que está en peligro su religión, invocan al santo joven que fue tan entusiasta por nuestra religión. Y él demuestra con verdaderos prodigios lo mucho que intercede ante Dios en favor de los que lo invocan con fe.
Re: Historias de Navidad Miércoles de Cenizas El rito de la ceniza Casiano Floristán profesor emérito de Teología Práctica de la Universidad Pontificia de Salamanca EL carnaval es un tiempo de regocijo y de inconformismo que surgió en la Edad Media para cristianizar los licenciosos "lupercales" romanos. Durante unos días, año tras año, se permitían toda clase de bromas, imitaciones y críticas, antes de comenzar la cuaresma mediante la imposición de la ceniza, uno de los ritos religiosos más arraigados en nuestro pueblo. Durante los carnavales brillan las caretas y los disfraces, que ocultan gozosa y momentáneamente la dureza de la vida. Al recobrar el miércoles de ceniza los vestidos ordinarios, la cara descubierta y la frente alzada, se vuelve a mostrar lo que de verdad es el ser humano. El claroscuro de la ceniza La ceniza -que etimológicamente significa polvo- es residuo purificado de una combustión, lo que queda al extinguirse el fuego. Ampliamente usada en las religiones antiguas, se asocia a la culpa y a la caducidad, al luto y a la penitencia. Simboliza la amenaza constante que tiene el ser humano de retornar a la tierra. Para los griegos, egipcios, árabes y tribus primitivas, esparcir ceniza en la cabeza era un gesto de luto y de humildad. Los yoguis hindúes cubren su cuerpo de ceniza para expresar su renuncia al mundo. En las culturas antiguas, la ceniza es símbolo de muerte y de remordimiento. Al mismo tiempo la ceniza es un "resto", es decir, algo que parece un final y en realidad es un comienzo, dados los rescoldos que la acompañan. Según la mitología primitiva, de la ceniza se alza el ave fénix a una nueva vida. Es señal de nacimiento y de resurrección. En la tradición bíblica, la ceniza significa lo mismo que el polvo, a saber, pecado y fragilidad, ya que mancha, es perecedera y no tiene valor. Al mismo tiempo recuerda la pequeñez de la criatura frente a Dios. Se relaciona, de un lado, con el polvo; de otro, con el fuego y la llama. Es, pues, signo de aflicción, penitencia, calor y esperanza. Cenizas son asimismo los restos últimos del cuerpo humano incinerado que se guardan en una urna, se entierran en un cementerio o en un jardín junto a un árbol, se esparcen sobre la olas del mar o se lanzan a los cuatro vientos. En todo caso siempre se respetan o se honran. Son "restos mortales" sagrados. "Dios formó al hombre del polvo de la tierra" -dice el Génesis mediante una parábola grandiosa-, y gracias al soplo divino se convirtió en un ser viviente. Hasta la reforma litúrgica del Vaticano II decía el sacerdote al penitente en la imposición de la ceniza: "Acuérdate de que eres polvo y en polvo te convertirás" (Gén 3, 19). Después del Concilio se privilegian la conversión y la renovación cuaresmal, con esta fórmula: "Conviértete y cree en el evangelio" (Mc 1, 15). Continua
Re: Historias de Navidad En la Argentina, ahora en Marzo se celebra la Fiesta Nacional de la Vendimia, en la provincia de Mendoza . Les cuento un poco de esta fiesta: Año tras año, el primer fin de semana de marzo, casi sin interrupciones desde 1936, Mendoza renueva una fiesta, la Fiesta de la Vendimia. Esta es la celebración más importante para los mendocinos, ya que se trata del homenaje que el hombre le dedica a su industria principal, la vitivinícola. El tiempo de vendimia es el tiempo de cosecha de la uva, es por eso que desde los meses de enero y febrero Mendoza comienza a festejar. Primero en