Toda la belleza que podemos alcanzar

Mis abuelos tiraban por la ventana de la cocina todo lo que sobraba: una manzana podrida, un calcetín, un jarro roto... El problema comenzó a generarse con la llegada del vidrio y sobre todo del plástico: el bote del ketchup, el envase del yogurt, una bolsa de plástico...Es imposible que ellos, que vivieron otra época, conocieran la "basura" en el mismo sentido que yo: su paradigma era el estercolero, donde los desechos se convierten en un nuevo recurso, en otra fuente de riqueza.

Lo maravilloso de todo esto es que posiblemente no habremos creado ninguna obra que nos perpetue tanto en la memoria como nuestra nueva basura.

 

Pero, y en ello deseo incidir en este hilo, la basura, el desorden y la fealdad no son del todo negativos. Incluso pueden ser positivos, hasta el punto de comprender los más positivos de nuestros actos. Es mucho peor, por ejemplo, la pequeña iniciativa, de apariencia inofensiva, que tiene lugar en el ámbito doméstico amable del jardín, de transplantar una preciosa Cortaderia Shelowiana que vimos en las marismas de Santander...