Re: ... de poetas, cuentos y leyendas Pueden hacer más daño que los yaguareté. Digo los espiritus choca... ¡Mejor, no lo escribo completo! Hay que protegerse Chauuu.
Re: ... de poetas, cuentos y leyendas y a mí mi abuela!!que lindo!la aprendi de memoria de chiquita..y todavia la sé!!!
Re: ... de poetas, cuentos y leyendas hola Albita!!!...en que momento pasaste a leerla ????...no te vi! Me alegro que te guste y la conozcas...a mi me llena de recuerdos tiernos!
Re: ... de poetas, cuentos y leyendas Cuentos de la Selva-Horacio Quiroga Continuación Anaconda V La Casa, motivo de preocupación de la selva, habíase convertido en establecimiento científico de la más grande importancia. Conocida ya desde tiempo atrás la particular riqueza en víboras de aquel rincón del territorio, el Gobierno de la Nación había decidido la creación de un Instituto de Seroterapia Ofídica, donde se prepararían sueros contra el veneno de las víboras. La abundancia de éstas es un punto capital, pues nadie ignora que la carencia de víboras de que extraer el veneno es el principal inconveniente para una vasta y segura preparación del suero. El nuevo establecimiento podía comenzar casi en seguida, porque contaba con dos animales -un caballo y una mula- ya en vías de completa inmunización. Habíase logrado organizar el laboratorio y el serpentario Este último prometía enriquecerse de un modo asombroso, por más que el Instituto hubiera llevado consigo no pocas serpientes venenosas, las mismas que servían para inmunizar a los animales citados. Pero si se tiene en cuenta que un caballo, en su último grado de inmunización, necesita seis gramos de veneno en cada inyección (cantidad suficiente desde para matar doscientos cincuenta caballos), se comprenderá que deba ser muy grande el número de víboras en disponibilidad que requiere un Instituto del género. Los días, duros al principio, de una instalación en la selva, mantenían al personal superior del Instituto en vela hasta media noche, entre planes de laboratorio y demás. -Y los caballos, ¿cómo están hoy? -preguntó uno, de lentes negros, y que parecía ser el jefe del Instituto. -Muy caídos -repuso otro-. Si no podemos hacer una buena recolección en estos días... La Ñacaniná, inmóvil sobre el tirante, ojos y oídos alertos, comenzaba a tranquilizarse. -Me parece -Se dijo- que las primas venenosas se han llevado un susto magnífico. De estos hombres no hay gran cosa que temer.... Y avanzando más la cabeza, a tal punto que su nariz pasaba ya de la línea del tirante, observó con más atención. Pero un contratiempo evoca otro. -Hemos tenido hoy un día malo -agregó uno-. Cinco tubos de ensayo se han roto.... La Ñacaniná sentíase cada vez más inclinada a la compasión. -¡Pobre gente! -murmuró-. Se les han roto cinco tubos... Y se disponía o abandonar su escondite para explorar aquella inocente casa, cuando oyó: -En cambio, las víboras están magníficas... Parece sentarles el país. -¿Eh? -dio una sacudida la culebra, jugando velozmente con la lengua-. ¿Qué dice ese pelado de traje blanco? Pero el hombre proseguía: Para ellas, sí, el lugar me parece ideal... Y las necesitamos urgentemente, los caballos y nosotros. -Por suerte, vamos a hacer una famosa cacería de víboras en este país. No hay duda de que es el país de las víboras. -Hum..., hum..., hum... -murmuró Ñacaniná, arrollándose. en el tirante cuanto le fue posible- Las cosas comienzan a ser un poco distintas... Hay que quedar un poco más con esta buena gente... Se aprenden cosas curiosas. Tantas cosas curiosas oyó, que cuando, al cabo de media hora, quiso retirarse, el exceso de sabiduría adquirida le hizo hacer un falso movimiento, y la tercera parte de su cuerpo cayó, golpeando la pared de tablas. Como había caído de cabeza, en un instante la tuvo enderezada hacia la mesa, la lengua vibrante. La Ñacaniná, cuyo largo puede alcanzar a tres metros, es valiente, con seguridad la más valiente de nuestras serpientes. Resiste un ataque serio del hombre, que es inmensamente mayor que ella, y hace frente siempre. Como su propio coraje le hace creer que es muy temida, la nuestra se sorprendió un poco al ver que los hombres, enterados de lo que se trataba, se echaban a reír tranquilos. -Es una Ñacaniná... Mejor; así nos limpiará la casa de ratas. -¿Ratas?... -silbó la otra. Y como continuaba provocativa, un hombre se