cada uno de los departamentos de la provincia se realizan fiestas populares de las que resultarán las candidatas a ser soberanas nacionales. Este rito es alusivo a los tiempos en que, en la viña y al terminar el trabajo se coronaba a la cosechadora más bella agasajaba. La Fiesta se lleva a cabo en una época, los meses de enero y febrero, para culminar con la noche del Acto Central a principios de marzo. Los actos principales de Vendimia son: "Bendición de los Frutos", "Vía Blanca de las Reinas", "Carrusel" y, como mencionamos, “Acto Central”, que consta, este año, de una segunda y tercera noche de espectáculos con la inclusión de shows de nivel nacional. Bendición de los frutos En esta ceremonia se agradece a Dios la cosecha y se ofrece el vino nuevo procediéndose al golpe de la reja, herramienta que simboliza al hombre que labra la tierra, bajo la advocación de la Virgen de la Carrodilla y la bendición del fruto nuevo. Esta celebración se organiza conjuntamente con el Arzobispado de Mendoza continua
Re: Historias de Navidad 5 de Marzo San José Oriol (año 1702) Nació en Barcelona (España) y pasó casi toda su vida en esta ciudad. Quedó huérfano de padre siendo todavía muy pequeñito. Jovencito fue admitido como monaguillo y cantor en una iglesia, y viendo los sacerdotes su gran piedad y devoción se propusieron costearle los estudios de seminario. Pasaba muchas horas rezando ante el Santísimo Sacramento en el templo. Ordenado sacerdote, y habiendo recibido en la universidad el grado de doctor, se dedicó a la educación de la juventud. Era sumamente estimado por las gentes y muy alabado por su gran virtud y por sus modos tan amables que tenía en el trato con todos, pero Dios le dejó ver el estado de su alma (como lo hizo también con toros santos) y desde ese día ya no tuvo José ningún sentimiento de vanidad ni de orgullo. Se dio cuenta de que lo que ante los ojos de la gente brilla como santidad, ante los ojos de Dios no es sino miseria y debilidad. Desde el día en que Dios le permitió ver el estado de su alma, José Oriol se propuso nunca más volver a comer carne en su vida y ayunar todos los días. Y así lo cumplió. (Ayuno es tomar un desayuno muy pequeño, un almuerzo ordinario y una cena muy leve también, y no comer ni beber nada entre una comida y otra comida). También como penitencia pasaba muchas horas de rodillas rezando (y a veces con los brazos en cruz) y usaba vestidos tan viejos y desteñidos que las gentes se burlaron de él muchas veces por las calles de Barcelona. Fue en peregrinación a Roma y desde allá el Sumo Pontífice ordenó que lo encargaran de un templo en Barcelona. Y en su nueva iglesia se dedicó totalmente a tratar de salvar las almas y hacer amar más a Dios. Su habitación (una pieza en arriendo en una azotea) era totalmente pobre: una mesita, un crucifijo, una silla y unos libros. Cama no tuvo nunca, porque las pocas horas que dormía las pasaba en una estera en el duro suelo. A San José Oriol le concedió Dios el don de la dirección espiritual. Las gentes que iban a consultarlo volvían a sus casas y a sus oficios con el alma en paz y el espíritu lleno de confianza y alegría. Muchos llegaban a su despacho con el rostro triste y sin saludar a nadie, y después de oír por unos minutos a este santo sacerdote hablarles del cielo y de los premiso y ayudas que Dios tiene reservados para los que lo aman, salían de allí sonrientes y saludando a todo el que encontraban. A las personas que dirigía les insistía en que su santidad no fuera sólo superficial y externa, sino sobre todo interior y sobrenatural. No aceptaba dirigir espiritualmente a quien no se comprometía a leer libros