Un relámpago apenas Besas como si fueras a comerme. Besas besos de mar, a dentelladas. Las manos en mis sienes y abismadas nuestras miradas. Yo, sin lucha, inerme, me declaro vencido, sin vencerme es ver en ti mis manos maniatadas. Besas besos de Dios. A bocanadas bebes mi vida. Sorbes, sin dolerme, tiras de mi raíz, subes mi muerte a flor de labio, Y luego, mimadora, la brizas y las rozas con tu beso. Oh Dios, oh Dios, si para verte bastará un beso, un beso que se llora después, porque ¡oh, por qué! no basta eso. Blas de Otero
Antonio Machado Yo voy soñando caminos Yo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿A dónde el camino irá? Yo voy cantando, viajero a lo largo del sendero... -La tarde cayendo está-. "En el corazón tenía la espina de una pasión; logré arrancármela un día: ya no siento el corazón". Y todo el campo un momento se queda mudo y sombrío, meditando. Suena el viento en los álamos del río. La tarde más se obscurece; y el camino que serpea y débilmente blanquea, se enturbia y desaparece. Mi cantar vuelve a plañir: "Aguda espina dorada, quien te pudiera sentir en el corazón clavada".
Fuego en el monte de Venus y yo me voy a quemar Fuego pero no hay agua en el mundo que lo pueda apagar. Humo, están echando humo las flores, las flores de tu jardín. Quiero que tu madre se sienta muy orgullosa de ti. Caminando distraído los semáforos ardiendo ni con agua en los bolsillos se me enfría el pensamiento. ------------------------------------------------------------ Kiko Veneno.
Otra del genial Neruda No te amo como si fueras rosa de sal, topacio o flecha de claveles que propagan el fuego: te amo como se aman ciertas cosas oscuras, secretamente, entre la sombra y el alma. Te amo como la planta que no florece y lleva dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores, y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo, el apretado aroma que ascendió de la tierra. Te amo sin saber como, ni cuando, ni de donde, te amo directamente sin problemas ni orgullo: así te amo porque no sé amar de otra manera, sino así de este modo en que no soy ni eres, tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía, tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño. Salu2
Os pongo una poesía muy entrañable para mi...aunque no recuerdo el autor... Rendida por la lucha y la fatiga de acarrear el generoso grano, hacia su cueva, por el tallo ufano regresa, deteniéndose, la hormiga. Bajo la mata de la verde ortiga canta el grillo su trova de verano, zumba el mosquito con sonido vano junto a la cepa que su cama abriga. Sobre el lago, la flor observa el cielo retratado en el círculo tranquilo, el murciélago aturde con su vuelo y, cambiando de ramas y de asilo, de la punta del álamo hasta el suelo se descuelga la araña por el hilo.
Federico García Lorca La casada infiel Y que yo me la lleve al río creyendo que era mozuela, pero tenía marido. Fue la noche de Santiago y casi por compromiso. Se apagaron los faroles y se encendieron los grillos. En las últimas esquinas toqué sus pechos dormidos, y se me abrieron de pronto como ramos de jacintos. El almidón de su enagua me sonaba en el oído, como una pieza de seda rasgada por diez cuchillos Sin luz de plata en sus copas los árboles han crecido, y un horizonte de perros ladra muy lejos del río. Pasadas las zarzamoras, los juncos y los espinos, bajo su mata de pelo hice un hoyo sobre el limo. Yo me quité la corbata. Ella se quitó el vestido. Yo el cinturón con revólver Ella sus cuatro corpiños. Ni nardos ni caracolas tienen el cutis tan fino, ni los cristales con luna relumbran con ese brillo. Sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos, la mitad llenos de lumbre, la mitad llenos de frío. Aquella noche corrí el mejor de los caminos, montado en potra de nácar sin bridas y sin estribos. No quiero decir, por hombre, las cosas que ella me dijo. La luz del entendimiento me hace ser muy comedido. Sucia de besos y arena, yo me la lleve del río. Con el aire se batían las espadas de los lirios. Me porté como quien soy. Como un gitano legítimo. La regalé un costurero grande de raso pajizo, y no quise enamorarme porque teniendo marido me dijo que era mozuela cuando la llevaba al río.