levantó al fin. -Por útil que sea, no deja de ser un mal bicho... Una de estas noches la voy a encontrar buscando ratones dentro de mi cama... Y cogiendo un palo próximo, lo lanzó contra la Ñacaniná a todo vuelo. El palo pasó silbando junto a la cabeza de la intrusa y golpeó con terrible estruendo la pared. Hay ataque y ataque. Fuera de la selva y entre cuatro hombres, la Ñacaniná no se hallaba a gusto. Se retiró a escape, concentrando toda su energía en la cualidad que, conjuntamente con el valor, forman sus dos facultades primas: la velocidad para correr. Perseguida por los ladridos del perro, y aun rastreada buen trecho por éste -lo que abrió nueva luz respecto a las gentes aquellas-, la culebra llegó a la caverna. Pasó por encima de Lanceolada y Atroz, y se arrolló a descansar, muerta de fatiga. (continua)
Re: ... de poetas, cuentos y leyendas Los Mitos son diferentes a las Leyendas, pero tienen cierta cercanía. Les dejo: El Mito de la Caverna (libro VII de la República). PLATÓN. Después de eso -proseguí - compara nuestra naturaleza respecto de su educación y de su falta de educación con una experiencia como ésta. Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un tabique construido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos. Me lo imagino. - Imagínate ahora que, del otro lado del tabique, pasan sombras que llevan toda clase de utensilios y figurillas de hombres y otros animales, hechos en piedra y madera y de diversas clases; y entre los que pasan unos hablan y otros callan. Extraña comparación haces, y extraños son esos prisioneros. -Pero son como nosotros. Pues en primer lugar, ¿crees que han visto de sí mismos, o unos de los otros, otra cosa que las sombras proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a sí? Claro que no, si toda su vida están forzados a no mover las cabezas. -¿Y no sucede lo mismo con los objetos que llevan los que pasan del otro del tabique? -Indudablemente. -Pues entonces, si dialogaran entre sí, ¿no te parece que entenderían estar nombrando a los objetos que pasan y que ellos ven? -Necesariamente. -Y si la prisión contara con un eco desde la pared que tienen frente a sí, y alguno de los que pasan del otro lado del tabique hablara, ¿no piensas que creerían que lo que oyen proviene de la sombra que pasa delante de ellos? ¡Por Zeus que sí! - ¿Y que los prisioneros no tendrían por real otra cosa que las sombras de los objetos artificiales transportados? - es de toda necesidad. Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una curación de su ignorancia, qué pasaría si naturalmente les ocurriese esto: que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de repente, volver el cuello y marchar mirando a la luz y , al hacer todo esto, sufriera y a causa del encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas cuyas sombras había visto antes. ¿Qué piensas que respondería si se le dijese que lo que había visto antes eran fruslerías y que ahora en cambio, está más próximo a lo real, vuelto hacia cosas más reales y que mira correctamente? Y si se le mostrara cada uno de los objetos que pasan del otro lado del tabique y se le obligara a contestar preguntas sobre lo que son, ¿ no piensas que se sentiría en dificultades y que considerará que las cosas que antes veía eran más verdaderas que las que se le muestran ahora? - Mucho más verdaderas. - Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma, ¿ no le dolerían los ojos y trataría de eludirla, volviéndose hacia aquellas cosas que podía percibir, por considerar que éstas son realmente más claras que las que se le muestran? - Así es. - Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes de llegar hasta la luz del sol, ¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que ahora decimos que son los verdaderos? - Por cierto, al menos inmediatamente. - Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En primer lugar miraría con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y la luna más fácilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol. -Sin duda. - Finalmente, pienso, podría percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o en otros lugares que le son extraños, sino contemplarlo cómo es en sí y por sí, en su propio ámbito. -Necesariamente. -Después de lo cual concluiría, con respecto al sol, que es lo que produce las