Naranjas y limones: historia de cómo llegaron al Levante español

Tema en 'Cítricos: problemas, plaga de minador, multiplicación, varias especies de cítricos…' comenzado por ajuga, 28/1/13.

  1. ajuga

    ajuga

    Mensajes:
    761
    Ubicación:
    Bizkaia
    Me ha parecido interesante conocer cómo llegaron estos cítricos a Levante.


    Los árabes fueron sin duda los agentes que más hicieron por la difusión de los cítricos, hasta nuestros días han llegado fragmentos y reproducciones de los escritos que narran las experiencias de los musulmanes que estaban repartidos por todo el mundo conocido, pero unidos por el sentir religioso, por las redes comerciales y las peregrinaciones a la Meca; sus escritos nos revelan el alto nivel cultural de aquellas gentes.

    Si advertimos que el Hispalense omite el naranjo entre las plantas de su época, llegaremos a la misma conclusión que el estudioso e inteligente botánico Comisario local de agricultura en Castellón, D. Fernando Bou y Gascó, de que la consecuencia natural que se desprende de semejante omisión es que sencillamente no existía.

    Este mismo investigador, al igual que muchos otros, en su Estudio sobre las Auranciáceas de la provincia de Castellón, premiado en 1877, asegura: "el naranjo agrio, precursor del dulce, lo trajeron los árabes de los lugares situados más allá del Ganges, hacia el siglo X, y lo aclimataron en todos los países que pertenecieron a su imperio".


    Por otra parte, Mr. de Saci, en las notas a la traducción de Abd-Allatif, sienta que: "fue transportado de la India después del año 300 de la hégira" y el Sr. García Maceira en sus apuntes asegura que este nuevo cultivo de los árboles citrícolas: "dieron un sello característico y singular a la agronomía de los árabes españoles".

    Ibn al-Awwän ó Abü Zaccaria es el autor de origen andalusí que con más detalle escribió sobre agronomía en su Libro de Agricultura Kitäb al-filäha, donde dedica un amplio capítulo a los cítricos que además son aludidos en varias partes del libro para destacar algunos aspectos específicos relativos al cultivo, conservación, aplicaciones, enfermedades, etc. y trata ya de él como si fuera muy ordinario en algunas provincias andalusíes, habiendo empezado probablemente a cultivarse en el litoral Mediterráneo.

    Durante la Edad Media, las más importantes referencias a los cítricos las encontramos en los escritores del occidente musulmán y especialmente en los hispano-musulmanes de al-Andalus que nos legaron un completo tratado de citricultura muy adelantado para su época, algunas de cuyas prácticas están aún vigentes.

    Agruparon las especies según la naturaleza de la savia y también, según su adaptación al clima peninsular. Describieron detalles de las variedades conocidas, establecieron los fundamentos de un vivero y describieron las técnicas de multiplicación vegetativa. Por último pusieron de manifiesto sus conocimientos sobre plantación, tipos de suelo y técnicas de cultivo: poda, aclareo, abonado, defensa contra las adversidades y conservación de la fruta.


    El código foral valenciano hace ya mención a las naranjas como una producción muy extendida, y que desde la capital hasta Borriol existía un pomposo y espléndido arbolado de naranjos, lo que no ha de sorprendernos si recordamos que su introducción por parte de los musulmanes comenzó por la cuenca mediterránea y que lógicamente la costa castellonense no debió de ser de los últimos puntos en recibirlo, pues reúne las condiciones más a propósito para su perfecto desarrollo, sobre todo en la Plana.

    La suposición se convierte en certeza cuando el alemán Von Popplaw da datos fehacientes sobre a la importante producción de -taronjes- en la zona, en un tiempo en que casi todos los pueblos que visitó o entrevistó, eran aun de sarracenos, y la prosapia arabesca de la palabra lemosina taronja que utilizó indican claramente a quien se debe la propagación de la planta cuyo fruto, cambiada en dulce la especie agria con el injerto y renovaciones sucesivas ha venido a formar una de las principales cosechas de la provincia de Castellón, digna rival de su hermana la de Valencia en el cultivo de las codiciadas Hesperideas.

    El naranjo amargo en al-Andalus närany fue introducido por los árabes a finales del siglo X o principios del XI y aparece citado en el Tratado Agrícola Andalusí Anónimo. El éxito o fracaso de los injertos está basado en diferentes conceptos, pero sobre todo en la naturaleza de la savia. Ibn Bassäl las clasificó en cuatro grupos y estableció un quinto grupo formado por plantas acuosas pero de hoja perenne entre las que se encontraban el naranjo amargo y el cidro.

    Además, creó una clasificación climática estableciendo siete categorías y situando a los cítricos: cidro, naranjo amargo, limero, zamboa, limonero y semejantes como idóneos para nuestro clima, por ser caluroso y seco pero no extremo.

