No te voy a decir No te voy a decir que quiero ser la arena que tus pies desnudos acaricie, ni los rayos del sol que bajen jubilosos a dorar más aún la fina miel que forma tu epidermis, ni el agua que la abrace con su espuma ni el viento que la bese y agite sus cabellos. Sólo quiero pedirte que no dejes que el beso y la caricia de la arena y las olas, de la luz y del aire, destruyan la huellas de los míos ni mi recuerdo que te sigue como muda presencia inevitable. Angel Augier
CANCIÓN DEL AMOR LEJANO Ella no fue, entre todas, la más bella, pero me dio el amor más hondo y largo. Otras me amaron más; y, sin embargo, a ninguna la quise como a ella. Acaso fue porque la amé de lejos, como una estrella desde mi ventana... Y la estrella que brilla más lejana nos parece que tiene más reflejos. Tuve su amor como una cosa ajena como una playa cada vez más sola, que únicamente guarda de la ola una humedad de sal sobre la arena. Ella estuvo en mis brazos sin ser mía, como el agua en cántaro sediento, como un perfume que se fue en el viento y que vuelve en el viento todavía. Me penetró su sed insatisfecha como un arado sobre llanura, abriendo en su fugaz desgarradura la esperanza feliz de la cosecha. Ella fue lo cercano en lo remoto, pero llenaba todo lo vacío, como el viento en las velas del navío, como la luz en el espejo roto. Por eso aún pienso en la mujer aquella, la que me dio el amor más hondo y largo... Nunca fue mía. No era la más bella. Otras me amaron más... Y, sin embargo, a ninguna la quise como a ella. José Ángel Buesa
PEÑARANDA DE DUERO ¿Por qué me miras tan serio, carretero? Tienes cuatro mulas tordas, un caballo delantero, un carro de ruedas verdes, y la carretera toda para ti, carretero. ¿Qué más quieres? Rafael Alberti
Los dos Cuando en la noche a tu pasión me entrego, dimes: ¿quién es el cielo y quién la estrella? Cuando tan alto amor el mundo sella, ¿es ciega la pasión o yo me ciego? Ahora tú me conduces, pero, luego, yo seré quien te conduzca a aquella noche estrellada, iluminada y bella, en donde a la pasión vence el sosiego. En donde la pasión encadenada y la serenidad del sabio vuelo - feliz estrella de la noche amada, íntima confusión, cielo del cielo- crean esta inmortal noche estrellada e inmóvil resplandece nuestro anhelo Vicente Gaos (1919-1980)
Hola, yo soy de otro post, pero no puedo evitar colocar esta poesia q me ha conmovido mucho, y como el en otro post como q no me pega y teniendo en cuenta q queria compartirla, pues eso, ahí os dejo: «Salió el domingo, de noche, salió el domingo, y no vuelve. Llevaba en la mano un lirio, llevaba en los ojos fiebre; el lirio se tornó sangre, la sangre tornóse muerte». (Momento en García Lorca) Soñaba Federico en nardo y cera, y aceituna y clavel y luna fría. Federico, Granada y Primavera. En afilada soledad dormía, al pie de sus ambiguos limoneros, echado musical junto a la vía. Alta la noche, ardiente de luceros, arrastraba su cola transparente por todos los caminos carreteros. «¡Federico!», gritaron de repente, con las manos inmóviles, atadas, gitanos que pasaban lentamente. ¡Qué voz la de sus venas desangradas! ¡Qué ardor el de sus cuerpos ateridos! ¡Qué suaves sus pisadas, sus pisadas! Iban verdes, recién anochecidos; en el duro camino invertebrado caminaban descalzos los sentidos. Alzóse Federico, en luz bañado. Federico, Granada y Primavera. y con luna y clavel y nardo y cera, los siguió por el monte perfumado. Nicolás Guillén
Todos somo de otros post Ioliiiiii. Podes dejar las poesias que quieras un besote..... Bobis No me culpes: vi luz en tu alma y entré... Es cierto, no toqué timbre. no golpeé. Supuse que esperabas mi llegada. Lo siento. Si prejuzgué, fue sin mala intención, debes creerlo, Como sea, estoy aquí: prepárate. Raquel Garzón
LA PALOMA Se equivocó la paloma, se equivocaba Por ir al norte fue al sur, creyó que el trigo era el agua. Creyó que el mar era el cielo que la noche la mañana. Que las estrellas rocío, que la calor la nevada. Que tu falda era tu blusa, que tu corazón su casa. Ella se durmió en la orilla, tú en la cumbre de una rama. Rafael Alberti
CANCIÓN DE LA LLUVIA Acaso está lloviendo también en tu ventana; Acaso esté lloviendo calladamente, así. Y mientras anochece de pronto la mañana, yo sé que, aunque no quieras, vas a pensar en mí. Y tendrá un sobresalto tu corazón tranquilo, sintiendo que despierta tu ternura de ayer. Y, si estabas cosiendo, se hará un nudo en el hilo, y aún lloverá en tus ojos, al dejar de llover. José Ángel Buesa
