Otra de la Patagonia argentina

Tema en 'Identificar especies vegetales' comenzado por Elba Neado, 26/10/15.

  1. Poa annua
     
  2. Son Araucarias o sus ancestros
     
  3. Suelta en el lugar un par de gallinas, las transformarán en huevos y abono en menos que canta un gallo.
     
  4. Los troncos y piñas, que en abundancia se encuentran en la Patagonia, son de Araucarias antecesoras de las actuales.

    Aquí algunas piñas que permiten observar incluso el interior.

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    Pero volviendo al Diente de León, no entiendo lo que dice El Roble:
    ¿A qué plantas se refiere ?

    En la Antártida solo hay 2 plantas con flores, ellas son:

    Deschampsia antarctica: [​IMG]

    Colobanthus quitensis : [​IMG]
     
  5. Si, pero Taraxacum y Poa fueron traídas por el hombre como en el resto del mudo, son las 2 especies más cosmopolitas que hay. Efectivamente esas 2 son naturales de la Antártida.
     
  6. Creo que hay más invasoras fuera de Poa annua y Taraxacum officinale. La mayoría provienen de América del Sur, pero también se han encontrado representes del hemisferio norte.

    Aquí una mención, en la antártida, tanto de la P. annua como del T. officinale:


    Especies invasoras llegan a la Antártica Chilena.

    By periodistas – 9 Junio 2011Posted in: Destacados, Periodismo Científico Escolar



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    Desde tiempos remotos, las plantas han sido un motor fundamental en el planeta como generadoras de alimentos e iniciadoras de cadenas alimenticias; pero se han visto afectadas y a la vez favorecidas por los bruscos y repentinos cambios de temperatura que se han intensificado mayormente en los siglos XX y XXI, debido al crecimiento progresivo de la tecnología, a la productividad de las industrias y al uso de recursos por parte de la actividad humana. Esto, unido a los cambios naturales que la tierra experimenta, ha generado una serie de fenómenos perjudiciales, pues el calentamiento global ha acelerado el efecto invernadero, y al mismo tiempo, la temperatura media del planeta aumenta, causando grandes sequías, heladas y cambios en los ecosistemas, afectando de esta manera a las especies vegetales principalmente.

    De acuerdo a lo anterior, las plantas son perjudicadas en una dimensión mayor, puesto que no poseen la capacidad de movilizarse para evitar los grandes cambios climáticos, y por ende, deben permanecer en su hábitat natural, viéndose obligadas a recibir inevitablemente los efectos de ambientes estresantes, lo cual se entiende como cualquier condición desfavorable para el desarrollo óptimo de la flora de un ecosistema.

    Al tomar en cuenta la utilidad de las plantas para los seres humanos como generadoras de oxígeno, es menester para la ciencia buscar alternativas que permitan la resistencia y adaptación de estas especies a tales fenómenos adversos. Es por ello que en la Cuarta Región, el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), a cargo del ecofisiólogo vegetal Marco Molina Montenegro; y el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB); mediante diversos estudios y experimentos, han concluido que los ambientes estresantes, causados por el cambio climático, afectan directamente a los ecosistemas vegetales residentes en la antártica.“El calentamiento global ha provocado condiciones desfavorables para las plantas, creando ambientes estresantes. Se busca a través de experimentos reubicar estas especies en lugares donde puedan desenvolverse y adaptarse de mejor manera al medio”,señala el investigador.

    Es notable considerar que el clima presente en la antártica es uno de los más estresantes, y por lo tanto, si una especie resiste tales circunstancias, es probable que se adapte fácilmente a cualquier condición climática:“existen especies con características muy similares en cuanto al ámbito físico, y funcional tanto en la Antártica como en nuestro continente; lo que se evidencia en el caso de la Poa annua, conocida comúnmente como el pasto de invierno que se puede adaptar eficazmente en cualquier lugar”, añade el científico.

    Para tales investigaciones, se han extraído diversas especies continentales presentes a lo largo de todo el país, que al ser llevadas a terreno se espera que puedan interactuar con la flora nativa de la Antártica. Además, se realizan procedimientos en laboratorio, donde se recrean las condiciones climáticas para demostrar si los organismos vegetales que poseen características similares a las nativas del continente antártico, pueden adaptarse al clima de éste y subsistir en él. “Los meses de noviembre a marzo son los más óptimos para el crecimiento de las plantas en la antártica, y esto debe ser supervisado periódicamente todas las primeras quincenas de enero, para determinar si existe un avance o un retroceso en la adaptación de las especies vegetales al clima, cuando son llevadas a éste. La investigación que corresponde a este año estima nuevos resultados en el mes de enero, lo cual son muy positivos”, menciona el ecofisiólogo.

    En síntesis, el crecimiento de las plantas se vería favorecido en la Antártica, existiría mayor variedad de especies vegetales y se propiciaría la llegada de especies invasoras, lo que también incrementaría la permanente lucha entre las especies nativas y las recién llegadas.

    “El paisaje de la Antártica podría modificarse de aquí a unos 200 años, ya que se incrementaría la llegada de especies invasoras, como es el caso del Taraxacum officinale, más conocido como diente de león, que se encuentra en las islas más próximas al continente y que tal vez con el transcurso de unos pocos años, podría llegar a la parte más central de éste”, afirma finalmente Marco Molina.

    Esta crónica fue escrita por : Rodrigo López, María Pereira, Angélica Mundaca, Tamara Gallardo y Guido Páez; junto a la colaboración de la Profesora Carolina Donaire.

    Tags: CEAZA, Colegio Santa Marta, ecofisiología vegetal, Marco Molina Montenegro, Periodismo Científico Escolar EXPLORA Coquimbo
     
  7. Hola Fernando se da en casi todo el pais.
    Saludos
     
  8. La invasión de esas plantas se da en torno a las bases antárticas, llevadas por el turismo seguramente, y las actividades humanas en esas bases. El colobanthus quitensis, la única dicotelodónea nativa del continente, es muy intresante ya que por su forma, se establece un microecosistema integrado por insectos, algas, líquenes, etc. que utilizan el cuerpo de la planta como protección.