Poemas, cuentos y leyendas

Tema en 'Temas de interés (no de plantas)' comenzado por mai^a, 27/2/08.

  1. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas



    Los Reyes Magos
    (Taquirari)

    Llegaron ya los reyes y eran tres,
    Melchor, Gaspar y el negro Baltasar
    arrope y miel le llevarán
    y un poncho blanco de alpaca real.

    Changos y chinitas duermansé
    que ya Melchor, Gaspar y Baltasar
    todos los regalos les darán
    para jugar mañana al despertar.

    El Niño Dios muy bien lo agradeció
    comió la miel y el poncho lo abrigó
    y fue después que los miró
    y a medianoche el sol relumbró.

    Letra: Felix Luna
    Música: Ariel Ramírez

     
  2. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    TABARE

    LIBRO TERCERO

    CANTO PRIMERO

    I

    Genios de las riberas,

    Invisibles espíritus del bosque,

    Que convertís en moscas o en reptiles

    A los indios que vagan por la noche;

    Seres que, en las tinieblas,

    Gastáis el tiempo el, ajustar los broches

    De la dormida flor, mientras su ovario

    Abre su amor al encendido polen;

    Que elaboráis en ella

    El dulce néctar que la abeja sorbe

    Y los frescos aromas, que sedientos,

    Los labios de los céfiros recogen;

    O en la mortal cicuta

    Vivís acurrucados, de los hombres

    Acechando el secreto de la vida

    Y destiláis la hiel de los dolores.

    Y agriáis la crespa hierba

    Que ni el carpincho ni la nutria comen,

    Y envenenáis al avestruz dormido

    Los huevos bajo el ala sin que os note.

    II

    Vírgenes transparentes

    Que os colgáis en las ramas de los molles,

    Y os columpiáis, con vuestros pies trazando

    Rayas de luz sobre la linfa inmóvil ,

    Y en esas lacias hebras

    Con que acaricia el sauce al camalote

    Subís y descendéis llevando al río

    Rayos de luna en haces brilladores;

    O hundidas en un lecho de espadañas

    Os reclináis en los desiertos bordes,

    A escuchar el secreto de las olas

    Que transformáis en trémulas canciones;

    Pobladores del aire

    Leves y multiformes,

    Hijos de los crepúsculos azules

    Que con las alas embozáis los montes;

    Que taladráis el diente

    De la víbora en donde

    Derramáis los licores ponzoñosos

    -Que al infiltrarse, el corazón corroen;

    Que en los ojos del tigre

    Encendéis vuestra antorcha y las visiones

    Preparáis a su luz disparatadas

    Y las vaciáis en sus extraños moldes;

    Que en la blanca osamenta,

    Hacéis brotar los fuegos fatuos dobles,

    Esos que, sobre el haz de los pantanos,

    Ebrios, inquietos e impalpables corren.

    Suben, bajan, se arrastran, se persiguen,

    Se agitan y se rompen,

    Y se apagan los unos a los otros

    Sin que el aire los mueva ni los sople;

    Almas de los murmullos,

    Espíritus errantes de las flores

    Que, al murmurar, hacéis más perceptible

    El solemne silencio de los orbes;

    Invisibles remeros

    Que empujáis blandamente al camalote

    En que navega incorporado el tigre

    Que dormido en la orilla descuidóse;

    Engendros de los ríos

    Que recortáis la escama y los arpones

    Del dorado debajo de las islas

    Que en vuestros hombros sostenéis a flote,

    Meciéndolas en ellos

    Sin que el río en que nadan se desborde,

    Ni el movimiento imperceptible y blando

    Las húmedas barrancas desmorone;

    Seres que, como llamas apagadas,

    Sois de un pasado informe

    La vida actual y eterna, cuyo velo

    La fuerza del espíritu descorre;

    Testigos que no mueren.