    Una práctica a la que se prestó mucha atención en aquella época, fue la de la producción de plantas de vivero. El método de reproducción por semilla lo aplicaban a todos los cítricos y se hacía en un lugar resguardado del frío. Según Ibn Bassäl, las semillas se sembraban en enero-febrero. Un año más tarde se hacía el trasplante a macetas teniendo en cuenta que solo debía haber una planta en cada una, donde permanecían dos años, al cabo de los cuales se llevaban al terreno definitivo.

    El sistema de multiplicación por estaca, se aplicaba al cidro, al limonero y a la zamboa, pero no al naranjo. También era conocido el acodo, y el acodo aéreo se practicaba utilizando una especie de maceta agujereada que, partida en dos, se ajustaba a la rama.

    Ibn al-Awwän, Ibn Bassäl y Abü-l-Jayr nos proporcionan la información más interesante respecto a los fertilizantes, especificando épocas de utilización, tipos de estiércol según su procedencia: ser humano, palomina, de otros animales, diferentes beneficios y utilidades según fuera fresco o fermentado y si era de cabra, de caballería, de cenizas de algodón, o de distintas leñas..... Tratados con infinidad de combinaciones según la especie a abonar y el resultado deseado con respecto al crecimiento, a la floración o al fruto.

    Eran grandes expertos en el aclarado, poda, apuntalamiento, y la lucha contra las adversidades: exceso de frío o de calor, insectos, suelos calizos, enfermedades. Siempre utilizaban técnicas naturales, beneficiosas y nada agresivas con el medio: rodear los troncos con un tejido basto impregnado de aceite, alquitrán o boñiga; empalizadas y riegos con agua tibia o fría; incorporar al suelo cenizas procedentes de los baños y otros lugares, regar las raíces con la sangre de los machos cabrios que se sacrificaban para la alimentación, palomina pulverizada....

    También desarrollaron técnicas de conservación que permitían conservar los frutos durante mucho tiempo. Las abundante referencias sobre los usos alimentarios o medicinales, están diseminadas en los escritos de los numerosos autores hispano-musulmanes de la época.


    El cidro o Toronjo (Citrus medica L ) en al-Andalus era conocido con el nombre de origen persa turuny y también como utruyy. Fue el primero en llegar desde la India a la cuenca mediterránea. Es un árbol de unos 3 a 5 m. de altura, con hojas ovaladas y apuntadas; da flores rosáceas o purpúreas. Prácticamente todos los autores de la época lo mencionan y admitían la existencia de dos variedades, una ácida o agria con las hojas verde intenso, la leña oscura y las espinas largas, y otra dulce, con el follaje amarillento y las espinas cortas.

    Se hacía referencia a que florecía varias veces al año manteniendo flores y frutos casi continuamente, circunstancia que, destacaban, no sucedía con los otros cítricos conocidos. Además constataban que los frutos procedentes de la floración de marzo y abril, eran más dulces y apetitosos.

    Su aromático fruto, mucho mayor que el limón, es ovalado y frecuentemente citado en los tratados andalusíes se conservaban en recipientes de arcilla y se utilizaban profusamente en comidas, zumos, dulces y cuidados estéticos.

    DENTRO DE LA GASTRONOMÍA Y DE LA MEDICINA NATURISTA encontramos el consumo de la confitura y del jarabe de la pulpa del cidro. El vinagre del cidro era utilizado para cuajar la leche.

    Hacia el mes de enero se preparaba un tradicional jarabe de pulpa de cidra ácida, que debía tener propiedades medicinales, y se elaboraba una tradicional confitura de taronjas, mientras que en el mes de Diciembre maduraban estos frutos. El perfume compuesto de toronja y almizcle, al que se le agregaba agua de rosas, era recomendado en verano, cuando la pulpa de cidra podía tomarse como aperitivo para refrescarse y apagar la sed del verano.

    En medicina, la cáscara de la toronja se recomendaba para perfumar el aliento, y se utilizaba para fabricar dentífricos muy eficaces para fortalecer las encías, mientras que la hoja se consumía para facilitar la digestión. El cocimiento de toronja era eficaz contra la diarrea y el vómito. El grano, ingerido en pequeña cantidad con agua tibia, era un remedio rápido contra los venenos en general, y especialmente contra la picadura de serpientes y escorpiones, según la medicina tradicional islámica.

    Con relación al cidro, Abü-l-Jayr nos revela una costumbre agrícola muy peculiar: introducir nudos del cidro en moldes con formas predeterminadas, colgándolos de las ramas hasta que vayan adquiriendo el moldeado de la figura seleccionada.