espirituales o escuchar sermones, y a hacer su examen de conciencia cada día y algún Retiro Espiritual de vez en cuando. Acusaron al Padre José de que era demasiado rígido en el confesionario. Que ponía a los penitentes pequeños trabajos espirituales para hacer, y que a los que no se esforzaban por hacerlos (por ejemplo callar algo en momentos de cólera, etc.) los enviaba donde otros sacerdotes porque él no se comprometía a seguir confesando a los que no hacían nada por enmendarse. Que a los que no iban a misa los domingos no les daba la absolución mientras no hubieran ido siquiera tres domingos a misa (porque no quería ser alcahuete de los que no cumplan el tercer mandamiento, que manda santificar las fiestas), etc., etc. El superior entonces le prohibió confesar durante un año. Pero a los pocos días murió el superior y el que lo reemplazó le volvió a conceder otra vez el permiso de confesar. Los que iban a confesarse con él sabían que era muy amable, bondadoso, muy bien educado, pero que no aceptaba que la confesión fuera un simple rito para poder comulgar y para seguir cometiendo siempre lo mismo sin enmendarse. Eso sí que no lo aceptaba nunca. Le encantaba enseñar catecismo a los niños, especialmente para prepararlos a la Primera Comunión. Tenía una especial cualidad para predicar y enseñar catecismo a los soldados y le gustaba mucho hablarles a los militares. Empezó a sentir un gran deseo de ser martirizado por defender su religión. Y aunque las gentes de Barcelona que tanto lo amaban y estimaban, le rogaron mucho que no se fuera a otro país, sin embargo él se fue para Roma a pedir que la Santa Sede lo enviara de misionero a un país de salvajes. Pero en Marsella cayó enfermo y en medio de su enfermedad se le apareció la Sma. Virgen y le comunicó que Dios le aceptaba su deseo de morir mártir por Cristo, pero que lo que le pedía era que volviera a su ciudad a seguir ganando almas para Nuestro Señor. Y se volvió a Barcelona. Su regreso fue aclamado con grandes demostraciones de júbilo en Barcelona. Y su fama de obrador de milagros empezó a extenderse por la ciudad y por muchas partes más. De varios pueblos de alrededor llegaban enfermos a que él los curara, y eran tan grandes los tumultos que se formaban en las iglesias, queriendo todos que les impusiera las manos, que su confesor tuvo que prohibirle que hiciera curaciones dentro del templo. El santo nunca se atribuía a él mismo ninguno de los prodigios que obraba. Decía que todo se debía a que sus penitentes se confesaban con mucho arrepentimiento y que por eso Dios los curaba. En sus últimos años obtuvo de Dios el don de profecía y anunciaba muchas cosas que iban a suceder en el futuro. Y hasta anunció cuando iba a suceder su propia muerte. En un día del mes de marzo del año 1702, mientras cantaba en su lecho de enfermo un himno a la Virgen María, murió santamente. Tenía apenas 53 años. Enormes multitudes se congregaron alrededor de su féretro el día de su entierro. Los devotos se repartieron sus pocas pertenencias para guardarlas como reliquias, y después consiguieron formidables milagros por su intercesión y el Papa San Pío Décimo lo declaró santo.