    Que acompañasteis a las tribus nómades,

    Las visteis desprenderse de su tronco

    Y viajar, sumergiéndose en la noche:

    Brotad de entre los tiempos y escuchadme.

    Yo os nombraré por vuestros propios nombres;

    En la forma, en la voz y el movimiento

    Mi espíritu sutil os reconoce.

    Cabalgando en las horas que pasaron,

    Que el tiempo enfrena y en su noche esconde

    Desatad vuestras alas puntiagudas

    En legiones aéreas y deformes.

    ¡Horadadme esa tierra!

    ¡Sacudidme ese monte!

    Como caen los cabellos de un anciano

    Como el cardo desgrana sus plumones,

    De la muerta cabeza

    En que pensó una raza, acaso logre

    Ver desprenderse el pensamiento oculto

    Sobre mi frente cuando yo os invoque.

    Dad un vuelco a ese río!

    Salid, desde su légamo a sus bordes,

    Con secretos del agua y de la arena,

    De los huesos de piedra que se esconden

    En el profundo limo

    En que tienen las algas sus amores,

    Se arrastra el yacaré, duerme la raya,

    Y la tortuga sus nidadas pone.

    Infundid en ese indio

    Que ahora penetra en el callado bosque

    Los latidos postreros de una raza

    Que a vuestro acento viven y responden;

    Latidos de esperanzas imposibles,

    Rudo y último acorde

    De las arpas malditas que sonaron

    -Pulsadas por la muerte y los dolores.

    ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

    III

    Es Tabaré. Penetra nuevamente

    A su nativo bosque,

    Cuyos añosos árboles lo miran

    Y a su paso sus troncos interponen.

    Y le tienden los brazos descarnados

    Con raras contorsiones,

    Como fantasmas que en inmóvil danza

    Cruzan y se retuercen por el monte.

    Y en torno de él se agrupan a mirarlo,

    Y así que lo conocen,

    Después de herirlo con los brazos negros,

    Se dispersan en todas direcciones.

    Y los duros lagartos al sentirlo

    Hacia sus cuevas corren,

    Y asoman las cabezas puntiagudas,

    Y el largo cuerpo sin calor encogen.

    Y las ranas se callan un instante

    Mientras pasa, y sus voces,

    Como largos quejidos, a su espalda,

    Cuando ha pasado, nuevamente se oyen.

    Y los nocturnos pájaros lo siguen

    En negras procesiones:

    El chajá dando saltos por el suelo,

    Chirriando esos murciélagos enormes.

    Que, como manchas de la misma sombra,

    La obscuridad recorren,

    Persiguiendo los átomos, o huyendo

    Atolondrados de invisible azote.

    Detrás de cada tronco, acurrucada,

    Parece que se esconde

    Alguna cosa que, al pasar el indio,

    Sigue tras él con movimiento torpe.

    El siente a sus espaldas ese mundo

    Que su alma sobrecoge;

    Mas no se vuelve, y apresura el paso

    Y sigue, y sigue sin saber adónde.

    ¿Cuánto anduvo? El indio no lo sabe.

    Era la media noche

    Quizá, cuando, rendido por la fiebre,

    Detúvose entre rudas convulsiones,

    Pues la luna, en lo alto de los ciclos,

    Los transparentes bordes

    De las nubes plomizas encendía

    Franjeándolas de tenues resplandores.

    De las que ante su disco se atraviesan,

    Parecen los Jirones

    Las siluetas de negros cocodrilos

    Que la infinita soledad recorren;

    Palidecen lejanas las estrellas

    Que, desde lo alto, vuelan hacia el Norte,

    La cruz del Sur se inclina esplendorosa

    Con los brazos tocando el horizonte.

    Tabaré escucha: En el profundo hueco

    De sus ojos inmóviles

    Introduce sus dedos el delirio

    Que atruena su cabeza con sus voces;

    Y otra fugaces, ora persistentes,

    Comenzaron entonces

    A hablar y cobrar vida los espacios,

    La tierra, el aire, el corazón del bosque.