PENA Y ALEGRÍA DEL AMOR de Rafael de León Mira cómo se me pone la piel cuando te recuerdo. Por la garganta me sube un río de sangre fresco de la herida que atraviesa de parte a parte mi cuerpo. Tengo clavos en las manos y cuchillos en los dedos y en mi sien una corona hecha de alfileres negros. Mira cómo se me pone la piel ca vez que me acuerdo que soy un hombre casao y sin embargo, te quiero. Entre tu casa y mi casa hay un muro de silencio, de ortigas y de chumberas, de cal, de arena, de viento, de madreselvas oscuras y de vidrios en acecho. Un muro para que nunca lo pueda saltar el pueblo que anda rondando la llave que guarda nuestro secreto. ¡Y yo sé bien que me quieres! ¡Y tú sabes que te quiero! Y lo sabemos los dos y nadie puede saberlo. ¡Ay, pena, penita, pena de nuestro amor en silencio! ¡Ay, qué alegría, alegría, quererte como te quiero! Cuando por la noche a solas me quedo con tu recuerdo derribaría la pared que separa nuestro sueño, rompería con mis manos de tu cancela los hierros, con tal de verme a tu vera, tormento de mis tormentos, y te estaría besando hasta quitarte el aliento. Y luego, qué se me daba quedarme en tus brazos muerto. ¡Ay, qué alegría y qué pena quererte como te quiero! Nuestro amor es agonía, luto, angustia, llanto, miedo, muerte, pena, sangre, vida, luna, rosa, sol y viento. Es morirse a cada paso y seguir viviendo luego con una espada de punta siempre pendiente del techo. Salgo de mi casa al campo sólo con tu pensamiento, para acariciar a solas la tela de aquel pañuelo que se te cayó un domingo cuando venías del pueblo y que no te he dicho nunca, mi vida, que yo lo tengo. Y lo estrujo entre mis manos lo mismo que un limón nuevo, y miro tus iniciales y las repito en silencio para que ni el campo sepa lo que yo te estoy queriendo. Ayer, en la Plaza Nueva, —vida, no vuelvas a hacerlo— te vi besar a mi niño, a mi niño el más pequeño, y cómo lo besarías —¡ay, Virgen de los Remedios!— que fue la primera vez que a mí me distes un beso. Llegué corriendo a mi casa, alcé mi niño del suelo y sin que nadie me viera, como un ladrón en acecho, en su cara de amapola mordió mi boca tu beso. ¡Ay, qué alegría y qué pena quererte como te quiero! Mira, pase lo que pase, aunque se hunda el firmamento, aunque tu nombre y el mío lo pisoteen por el suelo, y aunque la tierra se abra y aun cuando lo sepa el pueblo y ponga nuestra bandera de amor a los cuatro vientos, sígueme queriendo así, tormento de mis tormentos. ¡Ay, qué alegría y qué pena quererte como te quiero! Rafael de León
PUEDO escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. Pablo Neruda
y pensar que tan solo tenía 20 años cuando publicó " 20 poemas de amor y una canción desesperada" POEMA 6 Te recuerdo como eras en el último otoño. Eras la boina gris y el corazón en calma. En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo. Y las hojas caían en el agua de tu alma. Apegada a mis brazos como una enredadera, las hojas recogían tu voz lenta y en calma. Hoguera de estupor en que mi sed ardía. Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma. Siento viajar tus ojos y es distante el otoño: boina gris, voz de pájaro y corazón de casa hacia donde emigraban mis profundos anhelos y caían mis besos alegres como brasas. Cielo desde un navío. Campo desde los cerros. Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma! Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos. Hojas secas de otoño giraban en tu alma. Pablo Neruda [stream:09795b7f8b]http://poesias.desdeinter.net/canc0139.mp3[/stream:09795b7f8b]
Gracias Chicas, el nombre del libro estaba, no se por que se borro. Bueno aca dejo otro.... "Cuerpo de mujer " Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu actitud de entrega. Mi cuerpo de labriego salvaje te socava Y hace saltar el hijo del fondo de la tierra. Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros, Y en mí la noche entraba su invasión poderosa. Para sobrevivirme te forjé como un arma, como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda. Pero cae la hora de la venganza, y te amo. Cuerpo de piel, de musgo, de lache ávida y firme. Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia! Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste! Cuerpo de mujer mía, persigue en tu gracia. Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso! Oscuros cauces donde la sed eterna sigue, Y la fatiga sigue, y el dolor infinito.
Hola. Felicidades, una bonita colección de poemas . Este, es muy especial para mi, (tengo una pésima memoria , nos lo hizo aprender un profesor de literatura hace veintialgunos años y aun me acuerdo ) no se porque me llego muy dentro. CERRAR PODRÁN MIS OJOS Cerrar podrán mis ojos la postrera sombra que llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía hora a su afán ansioso lisonjera; mas no, de es otra parte, en la ribera, dejará la memoria, en donde ardía: nada saber mi llama la agua fría, y perder el respeto a la ley severa. Alma a quien todo un dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han dado, médulas que han gloriosamente ardido, su cuerpo dejará, no su cuidado; serán ceniza, mas tendrá sentido; polvo serán, mas polvo enamorado.
Hola KarnaK, ese poema que pusiste es hermoso, su autor es Francisco de Quevedo y Villegas, se llama “Amor constante más allá de la muerte”, la ultima frase es memorable Ahora sigo re Neruda que es un capo: Pablo Neruda Soneto XXV Antes de amarte, amor, nada era mío: vacilé por las calles y las cosas: nada contaba ni tenía nombre: el mundo era del aire que esperaba. Yo conocí salones cenicientos, túneles habitados por la luna, hangares crueles que se despedían, preguntas que insistían en la arena. Todo estaba vacío, muerto y mudo, caído, abandonado y decaído, todo era inalienablemente ajeno, todo era de los otros y de nadie, hasta que tu belleza y tu pobreza llenaron el otoño de regalos. Salu2