Re: Historias de Navidad El rito de la ceniza CASIANO FLORISTÁN profesor emérito de Teología Práctica de la Universidad Pontificia de Salamanca Recibida en la cabeza como duelo y penitencia es, pues, imagen de la fugacidad de la vida, reconocimiento público de la condición pecadora del ser humano y exhortación a la conversión. Los primitivos penitentes se ponían ceniza en sus cabezas para indicar públicamente que eran pecadores. La ceniza mancha, aunque es más liviana y menos pegajosa que el barro y el limo. Es símbolo de muerte e inicio de nueva vida. Dios saca vida de las cenizas y de la tierra. Los cristianos introdujeron en sus ritos penitenciales el gesto de la ceniza. En los s. IV y V la recibían en sus cabezas los "penitentes públicos", aquellos que habían roto con la comunión eclesial por ser culpables de pecados graves, como el homicidio, la idolatría y el adulterio. Desde el s. VI, el rito de la ceniza del miércoles anterior al primer domingo de la cuaresma inaugura este tiempo de conversión. En el s. XI el papa Urbano II extendió su uso a todos los fieles del mundo. La ceniza, que en principio es polvo o signo de lo transitorio, se convierte en comienzo de trascendencia. La cuaresma empieza para los cristianos con la ceniza de la conversión y acaba con la luz pascual renovadora. Este año celebramos el rito de la ceniza en un clima preocupante de preparativos militares, esperanzadoras movilizaciones y mensajes en favor de la paz, rechazo a la guerra, al terrorismo y a la violencia de género. Juan Pablo II ha pedido a los gobernantes que "hagan todos los esfuerzos por evitar nuevas desuniones en el mundo", tarea que nos incumbe a todos. "Toda guerra -afirma el Papa- es siempre un desastre para la humanidad". Condición terrena El número cuarenta, del que procede la palabra cuaresma, significa en algunas religiones un periodo de retiro para favorecer la experiencia de Dios y la comunión con los hermanos. En la Biblia es retiro en el desierto como tiempo de prueba y de tentaciones, en el que los deseos oscuros de acaparar riquezas y poderes deben perecer, para dar lugar a una criatura renovada, transfigurada por la luz de la razón y la gloria de Dios. En las cuarentenas bíblicas hay una lucha entre hambre y saciedad, riquezas y generosidad, poder y servicio, cenizas y purificaciones, tinieblas y luz, guerra y paz, ídolos de muerte y Dios de vida. El creyente pone a prueba la llamada de Dios o su vocación de cara a un compromiso de renovación en la paz, solidaridad y justicia. Recuerda al mismo tiempo la condición terrena del hombre pecador, asediado por mil preocupaciones y tentaciones. El carnaval y la ceniza reflejan respectivamente la exaltación de lo lúdico y la pesadumbre del sufrimiento, ingredientes que componen la vida popular, por no decir la vida a secas. Cuando se apagan los carnavales, empieza la cuaresma con el "miércoles de ceniza". continua
Re: Historias de Navidad fiesta Nacional de la Vendimia Vía Blanca de las Reinas En la noche del viernes, en las calles céntricas profusamente iluminadas, se lleva a cabo este evento con carros alegóricos donde desfilan la soberana nacional de la Vendimia, otras reinas nacionales invitadas y los dieciocho carros departamentales mostrando la belleza que se traduce en mujer. Carrusel A la mañana siguiente se realiza el "Carrusel", oportunidad en que desfilan los mismos carruajes, pero escoltados por agrupaciones gauchas con trajes típicos, montados a caballo; medios de transporte utilizados en el pasado con pasajeros ataviados conforme a la época, destacándose la tradicional carreta tirada por bueyes, uno de los primeros vehículos existentes en Mendoza con una antigüedad de más de 120 años, construida totalmente en madera y cueros. Además acompañan bailarines de distintas corrientes de inmigrantes y representantes de países americanos.
Re: Historias de Navidad Maia! Si !!! Justo estamos en la fecha, y me parecio lindo para tenerla en cuenta!!!
Re: Historias de Navidad Si ,es la explicación del ritual del Miércoles de Cenizas....ya que tambien estamos transitando La Cuaresma....camino a la Pascua de Resureccion!!!