    IV

    Y a los pies del charrúa

    La tierra daba gritos.

    Retorcían los árboles sus troncos

    Como animados de un airado espíritu:

    -¡El genio de la tierra

    Ha de morder tus pies, con los colmillos

    De sus víboras negras, que se arrastran

    Silbando como el viento! ¡No eres indio!

    -¡Pasa! ¿Por qué me huellas?

    La sangre brota de tus pies heridos.

    ¿Por queme manchas? De tu sangre nacen

    Malas serpientes, negros cocodrilos.

    -¡No te detengas; huye!

    Aquí en mi ceno no hallarás abrigo;

    Ya para ti la patria es un recuerdo,

    ¿No te sientes llamar? Es el abismo.

    Tabaré oyó la voz, cual si brotara

    De las grietas del suelo removido:

    Lejanas muchedumbres

    A sus pies agitaban el vacío;

    Crujían las raíces de los árboles,

    Cual si un extraño fluido

    Las retorciera al circular en ellas,

    Dándoles movimientos convulsivos.

    Y del añoso ceibo

    Cayó, volteando en animados giros,

    Una hoja seca que miró al charrúa

    Que a su vez la miraba, y ella dijo:

    Yo rodaré a tus pies ensangrentados,

    Realidad de mi símbolo;

    El viento me ha arrancado de mi rama,

    A ti te empuja el viento del destino.

    Yo vivo con la vida de tu estirpe

    Con tu fiebre palpito;

    Y mi polvo y el polvo de tus huesos

    Van a formar el légamo del río.

    Vamos, charrúa; sígueme, salvaje:

    Nos llama el torbellino.

    Tus lunas han pasado; el sueño negro

    Anda en tus venas derramando frío.

    Te vuelca el suelo. ¿No lo sientes? Vente;

    Vente, sigue conmigo;

    ¿No sientes el aliento de otra raza

    Que te sopla del suelo en que has nacido?

    Es la raza de vírgenes tan pálidas

    Como la flor del lirio,

    Hermosas cual la luna, cuando se hunde

    Entre las aguas trémulas del río;

    Y tienen luz de aurora en la mirada,

    Y sus ojos tranquilos

    Miran con odio al indio de los bosques,

    Y le llaman maldito.

    Vamos, charrúa; sígueme, salvaje:

    Mira aquel remolino.

    Vientos de tempestad vienen de lejos

    Aullando como perros fugitivos.

    Las sombras que recorren la maleza

    Lanzan agudos gritos

    Esas llamas sin luz marcan la ruta

    Por donde corren los que fueron vivos.

    Los impasibles ojos del charrúa

    Siguen los vanos giros

    De la hoja en cuyas venas circulaba

    La vida de un espíritu cautivo.

    Que en pie la sostenía,

    la empujaba contra el viento mismo,

    la llevó saltando y retorciéndose,

    Siempre mirando y señalando al indio.

    V

    Oye entonces el aire de la noche

    Que a su lado respira

    Jadeante y con penosa intermitencia

    Como el hálito de alguien que agoniza:

    Te ahogas?, le gritaba. Es que en tu bosque

    La muerte sólo habita

    Está poblado el aire por las sombras.

    Por las sombras charrúas que te miran.

    Vengo empapado en llanto de las tribus

    Que mueren fugitivas

    Vengo cargado de vapor de sangre

    Que forma sobre el campo una neblina.

    ¿Sientes los ayes? Es la muerte; corre

    Tras de las madres indias.

    Que huyen sin hijos. Ellos no se mueven:

    Tendidos allá están en las colinas.

    Son tus hermanos, muertos en su tierra

    Por la raza maldita.

    Ves esa virgen que en sus sueños anda?

    Está empapada de tu sangre. ¡Mírala!

    VI

    El Indio está de pie. Todos sus miembros

    Ateridos tiritan

    Le falta el suelo, y vuelve a recobrarlo

    En actitud violenta y convulsiva.

