POEMA 14 Juegas todos los días con la luz del universo. Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua. Eres más que esta blanca cabecita que aprieto como un racimo entre mis manos cada día. A nadie te pareces desde que yo te amo. Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas. Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur? Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías. De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada. El cielo es una red cuajada de peces sombríos. Aquí vienen a dar todos los vientos, todos. Se desviste la lluvia. Pasan huyendo los pájaros. El viento. El viento. Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres. El temporal arremolina hojas oscuras y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo. Tú estás aquí. Ah tú no huyes. Tú me responderás hasta el último grito. Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo. Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos. Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas, y tienes hasta los senos perfumados. Mientras el viento triste galopa matando mariposas yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela. Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí, a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan. Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes. Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote. Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado. Hasta te creo dueña del universo. Te traeré de las montañas flores alegres, copihues, avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos. Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos. Pablo Neruda, 1924 Anny
MANUEL ALTOLAGUIRRE Amor Mi forma inerte grande como un mundo no tiene noche alrededor ni día pero tiniebla y claridad por dentro hacen que yo, que tú, vivamos. Mares y cielos de mi sangre tuya navegamos los dos. No me despiertes. No te despiertes, no, sueña la vida. Yo también pienso en mí cuando te sueño y robo al tiempo todas mis edades para poblar mis íntimas moradas y acompañarte siempre, siempre, siempre.
32 Los que me aman en este mundo, hacen todo cuanto pueden por retenerme; pero tú no eres así en tu amor, que es más grande que ninguno, y me tienes libre. Nunca se atreven a dejarme solo, no los olvide; pero pasan y pasan los días, y tú no te dejas ver. Y aunque no te llame en mis oraciones, aunque no te tenga en mi corazón, tu amor siempre espera a mi amor. Tagore
ALFREDO BUXÁN El vigía Anidar en el crepúsculo de tu cuerpo, brotar de ti como callada lágrima. Ser tiniebla cercadora de tu sueño profundo, pozo de tu inconsciencia, vigía fervoroso en el murmullo de tu sangre. Habitarte como herida, bucear en tu dolor para apropiármelo y hacerte sonreír sin que lo sepas, prisionera del goce. Ser tú misma de pronto, ser en ti cuando se filtre el sol de la mañana para tocar en brevedad tus párpados, reconocerte al murmurar una canción, permanecer en el silencio de la noche como tú permaneces, minucia dulce, sueño feliz de mi vigilia.
LO INACABABLE No tienes tú la culpa si en tus manos mi amor se deshojó como una rosa: Vendrá la primavera y habrá flores... El tronco seco dará nuevas hojas. Las lágrimas vertidas se harán perlas de un collar nuevo; romperá la sombra un sol precioso que dará a las venas la savia fresca, loca y bullidora. Tú seguirás tu ruta; yo la mía y ambos, libertos, como mariposas perderemos el polen de las alas y hallaremos más polen en la flora. Las palabras se secan como ríos y los besos se secan como rosas, pero por cada muerte siete vidas buscan los labios demandando aurora. Mas... ¿lo que fue? ¡Jamás se recupera! ¡Y toda primavera que se esboza es un cadáver más que adquiere vida y es un capullo más que se deshoja! Alfonsina Storni Anny
ESTOY BUSCANDO UNA PALABRA EN EL HUMBRAL DE TU MISTERIO quien fuera ali baba quien fuera el mitico simbad,quien fuera poderoso sortilegio quien fuera encantador estoy buscando una escafandra al pie del mar de los delirios quien fuera nemo el capitan qien fuera explorador corazon corazon oscuro corazon corazon con muros corazon que se esconde corazon que hasta donde corazon corazon en fuga herido de dudas de amor estoy buscando melodias para tener como llamarte quien fuera ruiseñor quien fuera tu trovador corazon oscuro corazon con muros corazon que se esconde corazon que hasta donde corazon en fuga herido de dudas de amor
CARLOS EDMUNDO DE ORY Olor de amor Hueles de una manera diferente. Amar es una forma de olor. El cuerpo impone su presencia de aroma que subleva esa selva, ese bosque que somos. No te veo. No llego a tu contacto. Llegan flores raras, deshechas, invisibles. Certidumbre de ti en medio de la noche. Un salvaje rosal es tu olor. Una paloma es, y su vuelo recorre hasta mí el aire. Una profunda cabellera esparcida en el borde de mi memoria. Tu enredado aroma entre mis dedos algo tuyo esconde. Hasta mi llegas cada día hecha olor enmarañado de azucenas y áloes. Trasminas existencias. Te declaras realidad amorosa que responde a mi busca. Llamada que su contestación en mi recoge. Rastro exhalado, huella reconocible, evanescente torre de olorosa verdad. Humano aroma de mujer junto al hombre. Amar es una forma de olor. Llegas fragante. Llego. Nos acoge la onda que huele a vida enamorada, a claveles que en dos bocas se rompen.