Re: Historias de Navidad 6 de Marzo Santa María de la Providencia Fundadora (año 1871) Se llama "Divina Providencia" el cuidado amoroso que Dios tiene de cada uno de nosotros. Su nombre era María Eugenia Smet. Y nació en Lila, Francia, en marzo de 1825. Sus estudios los hizo interna en un colegio de religiosas; y allí adquirió una sólida formación religiosa, cuyas características principales fueron una confianza total en la Divina Providencia, un gran amor y devoción por las benditas almas del purgatorio, y una fuerte inclinación hacia la vida religiosa. Al volver a su casa después de terminar sus estudios de bachillerato se propuso estar siempre ocupada y ayudar en lo más posible a los pobres. Cada día cocinaba una enorme olla de sopa y la repartía entre los más indigentes. Y a los que no podían salir de su casa por estar enfermos, les llevaba alimentos a sus propios hogares. Le encantaba ayudar a barrer y adornar los templos. Cuando ya llevaba 7 años dedicada a estas obras, un día asistió a un retiro predicado por un misionero y salió llena de entusiasmo por las Misiones. En adelante se dedicó a recoger ayudas para los misioneros y a hacer rifas para conseguir dinero para las misiones. Los misioneros se quedaban admirados de las cantidades de ayudas que esta joven les conseguía. A los 27 años, con permiso del confesor, hizo voto de castidad. En 1855, por consejo del Santo Cura de Ars y de otros santos sacerdotes, se unió con otras jóvenes piadosas en París y fundó la comunidad de las "Auxiliadoras de las Almas del Purgatorio". María era terca y no le gustaba hacer mucho caso de los consejos de sus directores. Por ello los capellanes de su comunidad no duraban sino muy poco tiempo y le Comunidad no lograba progresar. Pero Dios le concedió el remedio que necesitaba. Le envió un sabio Padre Jesuita que con diplomacia pero con energía fue logrando que la hermana María le hiciera caso y siguiera sus consejos. Ella, que era tan dominante, ahora tenía frente a sí a uno de su talla. Al fin un día le confesó claramente: ¡Padre, Ud. ha logrado dominar mi altanería y mi terquedad! El sacerdote le respondió: "Quiera el cielo que de ahora en adelante lo que Ud. busque sea hacer siempre no lo que sus impulsos y sus caprichos le aconsejes, sino lo que más le parezca que es la voluntad de Dios". Otro día ella le decía al santo jesuita: "Padre, estoy totalmente disgustada de mí misma y del modo como me comporto". Y él le respondió: "Me alegra que no esté contenta de cómo es y de su modo de comportarse. Si estuviera contenta, eso sería una mala señal". El Padre jesuita les redactó las Reglas o Constituciones de la nueva comunidad, las cuales fueron adoptadas, y aceptadas en 1859, y en aquel mismo años, 28 señoritas, ante el Arzobispo de París, juraron cumplir las Reglas de la nueva Congregación. La fundadora se llamó en adelante Madre María de la Providencia. Cuando se desanimaba, le decía su director espiritual: "Usted es una preferida de la Divina Providencia. Si después de todas las maravillas que la Divina Providencia ha hecho en su favor, todavía desconfiara de las ayudas de Dios, esto sería una verdadera infidelidad. Confíe en Dios y vencerá". Fundó casas de su Comunidad en varios sitios de Francia y envió a sus religiosas como misioneras a China. La Divina Providencia permitió que le llegara un dolorosísimo cáncer que la atormentó por bastante tiempo, y que la obligaba frecuentemente a guardar quietud (lo cual le servía para crecer mucho en santidad por medio de la oración y la meditación). En 1871, devorada por el cáncer, murió santamente. Y su rostro, que poco antes de la muerte estaba crispado por los terribles dolores, recobró al morir una muy agradable presencia. Sus religiosas tienen 119 casas en el mundo con 1,100 religiosas, y se dedican a la pastoral de la salud y a la pastoral social.