    La fiebre en su cabeza espeluznada

    Hunde la mano rígida,

    Y en sus ojos atónitos llamean

    Con fosfórica lumbre las pupilas.

    Todo es extraño para él: el viento,

    Los árboles que imitan

    Seres desnudos, negros, que en su torno,

    Se han detenido, y cuyos ojos brillan

    Entre cabellos que hasta el suelo bajan,

    Y lentamente oscilan;

    Brillan marcando el sitio en que se encuentran

    Cabezas que, sin verse, se adivinan.

    Los rumores que pasan, van dejando,

    Por la extensión vacía,

    Como esos remolinos que las barcas

    Hacen surgir del fondo de las linfas,

    Resonancias que brotan de la sombra,

    Tumultos que se agitan,

    Silencios prolongados que de nuevo

    Estallan en confusas vocerías,

    O dando paso a una voz triste y aislada,

    Voz que parece amiga,

    Y dice algo al oído de una lengua

    Inteligible, pero nunca oída.

    VII

    Por fin. cual si las vagas sensaciones

    Que el indio aun percibía

    Sufrieran en la nada tenebrosa

    Una inmersión violenta y repentina,

    Tabaré se desploma. Un ruido extraño

    Produce su caída.

    Se queja el suelo? ¿Quién impone al bosque

    Esa actitud de asombro o de atonía?

    Las notas que pasaban,

    Los rumores que huían,

    Las ramas que, inclinadas por el viento,

    A levantarse nuevamente iban,

    Suspensos han quedado. Es que el charrúa

    Está en la selva antigua

    Del indio Caracé; es que ha caído

    Sobre el sepulcro de su madre extinta,

    La cruz abre los brazos a su lado,

    La cruz de la cautiva!

    Parece que, inclinando la cabeza,

    La cruz al indio en su regazo abriga.

    Qué habló con el salvaje, aquella noche,

    El alma errante que en la cruz palpita,

    Es el secreto de la sombra eterna...

    Empieza a amanecer, casi es de día.

    Continua
     
  3. mai^a

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Ahí comencé a leerlo clau es maravilloso!
    en verdad todo poema y leyenda de los
    aborígenes tien un profundo contenido!:razz:
     
  4. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Si ,Maia, es muy bonito!:happy: ...pero por sobre todo descriptivo,muestra la conquista y la realidad del indio, al mismo tiempo narra una historia de amor y de desentendimientos.
     
  5. mai^a

    mai^a My Garden

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Breve historía de quienes fueron "Los Charrúas"



    .............. [​IMG]


    Habitaban en lo que hoy es la República Oriental del Uruguay.
    El siglo XVIII su hábitat se extendió y pasarona ocupar la
    mayor parte de Entre Ríos.
    Otra tribus como los Güenoas, los Minuanes, los Bohanes.
    Formaban parte del Litoral paranaense, y se les incluye a
    veces en la familia Charrúa. Otras tribus que habitaban eran
    los Yaros los Chanaés y los Mbeguáe, aunque con diferencias
    raciales, culturales y lingüísticas de los Charrúas.
    Eran recolectores especialmente gustaban de los huevos de
    avestruz y cogollos de ceibo, frutos silvestres, miel. Para la
    pesca construían sus largas canoas de más de 20 mts de largo,
    cazaban ganado cimarrón. Utilizaban como arma el arco y flecha
    de punta con piedra, también: lanzas y jabalinas con puntas de
    piedra.