estaciones y los años y que gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que ellos habían visto. - Es evidente que, después de todo esto, arribaría a tales conclusiones. - Y si se acordara de su primera morada, del tipo de sabiduría existente allí y de sus entonces compañeros de cautiverio, ¿no piensas que se sentiría feliz del cambio y que los compadecería? - Por cierto. -Respecto de los honores y elogios que se tributaban unos a otros, y de las recompensas para aquel que con mayor agudeza divisara las sombras de los objetos que pasaban detrás del tabique, y para el que mejor se acordase de cuáles habían desfilado habitualmente antes y cuáles después, y para aquel de ellos que fuese capaz de adivinar lo que iba a pasar, ¿te parece que estaría deseoso de todo eso y que envidiaría a los más estaría deseoso de todo eso y que envidiaría a los más honrados y poderosos entre aquéllos? ¿ O más bien no le pasaría como al Aquiles de Homero, y "preferiría ser un labrador que fuera siervo de un hombre pobre" o soportar cualquier otra cosa, antes que volver a su anterior modo de opinar y a aquella vida ? - Así creo también yo, que padecería cualquier cosa antes que soportar aquella vida. - Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio asiento, ¿no tendría ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del sol? - Sin duda. - Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas sombras, en ardua competencia con aquellos que han conservado en todo momento las cadenas, y viera confusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a ese estado y se acostumbraran en un tiempo nada breve, ¿ no se expondría al ridículo y a que se dijera de él que, por haber subido hasta lo alto, se había estropeado los ojos, y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar hacia arriba? Y si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, no lo matarían, si pudieran tenerlo en sus manos y matarlo? - Seguramente. - Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar íntegra esta alegoría a lo que anteriormente ha sido dicho, comparando la región que se manifiesta por medio de la vista con la morada-prisión, y la luz del fuego que ha en ella con el poder del sol; compara, por otro lado, el ascenso y contemplación de las cosas de arriba con el camino del alma hacia el ámbito inteligible, y no te equivocarás en cuanto a lo que estoy esperando, y que es lo que deseas oír. Dios sabe si esto es realmente cierto; en todo caso, lo que a mi me parece es que lo que dentro de lo cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la Idea del Bien. Una vez percibida, ha de concluirse que es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público. - Comparto tu pensamiento, en la medida que me es posible. - Mira también si lo compartes en esto: no hay que asombrarse de que quienes han llegado allí no estén dispuestos a ocuparse de los asuntos humanos, sino que sus almas aspiran a pasar el tiempo arriba; lo cual es natural, si la alegoría descrita es correcta también en esto. - Muy natural. - Tampoco sería extraño que, de contemplar las cosas divinas, pasara a las humanas, se comportase desmañadamente y quedara en ridículo por ver de modo confuso y, no acostumbrado aún en forma suficiente a las tinieblas circundantes, se viera forzado, en los tribunales o en cualquier otra parte, a disputar sobre sombras de justicia o sobre las figurillas de las cuales hay sombras, y a reñir sobre esto del modo en que esto es discutido por quienes jamás han visto la justicia en sí. -De ninguna manera sería extraño. - Pero si alguien tiene sentido común , recuerda que los ojos pueden ver confusamente por dos tipos de perturbaciones: uno al trasladarse de la luz a la tiniebla, y otro de la tiniebla a la luz; y al considerar que esto es lo que le sucede al alma, en lugar de reírse irracionalmente cuando la ve perturbada e incapacitada de mirar algo, habrá de examinar cuál de los dos casos es: si es que al salir de una vida luminosa ve confusamente por falta de hábito, o si, viniendo de una mayor ignorancia hacia lo más luminoso, es obnubilada por el resplandor. Así, en un caso se felicitará de lo que le sucede y de la vida a que accede; mientras en el otro se apiadará, y si se quiere reír de ella, su risa será menos absurda que si se descarga sobre el alma que desciende de la luz.
