Me hablas de otoño y te hablo de primavera. Me hablas de otoño y evoco paisajes de hojas caídas, tardes grises, lluvia en los cristales, calor de hogar, olor de café caliente, lectura de libros y ratos de introspección. Me hablas de otoño y te digo que cada momento, cada lugar, cada época, cada ambiente ..... tiene su atractivo, que en todo caso interesa disfrutar de lo que la vida te da: el Carpe Diem. Y recuerdo a Horacio: "Carpe diem, quam minimum crédula a postero". (Atrapa el día, y pon la menor confianza posible en el mañana). Y te digo que soy otoñal. Que en esa época nací y que según dicen, la época en la que se nace deja su marca. Pienso en el otoño, en paisajes y en ratos de introspección y entonces caigo en la cuenta de que existe otro paisaje diferente. Es un mundo aparte. Es un mundo interior. El mundo que llevamos dentro y que dependiendo de nuestro estado de ánimo tanto influye en nuestras apreciaciones y a la postre en nuestro propio bienestar. Por eso conviene ponerlo en orden. Y recuerdo lo dicho por Alfredo Cuervo Barrero: "Y si pruebas en este día, a salir a la calle sin mirarte al espejo, a salir simplemente como te sientes por dentro, a disfrutar de las maravillas de tu pueblo, a ir a todos lados con la cabeza alta, a mirar a los ojos a las personas, a intentar comprenderlas y que te comprendan. Y si pruebas en este día, a dar todo el cariño que tienes, a quererte un poco más que ayer, a definir tu personalidad, a no hacer caso de lo que digan los demás, a gustarte como eres, como estás. Y si pruebas en este día, a reírte de todo, de los problemas que te amargan, de los complejos que te inventas, de las personas que crees que te atacan, de los momentos que se te escapan. Y si pruebas en este día, a luchar por lo que quieres, a desear sólo lo que te hace ser quien eres, a dar gracias por la vida que vives, a ordenar un poco más tu escala de valores, a escuchar a ese que casi nunca oyes. Y si pruebas en este día, a vivir cada instante como si fuera único, a no dejarte llevar por los malos ratos, a hacer las paces contigo mismo, a creer un poco más en tu destino, a ser por fin tu mejor amigo." La búsqueda de la paz interior. Al pensar en ello recuerdo a Buda: "Mejor que mil palabras huecas una sola palabra que brinde paz. Mejor que miles de frases insulsas una sola frase de la ley que de la paz. Es mejor conquistarse a si mismo que vencer a mil en mil batallas. Al vencerse a uno mismo, uno gana: nadie puede quitarnos la victoria. Ni los ángeles, ni los demonios, ni el cielo, ni el infierno, pueden volverla una derrota." Me hablas de otoño y te hablo de primavera. Te digo que aquí, si no fuera porque en otoño suelen caer las hojas que en primavera han nacido, la primavera y el otoño no se diferenciarían tanto. Y me dices que eres primaveral pero que te gusta el otoño. Me hablas de vida y de muerte. Y me llevas al borde de mi abismo. Ahí donde reside la oscuridad. Lo que no alcanzo a comprender. No soy capaz de asimilar lo que decían, según Eduardo Galeano, los indios Makiritare en sus "Memorias del fuego": "Rompo este huevo y nace la mujer y nace el hombre. Y juntos vivirán y morirán. Pero nacerán nuevamente. Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán y nunca dejarán de nacer, porque la muerte es mentira." Me suena a círculo mágico. A reencarnación. Yo no estoy tan convencido. Tiendo al pesimismo en ese aspecto. Marco Aurelio pensaba igual: "Oímos el tiempo que patalea a nuestras puertas, como un ejército de demonios descalzos. Cada día es un demonio, cada hora es un demonio, cada minuto es un demonio. ¿Nadie se da cuenta, nadie se atreve a mencionarlo?. ¿Tendré, pues, que recordaros, con espanto, que cada día, cada hora, cada minuto nos hace menos jóvenes, menos fuertes, menos eternos ...?." Preferiría que no me lo recordaran. Prefiero dar la espalda al abismo. Prefiero no pensar en aquello que para mi no tiene solución. Ahora Virgilio: "Facilis descensu Averno." (Fácil es la bajada a los infiernos). Tormenta en el pensamiento, oscuridad....... Pero no puedo dejarme vencer en ese aspecto. Tras la tormenta llega la calma y tarde o temprano vuelve a brillar el Sol (por ahora). Ya lo dijo Khalil Gibran: "Por muy larga que sea la tormenta, el Sol siempre vuelve a brillar entre las nubes." Por ahora el Sol volverá a brillar entre mis nubes y me acojo a lo dicho por Charles Péguy: "A cada día le bastan sus temores y no hay por qué anticipar los de mañana." Por tanto, que el ciclo de la vida continúe y que podamos seguir disfrutando de ella ya sea, primavera, verano, otoño o invierno. Mientras tanto, y en la medida de lo posible, bueno sería buscar la felicidad. El Dr. Wayne W. Dyer hizo una propuesta la respecto: "No valores tu vida por los logros, ya sean triviales o monumentales, que vayas consiguiendo por el camino … En lugar de eso, despierta y aprecia todo lo que encuentres en tu sendero. Disfruta de las flores que están ahí para darte placer. Sintoniza con el amanecer, los niños pequeños, la risa, la lluvia y los pájaros. Absórbelo todo ... no hay un camino hacia la felicidad; la felicidad es el camino." ¡¡¡Carpe Diem!!!.