    Su vestimenta consistía en una especie de taparrabos hecha con
    piel o de algodón que comerciaban con los guaraníes. En invierno
    utilizaban la típica manta de piel llamado quiyapí o quitando.
    Se adornaban el cuerpo y la cara. Cuando llegaban a la pubertad
    se les dibujaban tres rayas azules en el rostro, se ponían un tarugo
    en la nariz. A días de nacido un niño se le colocaba el “barbote” en
    el labio inferior que lo llevaría toda su vida.
    Eran nómades, sus chozas eran una especie de paravientos
    sostenido por cuatro palos formando un cuadrado abierto y sin techo,
    las paredes eran de esterillas de juncos.
    También armaban chozas con ramas arqueadas y cubierta con
    cueros de caballo. Los campamentos generalmente estaban
    circundando los arroyos.

    Cada toldería tenia su jefe o cacique. En épocas hostiles formaban
    un consejo para decidir las acciones. La introducción del caballo
    aumentó les dio más movilidad y cambió la manera de guerrear
    Practicaban el shamanismo. Al morir un charrúa los deudos sobre
    todo los hombres, se inscustaban astillas de madera o caña en los
    brazos, practicaban el ayuno y se mantenían en luto solitarios y al
    morir algún pariente, en señal de luto se cortaban una coyuntura
    de un dedo, y así, tantos se les morían se cortaban hasta a quedar
    completamente sin dedos en las manos y pies.

    Con la llegada de los conquistadores sus hábitos y sus costumbres
    se modificaron considerablemente, algunos fueron habituándose
    a la cultura europea aunque la mayoría la rechazaban resistiéndose
    con todas sus fuerzas incorporando inclusive a otras s tribus de
    distinto orígen, como en el caso de los yaros.
    Las tribus Charrúas desaparecieron a mediados del Siglo XVIII,
    fueron diezmadas tras la campaña que llevó a cabo José de
    Andonaegui.

    ........... [​IMG]

    ........... Monumento a los últimos Charrúas, en Montevideo,
    .............. inaugurado en 1938.Es una obra de los escultores
    .............. Edmundo Pratti, Gervasio Furest y Enrique Lussich
     
  6. mai^a

    mai^a My Garden

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Que lindo todo esto!!! :razz: :razz: :razz:
     
  7. mai^a

    mai^a My Garden

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas


    Mirá conocía si ese taquirarí!

    pero desconocía a su autor?
    es el historiados Felix Luna?
     
  8. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Si ,Maia ,es muy lindo y estoy aprendiendo muchisimo!! No sabia tanto de los charrúas!!! Gracias!!:beso: :beso: :razz:
     
  9. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Si ,Maia!!:happy: el mismo,que como artista compuso la Misa Criolla,Cantata Sudamericana y Mujeres Argentinas.
     
  10. mai^a

    mai^a My Garden

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    .. mirá siempre se aprende algo :razz:
     
  11. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Si y yo estoy aprendiendo mucho!!:razz:
     
  12. Anveri

    Anveri Fanática de nativas -aves

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    :happy:
    Voy a seguir con TABARÉ y después con CORAZÓN

    Primera vez que leo algo de los charrúas y me tiene encantada

    Hermosa y triste la historia de URUGUAY, hecha poesía.
    Busqué lo siguiente: HUM es el río Negro, supongo que en Uruguay, debe ser otro, diferente al de Argentina.

    [​IMG]

    me perdí, pero en una parte salía lo siguiente

    Negros los ojos, como el odio negros

    Balancearon los verdes camalotes


    [​IMG]

    No encontré al URÚ, sólo sale que es una perdiz, y hay distintas perdices urus


    EL MESTIZAJE, EL MESTIZAJE.
    Me habría gustado que se enamorara de una linda charrúa, pero como se refiere al mestizaje, no puede ser.

    ;)
     
  13. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    EL MESTIZAJE, EL MESTIZAJE.
    Me habría gustado que se enamorara de una linda charrúa, pero como se refiere al mestizaje, no puede ser.


    Creo, Anveri ,que el mestizaje era fundamental para crear el conflicto del drama.
    En esa civilización las diferencias formularon guerras que rápidamente llevan a la decadencia de la sociedad y que de por sí conllevan a la segregación de la cultura, cosa que expresa el autor.