Re: ... de poetas, cuentos y leyendas Te lo dedico Albita ,otra poesia ,que me retrotrae a la infancia y que me recitaba mi mamá.... Adios a la maestra Obrera sublime, bendita señora: la tarde ha llegado también para vos. ¡La tarde, que dice: descanso!…la hora de dar a los niños el último adiós. Mas no desespere la santa maestra: no todo en el mundo del todo se va; usted será siempre la brújula nuestra, ¡la sola querida segunda mamá! Pasando los meses, pasando los años, seremos adultos, geniales tal vez… ¡mas nunca los hechos más grandes o extraños desfloran del todo la eterna niñez! En medio a los rostros que amante conserva la noble, la pura memoria filial, cual una solemne visión de Minerva, su imagen, señora, tendrá su sitial. Y allí donde quiera la ley del ambiente nimbar nuestras vidas, clavar nuestra cruz, la escuela ha de alzarse fantásticamente, cual una suntuosa gran torre de luz. ¡No gima, no llore la santa maestra: no todo en el mundo del todo se va; usted será siempre la brújula nuestra, ¡la sola querida segunda mamá! Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte)
Re: ... de poetas, cuentos y leyendas Me voy a citar clausecita con la biografía de Almafuerte Ese himno a la maestra me trae mucha nostalgia lo cantábamos todos los 11 de Septiembre en el cole! Yo también quiero cantárselo a nuestra señorita albita!!!
Re: ... de poetas, cuentos y leyendas de los Apeninos a los Andes El vigesimoséptimo día después de la salida, llegaron. Era una hermosa mañana de mayo cuando el buque echó el ancla en el inmenso río de la Plata, sobre una orilla en la cual se extiende la vasta ciudad de Buenos Aires, capital argentina. Aquel tiempo espléndido le pareció de buen agüero. Estaba fuera de sí de alegría y de impaciencia. ¡Su madre se hallaba a pocas millas de distancia de él! ¡Dentro de pocas horas la habría ya visto! ¡Y él se encontraba en América, en el Nuevo Mundo; y había tenido el atrevimiento de ir allí solo! Todo aquel larguísimo viaje le parecía, entonces, que había pasado en un momento. Le parecía haber volado, soñando, y haber despertado entonces. Y era tan feliz, que casi no se sorprendió ni se afligió cuando se registró los bolsillos y se encontró una sola de las dos partes en que había dividido su pequeño tesoro, para estar seguro de no perderlo todo. Le habían robado la mitad, no le quedaban más que unas pocas liras; pero, ¿qué le importaba ya, estando tan cerca de su madre?. Con su baúl al hombro, pasó, con otros muchos italianos, a un vaporcito que lo llevó a poca distancia de la orilla; saltó del vaporcito a una lancha que llevaba el nombre de Andrea Doria, desembarcó en el muelle, se despidió de su viejo amigo lombardo y se dirigió de prisa a la ciudad. Llegado a la desembocadura de la primera calle que encontró, detuvo a un hombre que pasaba y le rogó le indicase qué dirección debía tomar para ir a la calle de las Artes. Por casualidad, se había encontrado con un obrero italiano. Éste lo miró con curiosidad, y le preguntó si sabía leer. El muchacho contestó que sí. -Pues bien -le dijo el obrero, indicándole la calle de que salía- sube derecho, leyendo siempre los nombres de las calles en todas las esquinas y acabarás por encontrar la que buscas. El muchacho le dió las gracias, y siguió adelante por la calle que le indicaron. (continúa)
Re: ... de poetas, cuentos y leyendas Chic@s que maravilla todo lo que dejan acá! clausecita!! .. albita!! anveri!!
