Amor más poderoso que la vida. La misma calidad que el sol de tu país, saliendo entre las nubes: alegre y delicado matiz en unas hojas, fulgor de un cristal, modulación del apagado brillo de la lluvia. La misma calidad que tu ciudad, tu ciudad de cristal innumerable idéntica y distinta, cambiada por el tiempo: calles que desconozco y plaza antigua de pájaros poblada, la plaza en que una noche nos besamos. La misma calidad que tu expresión, al cabo de los años, esta noche al mirarme: la misma calidad que tu expresión y la expresión herida de tus labios. Amor que tiene calidad de vida, amor sin exigencias de futuro, presente del pasado, amor más poderoso que la vida: perdido y encontrado. Encontrado, perdido... Jaime Gil de Biedma
En el centenario de la gran escritora de Velez Malaga,Maria Zambrano en su faceta menos conocida. Fechado en Roma,enero de 1950. DELIRIO DEL INCRÉDULO Bajo la flor,la rama sobre la flor,la estrella bajo la estrella,el viento ¿Y más allá? Mas allá ¿no lo recuerdas?,solo la nada la nada,oyelo bien,mi alma, duermeté,aduérmete en la nada si pudiera,pero hundirme. Bajo la flor,la rama.... Ceniza de aquel fuego,oquedad,agua espesa y amarga,el llanto hecho sudor la sangre que en su huida se lleva la palabra y la carga vacia de un corazón sin mancha. Bajo la flor,la rama.... De verdad ¿es que no hay nada? Hay la nada. La nada,óyelo bien,mi alma, duérmete,aduérmete en la nada. Y que no lo recuerdes.Era tu gloria. Bajo la flor,la rama.... Más allá del recuerdo,en el olvido, escucha el soplo de tu aliento. Mira en tu pupila misma dentro en ese fuego que te abrasa,luz y agua Bajo la flor,la rama.... Mas no puedo,no puedo. Ojos y oidos son ventanas. Perdido entre mi mismo no puedo buscar nada no llego hasta la Nada. Bajo la flor,la rama sobre la flor,la estrella bajo la estrella,el viento ¿Y más allá? Más allá ¿no lo recuerdas?. solo la nada. ++++++++++++++++++++++ La gran Zambrano
Soneto II Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, qué soledad errante hasta tu compañía! Siguen los trenes solos rodando con la lluvia. En Taltal no amanece aún la primavera. Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos, juntos desde la ropa a las raíces, juntos de otoño, de agua, de caderas, hasta ser sólo tú, sólo yo juntos. Pensar que costó tantas piedras que lleva el río, la desembocadura del agua de Boroa, pensar que separados por trenes y naciones tú y yo teníamos que simplemente amarnos, con todos confundidos, con hombres y mujeres, con la tierra que implanta y educa los claveles. Pablo Neruda
Ambición ¡Quisiera ser viento! Ráfaga tendida que arrastra en su beso el polvo y la nube, la rosa, el lucero... -No brisa apacible que finge despechos y siembra caricias-. Yo quiero ser fuego, volcán de aire rojo que incendie el secreto de todas las ramas y todos los pechos; aquilón desnudo, huracán de acero, fragua donde forjan su actitud los cuerpos. ¡Cuando voy a ti, quisiera ser viento para arrebatarte más allá del cielo! Ernestina de Champourcin (1905 - *)
La sed insaciable. Decir adiós... La vida es eso. Y yo te digo adiós, y sigo... Volver a amar es el castigo de los que amaron con exceso. Amar y amar toda la vida, y arder en esa llama. Y no saber por qué se ama... Y no saber por qué se olvida... Coger las rosas una a una, beber un vino y otro vino, y andar y andar por un camino que no conduce a parte alguna. Sentir más sed en cada fuente y ver más sombra en cada abismo, en este amor que es siempre el mismo, pero que siempre es diferente. Porque en sordo desacuerdo de lo soñado y lo vivido, siempre, del fondo del olvido, nace la muerte de un recuerdo. Y en esta angustia que no cesa, que toca el alma y no la toca, besar la sombra de otra boca en cada boca que se besa. José Ángel Buesa
LO QUE NECESITO DE TI No sabes cómo necesito tu voz; necesito tus miradas aquellas palabras que siempre me llenaban, necesito tu paz interior; necesito la luz de tus labios !Ya no puedo... seguir así! ...Ya... No puedo mi mente no quiere pensar no puede pensar nada más que en ti. Necesito la flor de tus manos aquella paciencia de todos tus actos con aquella justicia que me inspiras para lo que siempre fue mi espina mi fuente de vida se ha secado con la fuerza del olvido... me estoy quemando; aquello que necesito ya lo he encontrado pero aún !Te sigo extrañando! "Super Mario Benedetti"
CANDOR Azul... azul... azul estaba el cielo. El hálito quemaste del estío comenzaba a dorar el terciopelo del prado, en donde se remansa el río. A lo lejos, el humo de un bohío, tal de una novia el intocado velo, se alza hasta perderse en el vacío con un ondulante y silencioso vuelo. De pronto me dijiste: —El amor mío es puro y blando, así como ese río que rueda allá sobre el lejano suelo— y me miraste al terminar, tranquila, con el alma asomada a tu pupila. Y estaba azul tu alma como el cielo. Julio Flórez
¿COSECHA DE LA NADA? Hay quienes imaginan el olvido como un depósito desierto / una cosecha de la nada y sin embargo el olvido está lleno de memoria hay rincones del odio por ejemplo con un rostro treinta veces ardido y treinta veces vuelto a renacer como otro ave fénix del desahucio hay arriatas de asombro con azahares sedientos de rocío / hay precarias lucernas del amor donde se asoman cielos que fueron apagados por la huesuda o por la indiferencia y sin embargo siguen esperando aunque nada ni nadie los desangre en voz alta ni el desamparo ni el dolor se borran y las lealtades y traiciones giran como satélites del sacrificio en el olvido encallan buenas y malas sombras huesos de compasión / sangre de ungüentos resentimientos inmisericordes ojos de exilio que besaron pechos hay quienes imaginan el olvido como un depósito desierto / una cosecha de la nada y sin embargo el olvido está lleno de memoria. Mario Benedetti.