    Del naranjo amargo (Citrus aurantium L) en al-Andalus närany, aseguraba Ibn Awwam en el Libro de la Agricultura Nabatea. Está en todas las ciudades de al-Andalus. Sus frutos no son comestibles, son más pequeños, rugosos y rojizos, más secos y amargos que la naranja tradicional. Florece en primavera. Es originario de Oriente. Se usa como base ornamental en muchos jardines .En Granada está también ampliamente distribuido en numerosas plazas y avenidas. Se encuentra en toda la cuenca mediterránea

    "Es árbol que crece en altura, y tiene la hoja lisa, suave y de mucho verdor... Conviénele toda especie de tierra, exceptuando la corrompida con mezcla de ceniza, yeso, ladrillo hecho polvo o cosa semejante... Aprovéchale el viento solano y el que sopla entre oriente y mediodía",

    La variedad más común era la redonda y rojiza, aunque había otra de colore dorado, gruesa y un poco alargada. Además, Ibn al-Awwän hacía referencia a una taronja (un análisis de la traducción del texto de Ibn al-Awwän y de las referencias gastronómicas que sobre este fruto hace, deja patente que los valencianos llamaban taronja a la naranja) grande y puntiaguda llamada Cordobesa posiblemente como consecuencia de la fama de los naranjos de la Mezquita, y de otra redonda, grande, lisa y aromática como el costo (Aucklandia costus) conocida con el nombre de Kosti. Así mismo citaba otra gruesa, del tamaño de una berenjena, y agria lo mismo que su pulpa, a la que se le daba el nombre de toronja China. El zumo era en cualquier caso, agrio como el del cidro. La planta, se decía que tenía las hojas lisas y suaves de colore verde.

    El naranjo amargo embelleció y perfumó con sus flores de azahar y sus dorados frutos los patios de la mayor parte de las mezquitas, como la almohade de Sevilla o la grandiosa mezquita de Córdoba, así como los jardines andalusíes. Se decía que no debía plantarse cerca de la ruda, ni del orégano, ni del limonero, pues su fuerte olor perjudicaba al naranjo, además se procuraba no cultivarlo junto a las higueras, por ser incompatible con ellas.


    DENTRO DE LA GASTRONOMÍA Y DE LA MEDICINA NATURISTA, encontramos que se utilizaba contra el estreñimiento y para los propensos a las ventosidades, un aceite obtenido de la corteza de la naranja, que se aplicaba en el baño cuando la temperatura era muy alta, aunque solo hacía efecto si se utilizaba con perseverancia. Además, de la flor del naranjo extraían un aceite muy suave que fortificaba las articulaciones.

    La flor del naranjo se destinaba frecuentemente para fabricar agua de azahar, muy apreciada por los hispano-musulmanes por su aplicación en la elaboración de dulces, bebidas refrescantes, y en perfumería. Entre otros productos aromáticos, se empleaba la cáscara de la naranja como desodorante, frotando con el interior de la cáscara la parte del cuerpo a perfumar.

    Tiene propiedades medicinales como sedante ligero, antiespasmódico y digestivo. El jarabe de la corteza se usa en el tratamiento contra la fragilidad capilar. La variedad dulce es mucho más conocida y mucho más empleada en la cocina por la cantidad de vitamina C que contiene, pero con la variedad amarga también se preparan bebidas y confituras


    Limonero (Citrus limon) en al-Andalus laymün, cuyo nombre deriva del árabe "laymun" y parece que fueron ellos quienes los introdujeron en la península Ibérica en el siglo X, según los que mantienen el que ya aparecía en las obras gastronómicas cordobesas del siglo X, mientras que otros afirman que el limonero debió ser introducido por los árabes hacia la segunda mitad del siglo XI, ya que no aparece en el Calendario de Córdoba (s. X), ni en el Tratado Agrícola Andalusí Anónimo (ss. X-XI), ni tampoco en la obra de Ibn Wäfid de Toledo (primera mitad del s. XI). Sin embargo si lo nombra Ibn Bassäl (s. XI). Procedente del sureste asiático. Florece en abril - mayo. Los frutos, conocidos como limones, de color amarillo, se han usado en gastronomía desde entonces. No resisten bien las heladas. Es frecuente en huertas y jardines, especialmente en las ciudades de al Andalus.

    "Se parece a un cascabel de plata
    recubierto de un amarillo de oro"
    (al- Muhayris).

    Según los geógrafos árabes de al-Mas'üdï, siglo X, el limón junto con la naranja amarga, procedentes del nordeste de la India, fueron exportados a Omán, y por la ruta de Basora llegaron a Iraq, Siria y Palestina, siendo después llevados a Egipto, el Magreb (Ifrïqiya y el reino de Fez) y a al-Andalus. Debió de ser un frutal muy frecuente en los jardines y huertos andalusíes, ya que lo mencionan en sus tratados los principales geóponos andalusíes a partir de la segunda mitad del s. XI: Ibn Bassäl, Ibn Hayyäy, al-Tignarï, Abü-l-Jayr, Ibn al-'Awwäm e Ibn Luyün.
     
  2. Re: Naranjas y Limones. Historia.

    Interesante documento.
    Me encanta la historia y si ademas habla de mi tierra y de unos árboles donde tantas veces he jugado y tantas guerras de naranjas hemos hecho:meparto:
    Un saludo y gracias por compartir este documento