Nocturnos 1 No soy yo quien escucha ese trote llovido que atraviesa mis venas. No soy yo quien pasa la lengua entre los labios, al sentir que la boca se me llena de arena. No soy yo quien espera, enredado en mis nervios, que las horas me acerquen el alivio del sueño, ni el que está con mis manos, de yeso enloquecido, mirando, entre mis huesos, las áridas paredes. No soy yo quien escribe estas palabras huérfanas. "Persuasión de los días"
DESDE LA VENTANA Desde la ventana, atisbo el silencio; no se escuchan trinos.... Tras paredes blancas, la gente descansa. Las tejas parejas techo contra techo, en color ladrillo, uno junto al otro, armoniosamente; Sábado a las diez... Tanques de agua tristes, mudas chimeneas, ausencia de ruidos; ...ni siquiera brisa. Pernocta la vida... El cielo plomizo esperando lluvias, vidrios empañados, las persianas bajas, verdes apagados, árboles dispersos... Diez de la mañana, transcurre la nada. El sol no se anuncia despertando al día; todo se está quieto. La ropa tendida detrás de algún muro, la calma respira pausado y profundo. Desde esta ventana suspendido el tiempo, todo está inmutable; solo yo lo veo. Se escucha un ladrido de un perdido perro y el grito de un niño sin edad ni sexo; un leve reflejo va aclarando el cielo. Y un pino finito veo allá, a lo lejos; divide matices terrazas y aleros, se acerca callado al poste de luces, le falta un poquito... para darle un beso......... Diez de la mañana, la vida adormece; por esta ventana..... solo yo, la veo.- Georgesand
COMO LA SIEMPREVIVA Mi poesía es como la siempreviva paga su precio a la existencia en término de asperidad. Entre las piedras y el fuego, frente a la tempestad o en medio de la sequía, por sobre las banderas del odio necesario y el hermosísimo empuje de la cólera, la flor de mi poesía busca siempre el aire, el humus, la savia, el sol, de la ternura. Roque Dalton
Tú, que nunca serás Sábado fue, y capricho el beso dado, capricho de varón, audaz y fino, mas fue dulce el capricho masculino a este mi corazón, lobezno alado. No es que crea, no creo, si inclinado sobre mis manos te sentí divino, y me embriagué. Comprendo que este vino no es para mí, mas juega y rueda el dado. Yo soy esa mujer que vive alerta, tú el tremendo varón que se despierta en un torrente que se ensancha en río, y más se encrespa mientras corre y poda. Ah, me resisto, más me tiene toda, tú, que nunca serás del todo mío. Alfonsina Storni
EN LA DOLIENTE SOLEDAD DEL DOMINGO Aquí estoy, desnuda, sobre las sábanas solitarias de esta cama donde te deseo. Veo mi cuerpo, liso y rosado en el espejo, mi cuerpo que fue ávido territorio de tus besos, este cuerpo lleno de recuerdos de tu desbordada pasión sobre el que peleaste sudorosas batallas en largas noches de quejidos y risas y ruidos de mis cuevas interiores. Veo mis pechos que acomodabas sonriendo en la palma de tu mano, que apretabas como pájaros pequeños en tus jaulas de cinco barrotes, mientras una flor se me encendía y paraba su dura corola contra tu carne dulce. Veo mis piernas, largas y lentas conocedoras de tus caricias, que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes para abrirte el sendero de la perdición hacia mi mismo centro y la suave vegetación del monte donde urdiste sordos combates coronados de gozo, anunciados por descargas de fusilerías y truenos primitivos. Me veo y no me estoy viendo, es un espejo de vos el que se extiende doliente sobre esta soledad de domingo, un espejo rosado, un molde hueco buscando su otro hemisferio. Llueve copiosamente sobre mi cara y sólo pienso en tu lejano amor mientras cobijo con todas mis fuerzas, la esperanza. Gioconda Belli
OTRO AUTORRETRATO Soy de aire y agua como la Tierra. He muerto seiscientastreintaidos veces a las puertas de una madrugada. Sobrevivo en cada nuevo labio que zarandea mi ternura, subsisto en tú aliento y casi sin darme cuenta, me acaricias los brazos me besas en la nada me amas y me sacas de quicio. Soy de fuego y piedra como la Tierra. A veces me entierro en mi memoria a una profundidad de seis metros y trago tierra amasada con lágrimas y saliva, apunto con agujas algunos versos para hilvanar sueños a mi carne respondiéndole al tiempo con pespuntes de inmadurez y sospechas de mi yo. Soy de hambre y humo como la tierra.
