A UNA MUCHACHA QUE SE LLAMABA NIEVES Rojo dará su luz cuando la aurora negra de tus miradas ilumine tu bello despertar de primavera; cuando tus grandes ojos sean las nubes, tu corazón un sol, tu piel la tierra sonrosada de un mundo de rubores; cuando el amor tu nombre frío deshiele sin que por eso pierda su blancura; cuando un hombre te quiera y tú, queriéndole, escuches su silencio con tu boca. Manuel Altolaguirre Salu2
A UNA MUCHACHA QUE SE LLAMABA NIEVES Rojo dará su luz cuando la aurora negra de tus miradas ilumine tu bello despertar de primavera; cuando tus grandes ojos sean las nubes, tu corazón un sol, tu piel la tierra sonrosada de un mundo de rubores; cuando el amor tu nombre frío deshiele sin que por eso pierda su blancura; cuando un hombre te quiera y tú, queriéndole, escuches su silencio con tu boca. Manuel Altolaguirre Salu2
TÚ DUERMES, YA LO SÉ... Tú duermes, ya lo sé. Te estoy velando. No importa que estés lejos, que no escuche tu cadencia en la sombra; no importa que no pueda pasar mi mano sobre tu cabeza, tus sienes y tus hombros. Yo estoy velando, siempre. No importa que no pueda acurrucarme para que tú me envuelvas sin saberlo, para que tú me abraces sin sentirlo, para que me retengas mientras yo tiemblo y digo simplemente palabras que no escuchas. Yo puedo estar tan lejos pero sigo velando cuando duermes.... Julia Prilutzky
JULIO CORTÁZAR Poema Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz, te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz, voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago y cintas que dormían en la lluvia. No quiero que tengas una forma, que seas precisamente lo que viene detrás de tu mano, porque el agua, considera el agua, y los leones cuando se disuelven en el azúcar de la fábula, y los gestos, esa arquitectura de la nada, encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro. Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo, pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese pelo lacio, esa sonrisa. Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino es también la luna y el espejo, busco esa línea que hace temblar a un hombre en una galería de museo. Además te quiero, y hace tiempo y frío.
QUIERO ESTAR EN TU SUEÑO... Quiero estar en tu sueño. Ser tu sueño. Penetrar más allá de lo que advierte la mirada sutil. Como beleño recorrer, galopar tu sangre inerte. Quiero quebrar con definido empeño toda defensa en ti: muralla, fuerte: y adentrarme, crisálida de ensueño más allá de tu vida y de tu muerte. Más allá de tu piel, y más adentro de toda sombra, y más allá del centro desconocido, virgen, tembloroso... Y estar dentro de ti -seguro puerto- como un paradojal milagro cierto, presentido a la vez que pavoroso.... Julia Prilutzky
VICTORIANO CRÉMER Amor ¿Serás, amor, un largo adiós que no se acaba? Pedro Salinas Extenso mar, o renovado velo; cuna del sueño, en la que el ser madura; alondra vertical ganando altura en la flotante música del vuelo. Si látigo, te ciñes con anhelo. Si beso, resplandece tu blancura y la tierra redime su clausura en la pradera extática del cielo. De la raíz del hombre te alimentas, de sus juegos más nobles, y le dejas como una negra tierra fecundada. ¡Mírame ciego, Amor, buscando a tientas, en un mundo de adioses y de rejas, la salvadora luz de tu mirada!.
SUSPIRO GERMÁNICO Limpio y claro como una gota de agua como una lágrima tu amor como una gota de agua transparente como una lágrima es transparente limpio y claro como una lágrima tu amor y como un beso.... "La tierra transparente" 2001 Blanca Andreu
GERARDO DIEGO Tú me miras Tú me miras, amor, al fin me miras de frente, tú me miras y te entregas y de tus ojos líricos trasiegas tu inocencia a los míos. No retiras tu onda y onda dulcísima, mentiras que yo soñaba y son verdad, no juegas. Me miras ya sin ver, mirando a ciegas tu propio amor que en mi mirar respiras. No ves mis ojos, no mi amor de fuente, miras para no ver, miras cantando cantas mirando, oh música del cielo. Oh mi ciega del alma, incandescente, mi melodía en que mi ser revelo. Tú me miras, amor, me estás mirando.