Cuando en tardes que sobran las palabras y el día sólo somos tú y yo, cada cual con su espera y sin embargo atados en la misma carrera, en el afán de luz, en la oscura alegría; cuando nada se entiende sino en tu compañía que le pone a los pasos un eco de bandera, cuando ya todo el sueño se curva en tu cadera y sólo en ella crecen velas, barcos, bahía; cuando un día se sabe que pueda ser distinto y se enciende la vida mientras amas y mueres, cuando nada es distinto pero todo se evoca; cuando se pide a un cuerpo la luz de un laberinto y naufragan los días sin saber ni quién eres y me pides silencio con un dedo en la boca. Javier Egea
LA RAMA ROTA Vengo de tu jardín de altos aromas, con esta flor que embriaga como un vino. Quizás por eso fue que en el camino me siguió una bandada de palomas. Y ahora, en mi huerto, en esta entristecida paz del que nada odia y nada ama, me tropiezan los pies con una rama seca y rota, lo mismo que mi vida. Y, como quien regresa del olvido y se hermana al dolor de otra derrota, pongo la flor sobre la rama rota para hacerle creer que ha florecido. José Ángel Buesa
La noche en la isla Toda la noche he dormido contigo junto al mar, en la isla. Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño, entre el fuego y el agua. Tal vez muy tarde nuestros sueños se unieron en lo alto o en el fondo, arriba como ramas que un mismo viento mueve, abajo como rojas raíces que se tocan. Tal vez tu sueño se separó del mío y por el mar oscuro me buscaba como antes, cuando aún no existías, cuando sin divisarte navegué por tu lado, y tus ojos buscaban lo que ahora -pan, vino, amor y cólera- te doy a manos llenas porque tú eres la copa que esperaba los dones de mi vida. He dormido contigo toda la noche mientras la oscura tierra gira con vivos y con muertos, y al despertar de pronto en medio de la sombra mi brazo rodeaba tu cintura. Ni la noche, ni el sueño pudieron separarnos. He dormido contigo y al despertar tu boca salida de tu sueño me dio el sabor de tierra, de agua marina, de algas, del fondo de tu vida, y recibí tu beso mojado por la aurora como si me llegara del mar que nos rodea. Pablo Neruda (1904-1973)
CANCIÓN DEL AMOR PROHIBIDO Sólo tú y yo sabemos lo que ignora la gente al cambiar un saludo ceremonioso y frío, porque nadie sospecha que es falso tu desvío, ni cuánto amor esconde mi gesto indiferente. Sólo tú y yo sabemos por qué mi boca miente, relatando la historia de un fugaz amorío; y tú apenas me escuchas y yo no te sonrío... Y aún nos arde en los labios algún beso reciente. Sólo tú y yo sabemos que existe una simiente germinando en la sombra de este surco vacío, porque su flor profunda no se ve, ni se siente. Y así dos orillas tu corazón y el mío, pues, aunque las separa la corriente de un río, por debajo del río se unen secretamente. José Ángel Buesa
Canto II (Fragmento) Las llanuras se pierden bajo tu gracias frágil Se pierde el mundo bajo tu andar visible Pues todo es artificio cuando tú te presentas Con tu luz peligrosa Inocente armonía sin fatiga ni olvido Elemento de lágrimas que rueda hacia adentro Construido de miedo altivo y de silencio Haces dudar al tiempo Y al cielo con instintos de infinito Lejos de ti todo es mortal Lanzas la agonía por la tierra humillada de noches Sólo lo que piensa en ti tiene sabor a eternidad He aquí tu estrella que pasa Con tu respiración de fatigas lejanas Con tus gestos y tu modo de andar Con el espacio magnetizado que te saluda Que nos separa con leguas de noche Vicente Huidobro (1893-194
Ausencia Quien dice que la ausencia causa olvido merece ser de todos olvidado. El verdadero y firme enamorado está, cuando está ausente más perdido. Aviva la memoria su sentido; la soledad levanta su cuidado; hallarse de su bien tan apartado hace su desear más encendido. No sanan las heridas en él dadas, aunque cese el mirar que las causó, si quedan en el alma confirmadas. Que si uno está con muchas cuchilladas, porque huya de quien lo acuchilló, no por eso serán mejor curadas. Juan Boscán Salu2
Defender la alegría como una trinchera defenderla del escándalo y la rutina de la miseria y los miserables de las ausencias transitorias y las definitivas defender la alegría como un principio defenderla del pasmo y las pesadillas de los neutrales y de los neutrones de las dulces infamias y los graves diagnósticos defenderla alegría como una bandera defenderla del rayo y la melancolía de los ingenuos y de los canallas de la retórica y los paros cardiacos de las endemias y las academias defender la alegría como un destino defenderla del fuego y de los bomberos de los suicidas y los homicidas de las vacaciones y del agobio de la obligación de estar alegres defender la alegría como una certeza defenderla del óxido y la roña de la famosa pátina del tiempo del relente y del oportunismo de los proxenetas de la risa defender la alegría como un derecho defenderla de dios y del invierno de las mayúsculas y de la muerte de los apellidos y las lástimas del azar y también de la alegría. Benedetti besssoooosss muchossss para toda esta gente que ama la poesia