Re: ... de poetas, cuentos y leyendas Cuentos de la Selva-Horacio Quiroga Anaconda,continuación V La Casa, motivo de preocupación de la selva, habíase convertido en establecimiento científico de la más grande importancia. Conocida ya desde tiempo atrás la particular riqueza en víboras de aquel rincón del territorio, el Gobierno de la Nación había decidido la creación de un Instituto de Seroterapia Ofídica, donde se prepararían sueros contra el veneno de las víboras. La abundancia de éstas es un punto capital, pues nadie ignora que la carencia de víboras de que extraer el veneno es el principal inconveniente para una vasta y segura preparación del suero. El nuevo establecimiento podía comenzar casi en seguida, porque contaba con dos animales -un caballo y una mula- ya en vías de completa inmunización. Habíase logrado organizar el laboratorio y el serpentario Este último prometía enriquecerse de un modo asombroso, por más que el Instituto hubiera llevado consigo no pocas serpientes venenosas, las mismas que servían para inmunizar a los animales citados. Pero si se tiene en cuenta que un caballo, en su último grado de inmunización, necesita seis gramos de veneno en cada inyección (cantidad suficiente desde para matar doscientos cincuenta caballos), se comprenderá que deba ser muy grande el número de víboras en disponibilidad que requiere un Instituto del género. Los días, duros al principio, de una instalación en la selva, mantenían al personal superior del Instituto en vela hasta media noche, entre planes de laboratorio y demás. -Y los caballos, ¿cómo están hoy? -preguntó uno, de lentes negros, y que parecía ser el jefe del Instituto. -Muy caídos -repuso otro-. Si no podemos hacer una buena recolección en estos días... La Ñacaniná, inmóvil sobre el tirante, ojos y oídos alertos, comenzaba a tranquilizarse. -Me parece -Se dijo- que las primas venenosas se han llevado un susto magnífico. De estos hombres no hay gran cosa que temer.... Y avanzando más la cabeza, a tal punto que su nariz pasaba ya de la línea del tirante, observó con más atención. Pero un contratiempo evoca otro. -Hemos tenido hoy un día malo -agregó uno-. Cinco tubos de ensayo se han roto.... La Ñacaniná sentíase cada vez más inclinada a la compasión. -¡Pobre gente! -murmuró-. Se les han roto cinco tubos... Y se disponía o abandonar su escondite para explorar aquella inocente casa, cuando oyó: -En cambio, las víboras están magníficas... Parece sentarles el país. -¿Eh? -dio una sacudida la culebra, jugando velozmente con la lengua-. ¿Qué dice ese pelado de traje blanco? Pero el hombre proseguía: Para ellas, sí, el lugar me parece ideal... Y las necesitamos urgentemente, los caballos y nosotros. -Por suerte, vamos a hacer una famosa cacería de víboras en este país. No hay duda de que es el país de las víboras. -Hum..., hum..., hum... -murmuró Ñacaniná, arrollándose. en el tirante cuanto le fue posible- Las cosas comienzan a ser un poco distintas... Hay que quedar un poco más con esta buena gente... Se aprenden cosas curiosas. Tantas cosas curiosas oyó, que cuando, al cabo de media hora, quiso retirarse, el exceso de sabiduría adquirida le hizo hacer un falso movimiento, y la tercera parte de su cuerpo cayó, golpeando la pared de tablas. Como había caído de cabeza, en un instante la tuvo enderezada hacia la mesa, la lengua vibrante. La Ñacaniná, cuyo largo puede alcanzar a tres metros, es valiente, con seguridad la más valiente de nuestras serpientes. Resiste un ataque serio del hombre, que es inmensamente mayor que ella, y hace frente siempre. Como su propio coraje le hace creer que es muy temida, la nuestra se sorprendió un poco al ver que los