TRES GOTITAS DE AGUA El Alba paseaba una mañana cerca de una camelia y oyó pronunciar su nombre por tres gotas cristalinas. Se aproximo, luego posándose en el corazón de la flor, pregunto cariñosa: -¿Que desean de mi, gotas brillantes? -Que vengas a decidir una cuestión, dijo la primera. Somos tres gotas diferentes reunidas en diversos puntos. Queremos que digas cual de nosotras vale más y cual es la más pura. -Acepto, habla tú, gota brillante. Y la primera gota trémula hablo así: -Yo vengo de las altas nubes, soy hija de los grandes mares, nací en el ancho océano. Después de andar por mil borrascas, una nube me absorbió. Fui a las alturas, donde brillan las estrellas, y de allá, rodando entre rayos, caí en la flor en la que descanso ahora. Yo represento al océano. -Habla tú, gota brillante, dijo el Alba a la segunda. -Yo soy el rocío que tiembla sobre los lirios, soy hermana de la Luna, soy hermana de las tinieblas que se forman en cuanto llega la noche. Yo represento al amanecer del día. -¿Y tú? Pregunto el Alba a la más pequeña. -Yo nada valgo. -Habla, ¿de donde vienes? -De los ojos de una madre. Soy gotitas de lágrimas. -Esta es la de más valor, es la más pura. -Pero yo fui océano. -Yo atmósfera -Si, trémulas gotas, más ésta fue corazón. Y el Alba desapareció por la región azul, llevando a la gota humilde.
El amor de una madre es insustituible anny. EL VIOLINISTA Ocurrió en París, en una calle céntrica aunque secundaria. Un hombre, sucio y maloliente tocaba un viejo violín. Frente a él y sobre el suelo estaba su boina, con la esperanza de que los transeúntes se apiadaran de su condición y le arrojaran algunas monedas para llevar a casa. El pobre hombre trataba de sacar una melodía, pero era imposible identificarla debido a lo desafinado del instrumento y a la forma displicente y aburrida con que tocaba. Un famoso concertista, que junto con su esposa y unos amigos salía de un teatro cercano, pasó frente al mendigo musical. Todos arrugaron la cara al oír aquellos sonidos tan discordantes. Y no pudieron menos que reír de buena gana. La esposa le pidió, al concertista, que tocara algo. El hombre echó una mirada a las pocas monedas en el interior de la boina del mendigo, y decidió hacer algo. Le pidió el violín, y el mendigo musical se lo prestó con cierto resquemor. Lo primero que hizo el concertista fue afinar sus cuerdas. Y después, vigorosamente y con gran maestría arrancó una melodía fascinante del viejo instrumento. Los amigos comenzaron a aplaudir y los transeúntes comenzaron a arremolinarse para ver el improvisado espectáculo. Al escuchar la música, la gente de la cercana calle principal acudió también y pronto había una pequeña multitud escuchando arrobada el extraño concierto. La boina se llenó no solamente de monedas, sino de muchos billetes de todas las denominaciones. Mientras el maestro sacaba una melodía tras otra, con tanta alegría. El mendigo musical estaba aún más feliz de ver lo que ocurría y no cesaba de dar saltos de contento y repetir orgulloso a todos: " ¡¡Ese es mi violín!! ¡¡Ese es mi violín!!". Lo cual, por supuesto, era rigurosamente cierto. La vida nos da a todos un violín, que son nuestros conocimientos, habilidades y aptitudes. Y tenemos libertad para tocar ese violín como nos plazca. Algunos, por pereza, ni siquiera afinan ese violín. No perciben que hay que prepararse, aprender, desarrollar habilidades y mejorar constantemente nuestras aptitudes si hemos de dar un buen concierto. Pretenden una boina llena de dinero, y lo que entregan es una discordante melodía que no gusta a nadie.
Hola; ¡¡¡¡Cuanta verdad hay en este relato!!! Espero les guste. LA TRISTEZA Y LA FURIA En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta... En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas... Había una vez un estanque maravilloso. Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente. Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia. Las dos se quitaron sus vestimentas y, desnudas las dos, entraron al estanque. La furia, apurada como siempre está la furia, urgida –sin saber por qué- se bañó rápidamente y más rápidamente aún salió del agua. Pero la furia es ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró. Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza... Y así vestida de tristeza, la furia se fue. Muy calma y muy serena; dispuesta, como siempre, a quedarse en el lugar donde está; la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque. En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba... Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta, es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia. Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos, es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza... Besitos Anny
ANNY: Maravillosa la Leyenda de la Cebolla; gracias por compartila con nosotros. MANALV: Algo precioso que no debemos olvidar en el día a día, esencial para poder seguir adelante en esta sociedad que vivimos. Me encantan todas estas cosas tan bonitas de leer, un día os pongo yo alguna de las muchas que tengo.
Nuevamente un relato muy bonito e interesante anny. TENER IMAGINACIÓN Un cazador va a África y lleva su perrito para no sentirse solo. Un día, ya en África, el perrito, persiguiendo mariposas, se aleja y se extravía, comenzando a vagar solo por la selva. En eso ve a lo lejos que viene una pantera enorme a todo correr, y al ver que la pantera lo quiere devorar, piensa rápidamente qué puede hacer. Ve un montón de huesos de un animal muerto y se pone a mordisquearlos. Cuando la pantera está a punto de atacarlo, el perrito dice: "¡Uah..., qué rica estaba esta pantera que me acabo de comer!". La pantera lo escucha y frena en seco, gira y huye despavorida pensando: "¡Este animal casi me come a mi también!". Un mono que andaba trepando en un árbol cercano y que había visto y oído toda la escena, sale corriendo tras la pantera para contarle cómo había sido engañada por el perrito. Pero el perrito oye al mono chivato. El mono contó todo a la pantera, y esta, muy enojada, le dice al mono: "¡Súbete a mi espalda y busquemos a ese perro maldito, a ver quién se come a quién!". Y salen corriendo a toda velocidad a buscar al perrito. El perrito ve a lo lejos que vuelve la pantera, ahora con el mono chivato encima. "¿Y ahora qué hago...?", se pregunta. En vez de salir corriendo, que habría sido su perdición, se queda sentado dándoles la espalda como si no los hubiera visto. Cuando la pantera está a punto de atacarle, el perrito dice: "¡Pero qué mono más sinvergüenza...! ¡Hace media hora que lo mandé a traerme otra pantera y todavía no ha aparecido...!". Como decía Albert Einstein, en los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.
Manalv; .¡¡ Cuanta razón tienes, no puede haber amor más grande!!! Te dejo una frase; "" Si el amor de Dios se parece a algo en este mundo, es sin duda al amor de las madres" El violinista ya lo conocía, ¡¡es tan sabio este relato!! gracias por compartirlo!! Besitos Con todo mi cariño Anny