QUIEREME ENTERA Si me quieres, quiéreme entera, no por zonas de luz o sombra... Si me quieres, quiéreme negra y blanca. Y gris, y verde, y rubia, quiéreme día, quiéreme noche... ¡Y madrugada en la ventana abierta! Si me quieres, no me recortes: ¡Quiéreme toda... o no me quieras! Dulce María Loynaz
Rima XIV Te vi un punto y, flotando ante mis ojos, la imagen de tus ojos se quedó, como la mancha oscura orlada en fuego que flota y ciega si se mira al sol. Adondequiera que la vista clavo, torno a ver las pupilas llamear; mas no te encuentro a ti, que es tu mirada, unos ojos, los tuyos, nada más. De mi alcoba en el ángulo los miro desasidos fantásticos lucir; cuando duermo los siento que se ciernen, de par en par abiertos sobre mí. Yo sé que hay fuegos fatuos que en la noche llevan al caminante a perecer; yo me siento arrastrado por tus ojos, pero adónde me arrastran, no lo sé. Gustavo Adolfo Bécquer Salu2
BESOS Hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor condenatoria, hay besos que se dan con la mirada hay besos que se dan con la memoria. Hay besos silenciosos, besos nobles hay besos enigmáticos, sinceros hay besos que se dan sólo las almas hay besos por prohibidos, verdaderos. Hay besos que calcinan y que hieren, hay besos que arrebatan los sentidos, hay besos misteriosos que han dejado mil sueños errantes y perdidos. Hay besos problemáticos que encierran una clave que nadie ha descifrado, hay besos que engendran la tragedia cuantas rosas en broche han deshojado. Hay besos perfumados, besos tibios que palpitan en íntimos anhelos, hay besos que en los labios dejan huellas como un campo de sol entre dos hielos. Hay besos que parecen azucenas por sublimes, ingenuos y por puros, hay besos traicioneros y cobardes, hay besos maldecidos y perjuros. Judas besa a Jesús y deja impresa en su rostro de Dios, la felonía, mientras la Magdalena con sus besos fortifica piadosa su agonía. Desde entonces en los besos palpita el amor, la traición y los dolores, en las bodas humanas se parecen a la brisa que juega con las flores. Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca, tú los conoces bien son besos míos inventados por mí, para tu boca. Besos de llama que en rastro impreso llevan los surcos de un amor vedado, besos de tempestad, salvajes besos que solo nuestros labios han probado. ¿Te acuerdas del primero...? Indefinible; cubrió tu faz de cárdenos sonrojos y en los espasmos de emoción terrible, llenaron sé de lágrimas tus ojos. ¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso te vi celoso imaginando agravios, te suspendí en mis brazos... vibró un beso, y qué viste después...? Sangre en mis labios. Yo te enseñe a besar: los besos fríos son de impasible corazón de roca, yo te enseñé a besar con besos míos inventados por mí, para tu boca. Gabriela Mistral
El viajero ...Y, de pronto, el viajero surgió. Sobre el sendero sus pies dejaban pálido, fosforescente reguero. Vio mi mano en oferta, y dijo: -¿Es para mí?- (Yo no sé si despierta o en ensueños le oí). ...Extasiada, mirándole los ojos, se lo di... ¡Poder no pensar, poderse abandonar, como el pétalo al viento, como al fuego el sarmiento, como la astilla al mar! Josefina Plá
TE BUSCO EN LA FUERZA DEL FUTURO Sola yo, amor, y vos quién sabe dónde; tu recuerdo me mece como al maíz el viento y te traigo en el tiempo, recorro los caminos, me río a carcajadas y somos los dos juntos otra vez, junto al agua. Y somos los dos juntos otra vez, bajo el cielo estrellado en el monte, de noche. Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre, voy juntando mis días, mis minutos, mis horas con tu hilo de letras. Me he vuelto alfarera y he creado vasijas para guardar momentos. Me he soltado en tormenta y trueno y lloro de rabia por no tenerte cerca, en viento me he cambiado, en brisa, en agua fresca y azoto, mojo, salto buscándote en el tiempo de un futuro que tiene la fuerza de tu fuerza. Gioconda Belli