EN MI CIELO AL CREPÚSCULO Paráfrasis del poema 30 de "El jardinero" En mi cielo al crepúsculo eres como una nube y tu color y forma son como yo los quiero. Eras mía, eres mía, mujer de labios dulces y viven en tu vida mis infinitos sueños. La lámpara de mi alma te sonrosa los pies, el agrio vino mío es más dulce en tus labios, oh segadora de mi canción de atardecer, cómo te sienten mía mis sueños solitarios! Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda. Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo estanca como el agua tu mirada nocturna. En la red de mi música estás presa, amor mío, y mis redes de música son anchas como el cielo. Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto. En tus ojos de luto comienza el país del sueño. Tagore
EDUARDO CARRANZA A veces cruza mi pecho dormido A veces cruza mi pecho dormido una alada magnolia gimiendo, con su aroma lascivo, una campana tocando a fuego, a besos, una soga llanera que enlaza una cintura una roja invasión de hormigas blancas, una venada oteando el paraíso jadeante, alzado el cuello hacia el éxtasis, una falda de cámbulos un barco que da tumbos por ebrio mar de noche y de cabellos, un suspiro, un pañuelo que delira bordado con diez letras y el laurel de la sangre, un desbocado vendaval, un cielo que ruge como un tigre, el puñal de la estrella fugaz que sólo dos desde un balcón han visto, un sorbo delirante de vino besador una piedra de otro planeta silbando como la leña verde cuando arde, un penetrante río que busca locamente su desenlace o desembocadura donde nada la Bella Nadadora, un raudal de manzana y roja miel el arañazo de la ortiga más dulce la sombra azul que baila en el mar de Ceilán, tejiendo su delirio, un clarín victorioso levantado hacia el alba la doble alondra del color del maíz volando sobre un celeste infierno y veo, dormido, un precipicio súbito y volar o morir... A veces cruza mi pecho dormido una persona o viento, un enjambre o relámpago, un súbito galope: es el amor que pasa en la grupa de un potro y se hunde en el tiempo hacia el mar.
SI ACASO PIENSAS EN MÍ Si acaso piensas en mí, te cantaré cuando el anochecer lluvioso suelta sus sombras por el río, arrastrando, lento, su luz vaga hacia el ocaso; cuando lo que queda del día es ya demasiado poco para trabajar o jugar. Te sentarás sola en el balcón que da al Sur, y yo me pondré a cantarte en el cuarto oscuro. El olor de las hojas mojadas entrará por la ventana, en el crepúsculo creciente, y los vientos tormentosos clamorearán en los cocoteros. Traerán la lámpara encendida al cuarto, y entonces me iré yo. Y tú, quizá, entonces, escucharás la noche, y oirás mi canción cuando esté yo callado... Tagore
RAFAEL ALBERTI Cúbreme, amor, el cielo de la boca Cúbreme, amor, el cielo de la boca con esa arrebatada espuma extrema, que es jazmín del que sabe y del que quema, brotado en punta de coral de roca. Alóquemelo, amor, su sal, aloca Tu lancinante aguda flor suprema, Doblando su furor en la diadema del mordiente clavel que la desboca. ¡Oh ceñido fluir, amor, oh bello borbotar temperado de la nieve por tan estrecha gruta en carne viva, para mirar cómo tu fino cuello se te resbala, amor, y se te llueve de jazmines y estrellas de saliva!
5 Sé indulgente conmigo un momento, y déjame sentarme a tu lado, que luego terminaré lo que estoy haciendo. Mi corazón, si no te ve, no tiene sosiego, y mi trabajo es como un afán infinito en un fatigoso mar sin playas. El verano ha venido hoy a mi ventana, zumbando y suspirando, y han venido las abejas, trovadores en la corte del bosque florecido. Es el tiempo de sentarse quieto frente a ti, el tiempo de cantarte, en un ocio mudo y rebosante, la ofrenda de mi vida... Tagore
Como decir de pronto: Tómame entre las manos, No me dejes caer. Te necesito: Acepta este milagro. Tenemos que aprender a no asombrarnos De habernos encontrado, De que la vida pueda estar de pronto En el silencio o la mirada. Tenemos que aprender a ser felices, A no extrañarnos De tener algo nuestro. Tenemos que aprender a no temernos Y a no asustarnos Y a estar seguros. Y a no causarnos daño. Julia Prilutzky Farny Besitos Anny