Me hablas de primaveras, y se encienden en mí los colores de tus paseos, de tus flores y mis flores, que duermen cuando las tuyas asoman por tus cantos. Que eres otoñal desde el nacimiento, y yo soy primavera. Y es el otoño el que deja una estela dentro de mí, para seguir en otros tiempos, para llegar al mundo que me contiene... sí, ese mundo al que te refieres. Pero, Manalv, qué es poner en orden esos mundos interiores, más que aprovecharlos a cada momento, buscarse dentro de ellos, disfrutar la compañía de sí en la soledad que éstos, y sólo éstos permiten?. Y recuerdo otro poema, de un chileno (ya sabes que son mi debilidad), Carlos Mondaca Quien pudiera dormirse, como se duerme un niño; sonreirle al ensueño del goce y el dolor, y soñar con amigos y soñar el cariño, y hundirse , poco a poco , en un sueño mayor. Y cruzar por la vida sonambulescamente, los ojos muy abiertos sobre un mundo interior, con los labios sellados, mudos eternamente, atento sólo al ritmo del propio corazón... Y pasar por la vida sin dejar una huella... Ser el pobre arroyuelo que se evapora al sol... Y perderse una noche, como muere una estrellaque ardió millares de años, y que nadie la vió. La búsqueda de sí mismo, y el placer del encuentro. Tus palabras sobre Buda, son lo mismo que mis palabras de Voltaire: nada, nadie, jamás podrá desarrollar para nosotros mismos, mejor paraíso que el que nace y se hace dentro de nosotros mismos. Venciendo aquellas cosas que no nos gustan de nosotros mismos, creamos el paraíso. Y, no estando en pleno acuerdo con los indios que mencionas, me allego más a su pensar que al tuyo. El abismo de lo desconocido no me asusta, me entusiasma. Y contínuamente pienso en él. Sin creer en la reencarnación, porque no creo en la muerte. Pienso que Marco Aurelio veía la eternidad como algo demasiado corto, que tomaba la forma de la vida humana, y por tal, cada minuto le recordaba sus propios temores disfrazados de demonios. Y me parece extraño que prefieras no pensar en ese "abismo", conociendo tus afanes analíticos y profundos. Me dejaré llevar, junto al otoño, a lugares a los que jamás me he atrevido. Éste es mi año de suertes y sortilegios. El comienzo de un nuevo mundo. El reiniciar sobre lo andado, y contemplar el rastro. Y ya vez, te respondo sobre el bosquejo de tus paisajes, que tan hondo han llegado. Como siempre, un placer
Manalv, hola me he sonreído con tu cita de Buda y ya que pasaba por aquí te recuerdo la principal del Buda shakyamuni y la de todos los budas desde hace 3000 años En el silencio profundo es donde encontramos la paz que buscamos, no hacen falta mil palabras, ni siquiera una palabra. si,! solemos pensar y hablar mucho., demasiado quizas? La meditacion budista va por otros caminos que no son los del pensamiento y la palabra.