Si algún día te vas Si algún día te vas, no te despidas. Vete como se va lo que se ha muerto: abre tu ventanal hacia el olvido y amárrate en tu adiós, cara al silencio. Si algún día te vas, mi amor, no llames con tus nudillos a mi vieja puerta para decirme: –Todo esto ha sido un sueño... y encierra mi recuerdo en tus maletas. No llegues del comienzo de tu muerte hasta mi habitación desarreglada para explicarme que te alejas, sólo porque tu piel se enferma de distancia. No digas la palabra que lastima, no beses con el beso que separa, no busques con tus ojos en mis ojos la luz que delataba tu llegada. Cuando quieras marcharte, no me avises; deja a la soledad de ayer que invada mi corazón incrédulo de vida como antes de que tú me despertaras. Deja que la marea de tu ausencia crezca sobre mis manos, extenuadas por un afán inútil de caricias, de besos, de ternuras desatadas. Si algún día te vas, no me lo digas. Quiero que tu silencio me sorprenda cuando grite tu nombre y no respondas tu respuesta de piel tras de mi puerta. Después, déjame así. Déjame triste. Como si no te hubieras dado cuenta de que en este lugar se queda un hombre condenado a la pena de tu espera. Jorge Antonio Doré Salu2
SIMPLEMENTE YO... Yo, simplemente yo, formando parte de la tierra, alimentándome de injusticias, estudiando la vida, estando tan sola... aquí. Yo, un ave en cautiverio, un amanecer opaco, llena de errores, defectos y virtudes. Yo, la causa, la culpa, la que logra que se pinte en tus labios una sonrisa. Y es que a pesar del destino que se rompe en mil pedazos, todavía existen ilusiones y fantasías encerradas en corazones de niños que corren libres por el campo, esos que aún no pierden la inocencia... porque hay los que tienen hambre y frío y ven a sus pueblos morir. Otros ya no sueñan, ya no, no aman y se niegan a llorar, les duele el alma, sus últimas lágrimas se han ido consumiendo en pequeñas dosis de agresión, de polvos blancos y sustancias tóxicas que los hacen volar a un cielo que se desmorona poco a poco... Yo, la mujer fuerte, la que lucha, la que no se deshace pero tiene miedo. Yo, que aprendí a palpar el mundo desde tus manos y que, egoístamente, vislumbra un futuro perfecto a tu lado. Yo, que olvido el sufrimiento, que ignoro el mundo y no pienso en el pasado. Yo, la que se ve más bella junto a ti, la que te mata y resucita. Yo, simplemente yo: nada. La que no es nada, la que hoy quiere cambiarlo todo, la que solo podría amarte. Yo, la que estuvo un día en la otra orilla de tu océano. Tú, el que hizo lo imposible por llegar a mí. Y será solo ahí, cuando ambos cerremos los ojos y expiremos un suspiro eterno, que formaremos parte de ese inmenso mar. Sólo ahí seremos algo. Y yo, ya no seré simplemente yo, la que te ama. Paola Valverde
AMOR MÍO, MI AMOR.... Amor mío, mi amor, amor hallado de pronto en la ostra de la muerte. Quiero comer contigo, estar, amar contigo, quiero tocarte, verte. Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo los hilos de mi sangre acostumbrada, lo dice este dolor y mis zapatos y mi boca y mi almohada. Te quiero, amor, amor absurdamente, tontamente, perdido, iluminado, soñando rosas e inventando estrellas y diciéndote adiós yendo a tu lado. Te quiero desde el poste de la esquina, desde la alfombra de ese cuarto a solas, en las sábanas tibias de tu cuerpo donde se duerme un agua de amapolas. Cabellera del aire desvelado, río de noche, platanar oscuro, colmena ciega, amor desenterrado, voy a seguir tus pasos hacia arriba, de tus pies a tu muslo y tu costado. Jaime Sabines Salu2