Re: Historias de Navidad Fiesta Nacional de la Vendimia Acto Central Por la noche, en el teatro griego Frank Romero Day construido en las faldas de los cerros que lindan con el Parque General San Martín, se lleva a cabo el Acto Central que congrega a 21.686 personas sentadas y otras miles que se ubican en los cerros aledaños, sumando más de 40.000 asistentes para presenciar el espectáculo de luz y sonido que culmina a la medianoche con la elección y coronación de la nueva soberana vendimial, cerrando con un despliegue sin igual de fuegos artificiales que estallan en el cielo mendocino. Las motivaciones y argumentos son netamente relacionados con Mendoza, el vino y el mundo, donde todas las actividades artísticas, figurantes, actores, música, escenografía, bailarines y creativos, son producto de esta tierra y componen una fiesta particular con el sello local. Al día siguiente todo el acto se repite, sumándose un espectáculo artístico tipo show, con intérpretes de jerarquía nacional. La Vendimia La vendimia se inauguraba en Roma con la fiesta de las vinalias, bajo la presidencia del flamendiales, el cual procedía a la “auspicatio vendimial”, ceremonia en la que se ofrecía a Júpiter las primicias de la uva y el vino nuevo. Se empezaba la recolección de la uva por el lado de la viña expuesta al sol. Asistían los “antistites” o encargados que vigilaban a los vendimiadores y les indicaban las vides cuyos frutos había que recoger. Muchas veces había mujeres entre los vendimiadores. A medida que la uva recolectada se la seleccionaba según su destino, parte era servida fresca en las mesas y el resto llegaba al lagar para ser pisada. En ese entonces se le daba más importancia a la uva en fresco que a su elaboración. Adornaban las mesas y los salones, la uva era considerada como el mejor manjar. Fiesta Nacional de la Vendimia I- Orígenes de la celebración La fiesta de la Vendimia es un fenómeno folclórico. Estas festividades no nacieron en 1936, sino que se remontan probablemente al siglo XVII, teniendo en cuenta que esta industria en Mendoza se había iniciado por 1632, siendo corregidor en ese entonces don Juan de Adaro y Arracola y que posteriormente en 1800 oficialmente se había instituido una anual denominada “Fiesta de las Chinas”, expresión popular realizada en amplios galpones coloniales iluminados con candiles de grasa donde inmigrantes y nativos, bajo el rasguido de guitarras, se disputaban las bellezas de las “chinas”. Por eso vendimia es folclore, es el conjunto de tradiciones, creencias y costumbres. Mendoza es su música, su poesía, sus comidas, sus supersticiones y sus fiestas. Es la “historia no escrita del pueblo”, pero que se trasmite por tradición. Constituyendo el cultivo de la vid y la industrialización de sus frutos, una expresión popular el sentimiento de amor y adhesión hacia una actividad que deriva del trabajo y la riqueza colectiva. El origen de nuestra festividad puede remontarse en sus primeros intentos a 1913, cuando Mendoza es elegida sede del segundo congreso nacional de la industria y el comercio. Un tren especial orlado de vides, fue el portador de 800 invitados que recorrieron las zonas de viñedos y bodegas. Así, merced a la iniciativa de un precursor de origen español, don José Trianez Díaz, se realiza por primera vez una fiesta de la vendimia, fuera del ámbito íntimo de las hileras ya que desde el siglo pasado los trabajadores celebraban el final de la cosecha tocando la guitarra, cantando y bailando cuecas y gatos cuyanos, para posteriormente elegir una niña entre todas las cosechadoras, que coronaban con racimos de uva. En 1936, el decreto provincial nº 87 institucionalizó la primera fiesta vendimial para exaltar a la uva, al vino y a la belleza de Mendoza, gestada por el gobernador Guillermo Cano y su Ministro de Industria y Obras Públicas Ing. Frank Romero Day. La primera reina fue una auténtica vendimiadora, iniciadora de la dinastía propia de las reinas vendimiales. La primera celebración se realizó el 16 de abril de 1936 en la rotonda del Parque General San Martín, donde asistieron más de diez mil personas. En esta primera fiesta, se escuchó la canción de la Vendimia con letra y música de Ernesto Fluixá. Los locutores fueron Palma Brocal y José Piñeyro y la dirigió Fidel Blanco. Por la tarde se realizó una exposición de los productos de Cuyo en todas las vidrieras de la Av. San Martín. Las grandes bodegas, fábricas, granjas y jardines enviaron muestras de su elaboración, dando una clara impresión de potencialidad económica de Mendoza. El 18 de abril por la noche, en el stadium del club Gimnasia y Esgrima, instalado en el Parque General San Martín, tuvo lugar la elección de la primera reina, representante de Godoy Cruz, Delia Larrive Escudero, ante cincuenta mil personas que asistieron a presenciar el hermoso espectáculo. Al día siguiente tuvo lugar, en el Teatro Independencia, la velada de clausura de las fiestas de la vendimia, donde el Ministro de Industrias, Ing. Frank Romero Day, pronunció un brillante discurso. Se realiza el primer carrusel el 18 de abril en la rotonda del parque, simbolizando el pasado mendocino. Continua