hombres, enterados de lo que se trataba, se echaban a reír tranquilos. -Es una Ñacaniná... Mejor; así nos limpiará la casa de ratas. -¿Ratas?... -silbó la otra. Y como continuaba provocativa, un hombre se levantó al fin. -Por útil que sea, no deja de ser un mal bicho... Una de estas noches la voy a encontrar buscando ratones dentro de mi cama... Y cogiendo un palo próximo, lo lanzó contra la Ñacaniná a todo vuelo. El palo pasó silbando junto a la cabeza de la intrusa y golpeó con terrible estruendo la pared. Hay ataque y ataque. Fuera de la selva y entre cuatro hombres, la Ñacaniná no se hallaba a gusto. Se retiró a escape, concentrando toda su energía en la cualidad que, conjuntamente con el valor, forman sus dos facultades primas: la velocidad para correr. Perseguida por los ladridos del perro, y aun rastreada buen trecho por éste -lo que abrió nueva luz respecto a las gentes aquellas-, la culebra llegó a la caverna. Pasó por encima de Lanceolada y Atroz, y se arrolló a descansar, muerta de fatiga. (continua)
Re: ... de poetas, cuentos y leyendas ay!!lo de la maestra!!gracias!!recien lo leo,Clau,Maia...se me pianta un lagrimon!!MMUUAAA!!!!!
Re: ... de poetas, cuentos y leyendas De corazón El nieto y el abuelo se han quedado solos frente al fuego, el viejo toma entre sus manos una de las manitas del niño y éste aprovecha esa muestra de debilidad, para pedir algo, como siempre. - Recítame abuelo, recítame uno de tus poemas. - Ya te he dicho que no son míos, es la contestación del viejo. - Si que son tuyos, los tiénes tú, están en tu cabeza, si yo tengo algo es mío - insiste el pequeño. - Es distinto, un poema es del autor, del que lo escribió y los poemas que yo te recito no son míos, son versos que aprendí de memoria siendo chico en mis libros de lectura del primario, los guardé en el corazón y me han acompañado toda la vida, bueno ¿Cuál quieres escuchar hoy? - finaliza el viejo con una sonrisa. - El de la rosa -responde el nieto. - El de la rosa es de José Martí poeta y patriota cubano, el poema se llama "La Rosa Blanca" y dice así: - "Cultivo una rosa blanca en Julio como en Enero para el amigo sincero.." -El viejo nota cuanta atención hay en la mirada del nieto y piensa, este mocoso va a ser como yo poeta, y seguramente como yo, un poeta frustrado, con versos escondidos por los cajones, pero es tan hermoso que un nieto se nos parezca, y termina el recitado: - "cardo ni ortiga cultivo cultivo la rosa blanca." El pequeño lleno de entusiasmo grita: -Otro, otro . El viejo, siempre dispuesto pregunta: -¿Cuál? - El del pirata -grita el niño. - El del pirata, como tú dices, se llama "La canción del Pirata" y es de Espronceda un español extraordinario, nació en Badajoz ¿Recuerdas Badajoz ? Bueno comienza así: - "Con diez cañones por banda viento en popa a toda vela no corta el mar si no vuela... Brilla el entusiasmo en los ojos del chiquillo y el abuelo piensa, "Los poetas oscuros los que nunca van a triunfar, también hacen falta, ¿Acaso no somos nosotros los que hacemos brillar más a los elegidos?", una sonrisa le recorre el rostro, mientras prosigue: -"...que es mi barco mi tesoro... mi única patria la mar" Terminado el poema, mientras el nieto agradecido acaricia las arrugadas manos, el viejo poeta siente de pronto un chispazo de inspiración, no es un poema, es sólo un pensamiento pero corre y lo anota en su libreta, dice así: Aprende un buen poema y lo disfrutaras toda tu vida, Enséñaselo a tus hijos para que nunca se sientan solos, Enséñaselo a tus nietos para que siempre te recuerden.
Re: ... de poetas, cuentos y leyendas Que verdad Albita!!!!...realmente yo tengo muchos poemas asociados a los afectos!