    Pero sucede que en medio de esta situación ocurre el choque de civilizaciones entre españoles y amerindios que conduce a una situación de crisis.Entre todo esto surge un niño hijo del guerrero y cacique Caracé, pero este es observado por su sociedad de forma indiferente debido a que la coloración de sus ojos es azul; mientras la madre sufría por la situación de rechazo hacia su criatura.
    y luego Tabaré no podrá concretar se amor (trágico) debido justamente a ser mulato,ni indio,ni español.
    La confusión y la muerte de Tabaré llevan al trágico final que representa la fragilidad del amor ,sobre todo cuando hay oposición social hacia el mismo.
    La obra Tabaré evoca los sentimientos más recónditos del ser humano y del genero indigenista de una forma pausada y a la vez verosímil acerca de lo que es el proceso de mestizaje y disgregación racial.
     
  14. Anveri

    Anveri Fanática de nativas -aves

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    :happy:

    ES, como tú lo dices. El mestizaje ES una realidad.
    Todavía no lo termino.
    ;)
     
  15. --------..

    --------..

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    Re: ... de poetas, cuentos y leyendas

    Venimos del mestizaje!!!

    hace pocos años se repatriaron los restos de Vaimaca,uno de los ultimos charruas que fueron llevados a paris a exhibirse..que destino triste para tan hermoso pueblo!!!

    El genocidio del Salsipuedes ;
    Esta actitud persistente hizo que fueran paulatinamente diezmados, hasta culminar en 1831 con la matanza a orillas del Arroyo Salsipuedes perpetrada por el Gral. Fructuoso Rivera, primer Presidente del Uruguay y su sobrino Bernabé. Esta matanza, fue organizada en virtud a un acuerdo realizado por el Gral. Rivera con los Portugueses. El mismo consistió en la entrega de tierras del Uruguay a los portugueses, las que hoy se extienden desde la actual frontera con Brasil (Laguna Merín) hasta la actual Ciudad de Porto Alegre, a cambio de mantener la "Paz" y asegurar el liderazo de Fructuoso Rivera, logrando así ser el primer Presidente del Uruguay.

    De esa matanza escaparon muy pocos individuos —básicamente quienes, desconfiando de sus intenciones, no concurrieron al encuentro propuesto por Rivera— y se los tuvo por exterminados a partir de un episodio muy triste en la historia uruguaya: el envío a París, a efectos de ser estudiados, de Los últimos charrúas, pequeño grupo formado por una mujer y tres hombres. Sus nombres eran Senaqué, Tacuavé, Vaimaca Perú y Guyunusa.

    Un caso aparte fueron los niños pequeños que fueron repartidos como cridos (ciervos) de las familias de origen europeo




    Algunas palabras del lenguaje charrúa

    MISIAJALANA - Estate quieto

    PACAHOCAF -Llamaban asi a la Isla Martín Garcia

    PERACAT - Oca Marina

    PRIAIRE -Pez sollo

    QUICÁN -Caña (bebida)

    QUILLAPÍ - Capote de cuero

    SEPÉ - Superior,Dios,sagrado,sabio

    SAMIOC -Perro

    SI-SI -Tabaco y polvo óseo para masticar

    TROFONI -Chajä

    TINÚ - Cuchillo

    WALICXÉ -Hechicerïa

    ZOBÁ -Luna



    NUMERACION CHARRÚA

    YU - Uno

    SAM -Dos

    DETI -Tres

    BETUM -Cuatro

    BETUM-YU -Cinco

    BETUM-SAM -Seis

    BETUM-DETI -Siete

    BETUM-ARTASAM -Ocho

    BAQUIÚ -Nueve

    GUAROJ -Diez

    (Segun el rescate del Dr. Villardebó,lo que nos deja la China Arias,una charrúa que vivió en el Estancia de Arias,y el Sargento Mayor Benito Silva que vivió dos años en tolderías charrúas).


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