Re: Historias de Navidad 7 de Marzo Santas Felicidad y Perpetua Mártires (año 203) Estas dos santas murieron martirizadas en Cartago (África) el 7 de marzo del año 203. Perpetua era una joven madre, de 22 años, que tenía un niñito de pocos meses. Pertenecía a una familia rica y muy estimada por toda la población. Mientras estaba en prisión, por petición de sus compañeros mártires, fue escribiendo el diario de todo lo que le iba sucediendo. Felicidad era una esclava de Perpetua. Era también muy joven y en la prisión dio a luz una niña, que después los cristianos se encargaron de criar muy bien. Las acompañaron en su martirio unos esclavos que fueron apresados junto a ellas, y su catequista, el diácono Sáturo, que las había instruido en la religión y las había preparado para el bautismo. A Sáturo no lo habían apresado, pero él se presentó voluntariamente. Los antiguos documentos que narran el martirio de estas dos santas, eran inmensamente estimados en la antigüedad, y San Agustín dice que se leían en las iglesias con gran provecho para los oyentes. Esos documentos narran lo siguiente. El año 202 el emperador Severo mandó que los que siguieran siendo cristianos y no quisieran adorar a los falsos dioses tenían que morir. Perpetua estaba celebrando una reunión religiosa en su casa de Cartago cuando llegó la policía del emperador y la llevó prisionera, junto con su esclava Felicidad y los esclavos Revocato, Saturnino y Segundo. Dice Perpetua en su diario: "Nos echaron a la cárcel y yo quedé consternada porque nunca había estado en un sitio tan oscuro. El calor era insoportable y estábamos demasiadas personas en un subterráneo muy estrecho. Me parecía morir de calor y de asfixia y sufría por no poder tener junto a mí al niño que era tan de pocos meses y que me necesitaba mucho. Yo lo que más le pedía a Dios era que nos concediera un gran valor para ser capaces de sufrir y luchar por nuestra santa religión". Afortunadamente al día siguiente llegaron dos diáconos católicos y dieron dinero a los carceleros para que pasaran a los presos a otra habitación menos sofocante y oscura que la anterior, y fueron llevados a una sala a donde por lo menos entraba la luz del sol,y no quedaban tan apretujados e incómodos. Y permitieron que le llevaran al niño a Perpetua, el cual se estaba secando de pena y acabamiento. Ella dice en su diario: "Desde que tuve a mi pequeñín junto a mí, y a aquello no me parecía una cárcel sino un palacio, y me sentía llena de alegría. Y el niño también recobró su alegría y su vigor". Las tías y la abuelita se encargaron después de su crianza y de su educación. El jefe del gobierno de Cartago llamó a juicio a Perpetua y a sus servidores. La noche anterior Perpetua tuvo una visión en la cual le fue dicho que tendrían que subir por una escalera muy llena de sufrimientos, pero que al final de tan dolorosa pendiente, estaba un Paraíso Eterno que les esperaba. Ella narró a sus compañeros la visión que había tenido y todos se entusiasmaron y se propusieron permanecer fieles en la fe hasta el fin. Primero pasaron los esclavos y el díacono. Todos proclamaron ante las autoridades que ellos eran cristianos y que preferían morir antes que adorar a los falsos dioses. Luego llamaron a Perpetua. El juez le rogaba que dejara la religión de Cristo y que se pasara a la religión pagana y que así salvaría su vida. Y le recordaba que ella era una mujer muy joven y de familia rica. Pero Perpetua proclamó que estaba resuelta a ser fiel hasta la muerte, a la religión de Cristo Jesús. Entonces llegó su padre (el único de la familia que no era cristiano) y de rodillas le rogaba y le suplicaba que no persistiera en llamarse cristiana. Que aceptara la religión del emperador. Que lo hiciera por