No es de extrañar que prefiera no pensar en "el abismo". Hay preguntas que no tienen respuesta. Eso es algo que está más que demostrado. Tiendo al existencialismo. No busco premios y no espero castigos. Esto es algo muy problemático porque podría llevarnos tanto a la desesperación como a la falta de escrúpulos. Por otra parte los conceptos de bien y mal pierden consistencia. La moral y la ética también son difíciles de conceptuar. Y surgen los por qué y los para qué. Difícil situación. Llegado ese punto trato de bloquear mi pensamiento y vivir la vida sin hacerme demasiadas preguntas, aunque eso en mi caso es muy difícil pues no concibo mi vida sin mi pensamiento. El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona. <<Aristóteles>> Aprender sin reflexionar es malgastar la energía. <<Confucio>> El silencio profundo se asemeja demasiado al vacío, a la nada. Indudablemente la nada se supone que es calma absoluta, ausencia de pasiones, de sentimientos, de conflictos, el pensamiento se diluye, incluso las palabras pero, llegado el caso, ¿merecería la pena?. A mi no me lo parece. A otros puede que sí. Tal vez por eso no soy budista. Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para caer en ella. <<Lucio Anneo Séneca>> Seguiré pensando, seguiré sintiendo y seguiré hablando. Y disfrutaré de mis silencios y mis ratos de introspección. El que prefiera hacer lo contrario está en su derecho aunque le auguro una vida pobre o tal vez sería mejor decir una pobre vida, con o sin sonrisas.
Yo a veces envidio a la gente que no piensa por si misma, que prefiere que se lo dén todo hecho, que le digan lo que es bueno y lo que es malo, que le dén consignas, directrices, protocolos de actuación, que renuncian al libre albedrío, a la libertad de pensamiento. ¡¡¡Es tan cómodo!!!... Pero yo no puedo ser así, aunque quisiera no podría. Amo demasiado mi libertad de pensamiento y de opinión. Por eso mismo jamás podría afiliarme a un partido político, ni pertenecer a una religión o una secta. Sería demasiado crítico y acabaría expulsado. Un saludo: Juan
Como dices, Manalv, sacar lo mejor de cada época, de cada lugar, de cada persona o religión, es lo que nos hace pensadores, libres, dispuestos a andar por el mundo de acuerdo a nosotros mismos, y punto. Muy de acuerdo con Juan Mundani, excepto en la compasión (envidia) hacia los borregos... Un abrazo para todos.
Manalv, creo que tu no comprendiste el silencio del cual te estoy hablando.......no es una pecepcion intelectual , una idea de algo. El budismo no se estudia en los libros, se practica.
Hay cosas del budismo que no terminan por convencerme. Creo que tiende al aislamiento en un intento de elevarse pero dando de lado al mundo. No sé, puede que a otros les sirva pero a mi no me va; sentiría que algo me falta. Entiendo que en un momento puede ayudar pero no me convence como práctica definitiva. Quizás es que no he profundizado lo suficiente en él.
eso...no has profundizado .No puede convencerte como practica definitiva ya que nunca la has practicado.No puedes saber si te sirve porque nunca lo has conocido,solo has leido algo. Hablar de budismo sin conocerlo es como un ciego que te habla de los colores. eso quizas es lo que quise expresarte con el silencio de la meditacion budista. hay cosas a las que no podemos acceder con el pensamiento...es así, En 20 años de budismo algo aprendi,y a veces se me da por trasmitirlo, sobre todo cuando alguien nombra al buda jaja!!!
No se de que va el tema, pero las cosas de aguaribay me interesan muchísimo. Es algo a nivel personal, podéis seguir charlando. y un abrazo para los demás
¿Habrá sido una gran desfachatez por mi parte pretender entender lo que la frase dice?. ¿La habrá escrito algún marciano en clave de silencio?. ¿O acaso será que solo es accesible para aquellos que practican el budismo y saben del tema?. ¡¡¡Vaya filosofía más compleja!!!. Empiezo a sospechar el por qué de tanta sonrisa. No cabe duda que mi mente no da para tanto. Y sin embargo, algo inaudito, me conformo con ser quien soy. Entiendo poco de budismo pero poca necesidad tengo de hacerlo. Y ahora soy yo quien me sonrío y hasta me río a mandíbula batiente.
Manalv, ...yo sonrío porque no tengo motivo para gruñir,prefiero sonreir que es mas agradable. para comprender esta filosofia solo hace falta una cosa y es estar dispuesto a ir más alla de todo eso que piensas y escribes.Si supieras lo pequeño que es eso comprenderias porque me sonrio
Por ahora no tengo mucha necesidad de saberlo. Si algún día me hace falta lo mismo me busco un@ risueñ@ iluminad@ o sin iluminar que me lo cuente. Actualmente para sonreir me basta con un buen chiste o una ocurrencia divertida. No necesito mucho más para hacerlo. Vamos que por reir, hasta me río de lo que ahora escribo.