Te quiero. Te lo he dicho con el viento, jugueteando como animalillo en la arena o iracundo como órgano impetuoso; Te lo he dicho con el sol, que dora desnudos cuerpos juveniles y sonríe en todas las cosas inocentes; Te lo he dicho con las nubes, frentes melancólicas que sostienen el cielo, tristezas fugitivas; Te lo he dicho con las plantas, leves criaturas transparentes que se cubren de rubor repentino; Te lo he dicho con el agua, vida luminosa que vela un fondo de sombra; te lo he dicho con el miedo, te lo he dicho con la alegría, con el hastío, con las terribles palabras. Pero así no me basta: más allá de la vida, quiero decírtelo con la muerte; más allá del amor, quiero decírtelo con el olvido. Luis Cernuda
AMANECER Mientras duermes te miro. Me recuerdas el frío de las fuentes en los labios, el prado debajo de la espalda, la indescifrable danza de las nubes, el dulce sabor de diminutos dedos en la masa, la tierra en las uñas, los pies mojados en los charcos, los bolsillos repletos. Contigo junto a mí los días recobran la suave textura de la cera y repiten mil veces el amanecer. Contigo junto a mí veo pasar de largo la tristeza.... De "Escenas principales de un actor secundario" 2000 Irene Sanchez Carròn.
RUBÉN DARÍO Amo, amas Amar, amar, amar, amar siempre, con todo el ser y con la tierra y con el cielo, con lo claro del sol y lo oscuro del lodo; amar por toda ciencia y amar por todo anhelo. Y cuando la montaña de la vida nos sea dura y larga y alta y llena de abismos, amar la inmensidad que es de amor encendida ¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!
OJOS HABITADOS Ven, ciérrame los ojos con un beso para que no pueda ver mi cielo, y de nuevo ábreme los ojos con un beso para que así no pueda verlo entre mi sueño. Oblígame al secreto para que nada diga de los besos, y pídeme que cante para que pueda hablarte. Eres el que puso en mis labios la voz, desde hace mucho tiempo, y has habitado mis manos desde que mi sangre sólo estaba creciendo. Ibas a preguntarme por mi cadena insomne, y era mayor el hambre de mi acecho y la estructura de mis huesos estaba decayendo. Ven, ciérrame los ojos para que pueda descansar mi ruego... Orietta Lozano
RUBÉN DARÍO Cuando llegues a amar... Cuando llegues a amar, si no has amado, sabrás que en este mundo es el dolor más grande y más profundo ser a un tiempo feliz y desgraciado. Corolario: el amor es un abismo de luz y sombra, poesía y prosa, y en donde se hace la más cara cosa que es reír y llorar a un tiempo mismo. Lo peor, lo más terrible, es que vivir sin él es imposible.
NOCTURNOS A VECES, CUANDO EN ALTA NOCHE A veces, cuando en alta noche tranquila, sobre las teclas vuela tu mano blanca, como una mariposa sobre una lila y al teclado sonoro notas arranca, cruzando del espacio la negra sombra filtran por la ventana rayos de luna, que trazan luces largas sobre la alfombra, y en alas de las notas a otros lugares, vuelan mis pensamientos, cruzan los mares, y en gótico castillo donde en las piedras musgosas por los siglos, crecen las yedras, puestos de codos ambos en tu ventana miramos en las sombras morir el día y subir de los valles la noche umbría y soy tu paje rubio, mi castellana, y cuando en los espacios la noche cierra, el fuego de tu estancia los muebles dora, y los dos nos miramos y sonreímos mientras que el viento afuera suspira y llora! ¡Cómo tendéis las alas, ensueños vanos, cuando sobre las teclas vuelan sus manos! José Asunción Silva
CÉSAR DÁVILA ANDRADE Variaciones de anhelo infinito Si alguna azul mañana de febrero, tras una larga noche de tormenta, encontraran tus manos el cadáver de un ángel en el campo. .. Si alguna vez, hacia la media noche, con tu sagrado sexo en las tinieblas, te me acercaras tanto, que pudiera oír cómo cae de tus labios una dulce minúscula sin letra... Si alguna vez, después de haber leído una carta de amor, fueras descalza hasta el río que amaste cuando niña y escucharas el tránsito de mi alma... Si alguna vez variaras sin motivo la dirección delgada de tus trenzas y te sintieras una joven nueva con una diadema de gavillas y heno... Si alguna vez tus manos se elevaran tanto hacia el aire que no fueran materia sino un deseo de sentir el alma celeste y silenciosa de las cosas... Si algún día tu voz (la que conozco), atravesara sola esas praderas, encontrara una fuente silenciosa y le enseñara a pronunciar tu nombre... Y, si pasaran siglos, muchos siglos, y nosotros no fuéramos los mismos después de tanto sueño en otras vidas; si, entonces, te encontrara de repente en una ciudad que todavía no existe y lograra acercarme y estrecharte con este amor que ahora no es posible...