HAGAMOS UN TRATO Compañera usted sabe que puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo Si alguna vez advierte que la miro a los ojos y una veta de amor reconoce en los míos no alerte sus fusiles ni piense qué delirio a pesar de la veta o tal vez porque existe usted puede contar conmigo Si otras veces me encuentra huraño sin motivo no piense qué flojera igual puede contar conmigo Pero hagamos un trato yo quisiera contar con usted es tan lindo saber que usted existe uno se siente vivo y cuando digo esto quiero decir contar aunque sea hasta dos aunque sea hasta cinco no ya para que acuda presurosa en mi auxilio sino para saber a ciencia cierta que usted sabe que puede contar conmigo. Mario Benedetti
LUNA CONGELADA Con esta soledad alevosa tranquila con esta soledad de sagradas goteras de lejanos aullidos de monstruos de silencio de recuerdos al firme de luna congelada de noche para otros de ojos bien abiertos con esta soledad inservible vacía se puede algunas veces entender el amor. Mario Benedetti.
VOLVERÁN LAS OSCURAS GOLONDRINAS Volverán las oscuras golondrinas de tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez, con el ala a sus cristales, jugando llamarán. Pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha a contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres... esas... ¡ no volverán ! Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde aún más hermosas, sus flores se abrirán; pero aquellas, cuajadas de rocío, cuyas gotas mirábamos temblar y caer, como lágrimas del día... esas... ¡ no volverán ! Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón, de su profundo sueño, tal vez despertará; pero mudo y absorto y de rodillas, como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido... ¡ desengáñate ! así... no te querrán. Gustavo Adolfo Bécquer.
SOBRE CARTAS DE AMOR Una carta de amor no es un naipe de amor una carta de amor tampoco es una carta pastoral o crédito / de pago o fletamento en cambio se asemeja a una carta de amparo ya que si la alegría o la tristeza se animan a escribir una carta de amor es porque en las entrañas de la noche se abren la euforia o la congoja las cenizas se olvidan de su hoguera o la culpa se asila en su pasado una carta de amor es por lo general un pobre afluente de un río caudaloso y nunca está a la altura del paisaje ni de los ojos que miraron verdes ni de los labios dulces que besaron temblando o no besaron ni del cielo que a veces se desploma en trombas en escarnio o en granizo una carta de amor puede enviarse desde un altozano o desde una mazmorra desde la exaltación o desde el duelo pero no hay caso / siempre será tan sólo un calco una copia frugal del sentimiento una carta de amor no es el amor sino un informe de la ausencia Mario Benedetti
ASUNCION DE TI Quién hubiera creído que se hallaba sola en el aire, oculta, tu mirada. Quién hubiera creído esa terrible ocasión de nacer puesta al alcance de mi suerte y mis ojos, y que tú y yo iríamos, despojados de todo bien, de todo mal, de todo, a aherrojarnos en el mismo silencio, a inclinarnos sobre la misma fuente para vernos y vernos mutuamente espiados en el fondo, temblando desde el agua, descubriendo, pretendiendo alcanzar quién eras tú detrás de esa cortina, quién era yo detrás de mí. Y todavía no hemos visto nada. Espero que alguien venga, inexorable, siempre temo y espero, y acabe por nombrarnos en un signo, por sitiarnos en alguna estación por dejarnos allí, como dos gritos de asombro. Pero nunca serás. Tú no eres ésa, yo no soy ése, ésos, los que fuimos antes de ser nosotros. Eras sí pero ahora suenas un poco a mí. Era sí pero ahora vengo un poco de tí. No demasiado, solamente un toque, acaso un leve rasgo familiar, pero que fuerce a todos a abarcarnos a tí y a mí cuando nos piensen solos. Mario Benedetti
Poema del árbol. Árbol, buen árbol, que tras la borrasca te erguiste en desnudez y desaliento, sobre una gran alfombra de hojarasca que removía indiferente el viento... Hoy he visto en tus ramas la primera hoja verde, mojada de rocío, como un regalo de la primavera, buen árbol del estío. Y en esa verde punta que está brotando en ti de no sé dónde, hay algo que en silencio me pregunta o silenciosamente me responde. Sí, buen árbol; ya he visto como truecas el fango en flor, y sé lo que me dices; ya sé que con tus propias hojas secas se han nutrido de nuevo tus raíces. Y así también un día, este amor que murió calladamente, renacerá de mi melancolía en otro amor, igual y diferente. No; tu augurio risueño, tu instinto vegetal no se equivoca: Soñaré en otra almohada el mismo sueño, y daré el mismo beso en otra boca. Y, en cordial semejanza, buen árbol, quizá pronto te recuerde, cuando brote en mi vida una esperanza que se parezca un poco a tu hoja verde... José Ángel Buesa
La primera poesía que conocí de este poeta: Si alguna vez la vida te maltrata acuérdate de mi que no puede cansarse de esperar aquel que no se cansa de mirarte. LUIS GARCÍA MONTERO