amor a su padre y a su hijito. Ella se conmovía intensamente pero terminó diciéndole: ¿Padre, cómo se llama esa vasija que hay ahí en frente? "Una bandeja", respondió él. Pues bien: "A esa vasija hay que llamarla bandeja, y no pocillo ni cuchara, porque es una bandeja. Y yo que soy cristiana, no me puedo llamar pagana, ni de ninguna otra religión, porque soy cristiana y lo quiero ser para siempre". Y añade el diario escrito por Perpetua: "Mi padre era el único de mi familia que no se alegraba porque nosotros íbamos a ser mártires por Cristo". El juez decretó que los tres hombres serían llevados al circo y allí delante de la muchedumbre serían destrozados por las fieras el día de la fiesta del emperador, y que las dos mujeres serían echadas amarradas ante una vaca furiosa para que las destrozara. Pero había un inconveniente: que Felicidad iba a ser madre, y la ley prohibía matar a la que ya iba a dar a luz. Y ella sí deseaba ser martirizada por amor a Cristo. Entonces los cristianos oraron con fe, y Felicidad dio a luz una linda niña, la cual le fue confiada a cristianas fervorosas, y así ella pudo sufrir el martirio. Un carcelero se burlaba diciéndole: "Ahora se queja por los dolores de dar a luz. ¿Y cuando le lleguen los dolores del martirio qué hará? Ella le respondió: "Ahora soy débil porque la que sufre es mi pobre naturaleza. Pero cuando llegue el martirio me acompañará la gracia de Dios, que me llenará de fortaleza". A los condenados a muerte se les permitía hacer una Cena de Despedida. Perpetua y sus compañeros convirtieron su cena final en una Cena Eucarística. Dos santos diáconos les llevaron la comunión, y después de orar y de animarse unos a otros se abrazaron y se despidieron con el beso de la paz. Todos estaban a cual de animosos, alegremente dispuestos a entregar la vida por proclamar su fe en Jesucristo. A los esclavos los echaron a las fieras que los destrozaron y ellos derramaron así valientemente su sangre por nuestra religión. Antes de llevarlos a la plaza los soldados querían que los hombres entraran vestidos de sacerdotes de los falsos dioses y las mujeres vestidas de sacerdotisas de las diosas de los paganos. Pero Perpetua se opuso fuertemente y ninguno quiso colocarse vestidos de religiones falsas. El diácono Sáturo había logrado convertir al cristianismo a uno de los carceleros, llamado Pudente, y le dijo: "Para que veas que Cristo sí es Dios, te anuncio que a mí me echarán a un oso feroz, y esa fiera no me hará ningún daño". Y así sucedió: lo amarraron y lo acercaron a la jaula de un oso muy agresivo. El feroz animal no le quiso hacer ningún daño, y en cambio sí le dio un tremendo mordisco al domador que trataba de hacer que se lanzara contra el santo diácono. Entonces soltaron a un leopardo y éste de una dentellada destrozó a Sáturo. Cuando el diácono estaba moribundo, untó con su sangre un anillo y lo colocó en el dedo de Pudente y este aceptó definitivamente volverse cristiano. A Perpetua y Felicidad las envolvieron dentro de una malla y las colocaron en la mitad de la plaza, y soltaron una vaca bravísima, la cual las corneó sin misericordia. Perpetua únicamente se preocupaba por irse arreglando los vestidos de manera que no diera escándalo a nadie por parecer poco cubierta. Y se arreglaba también los cabellos para no aparecer despeinada como una llorona pagana. La gente emocionada al ver la valentía de estas dos jóvenes madres, pidió que las sacaran por la puerta por donde llevaban a los gladiadores victoriosos. Perpetua, como volviendo de un éxtasis, preguntó: ¿Y dónde está esa tal vaca que nos iba a cornear? Pero luego ese pueblo cruel pidió que las volvieran a traer y que les cortaran la cabeza allí delante de todos. Al saber esta noticia, las dos jóvenes valientes se abrazaron emocionadas, y volvieron a la plaza. A Felicidad le cortaron la cabeza de un machetazo, pero el verdugo que tenía que matar a Perpetua estaba muy nervioso y equivocó el golpe. Ella dio un grito de dolor, pero extendió bien su cabeza sobre el cepo y le indicó al verdugo con la mano, el sitio preciso de su cuello donde debía darle el machetazo. Así esta mujer valerosa hasta el último momento demostró que si moría mártir era por su propia voluntad y con toda generosidad.