NO te enojes amiga.........pero estoy mareada con estas idas y venidas ALGUIEN QUE ME EXPLIQUEEEEEEEEEEEEE KAROOOOOOOOOOOOOO ONE TAAAAAAAAAAAAAAAAS???????
Me parece que mejor va a ser irse al Caribe. No lo mires tanto Geraldine que no es un Maersk. Sigosinestá.
Esto es para ti amiga Charo:Tienes toda la razón , retirémonos las dos , aunque sea a meditar. Estos mozalbetes , no han sabido valorar , dejemos el campo libre.......... Pero ya sabes , ni fideua, ni ajo arriero,ni paella.... ná de ná. Esa será la venganza.............y tranquila , volverán.Tu amigo Manalv mu listo , se me escapó por los pelos..... Venga , un saludo para todos
Amigo Malanv, mi no entender lo de copácito.... Y por mi parte no habia ningún tipo de acuerdo tácito, todo es pura inspiración....somos geniales amigo!!!!!! venga besines ........
Bueno Jane, digo Mayos si se te ha olvidado, a mí también. Que conste que no estoy pero a veces me conecto por el ordenador herencia de los Picapiedra y que llevo atado a la cola de mi caballo. Ahora es un caballo cibernético. Mevueltoaí. Sacabó.
.............Que yo que? ................Ufffffff!!!!!!!!!!!!!!!, otra vez Gera....pero la gente va a pensar que sos tonta Vos estas metida en esto solo, por que estos dos quieren pelear como quincianeros, en baile ..........pero por nadie, se sorteaba una excusa y vos tenias....todos los numeros Eso si... ya que estabamos, tome tribuna... ....a los amigos hay que apoyarlos no? Pero Manalv se enojo por que vos defendiste a Kali y por eso le quito el nombre al Queen Gera no se que... Bueno vos Gera deja de meterte en lios y quedate quietecita aca al lado mio , que hoy tuve que salir y si te tengo que correr para contarte lo que pasa....te tengo que tener cerca a Tod@s P.D. Charo perdonala, no sabe lo que hace
Lo siento pero me acaba de dar un ramalazo de melancolía y nostalgia y tengo las armas desparramadas por el suelo. Poner la letra de la canción de Perales ha sido demasiado para mí. Y para colmo acabo de releer a Bécquer. Tendré que buscar a Espronceda antes de entrar en batalla. Cosas del Otoño.
La Cautiva, de José de Espronceda. Ya el sol esconde sus rayos, el mundo en sombras se vela, el ave a su nido vuela, busca asilo el trovador. Todo calla: en pobre cama duerme el pastor venturoso, en su lecho suntuoso se agita insomne el señor. Se agita: mas ¡ay! reposa al fin en su patrio suelo, no llora en mísero duelo la libertad que perdió: los campos ve que a su infancia horas dieron de contento, su oído halaga el acento del país donde nació. No gime ilustre cautivo entre doradas cadenas, que si bien de encanto llenas, al cabo cadenas son. Si acaso triste lamenta, en torno ve a sus amigos, que, de su pena testigos, consuelan su corazón. La arrogante erguida palma que en el desierto florece, al viajero sombra ofrece, descanso y grato manjar: y, aunque sola, allí es querida del árabe errante y fiero, que siempre va placentero a su sombra a reposar. Mas ¡ay triste! yo cautiva, huérfana y sola suspiro, el clima extraño respiro, y amo a un extraño también; no hallan mis ojos mi patria; humo han sido mis amores; nadie calma mis dolores, y en celos me siento arder. ¡Ah! ¿Llorar? ¿Llorar?... no puedo, ni ceder a mi tristura, ni consuelo en mi amargura podré jamás encontrar. Supe amar como ninguna, supe amar correspondida; despreciada, aborrecida; ¿No sabré también odiar? ¡Adiós, patria! ¡adiós, amores! la infeliz Zoraida ahora sólo venganzas implora, ya condenada a morir. No soy yo del castellano la sumisa enamorada, soy la cautiva cansada ya de dejarse oprimir.
La Canción del Pirata Con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela, no corta el mar, sino vuela, un velero bergantín: bajel pirata que llaman, por su bravura, el Temido, en todo mar conocido del uno al otro confín. La luna en el mar riela, en la lona gime el viento, y alza en blando movimiento olas de plata y azul; y va el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Asia a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Estambul: "Navega, velero mío, sin temor, que ni enemigo navío, ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor. Veinte presas hemos hecho a despecho del inglés, y han rendido sus pendones cien naciones a mis pies." Que es mi barco mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. "Allá muevan feroz guerra ciegos reyes por un palmo más de tierra; que yo aquí tengo por mío cuanto abarca el mar bravío, a quien nadie impuso leyes. Y no hay playa, sea cualquiera, ni bandera de esplendor, que no sienta mi derecho y dé pecho a mi valor." Que es mi barco mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. "A la voz de «¡barco viene!» es de ver cómo vira y se previene a todo trapo a escapar; que yo soy el rey del mar, y mi furia es de temer. En las presas yo divido lo cogido por igual; sólo quiero por riqueza la belleza sin rival." Que es mi barco mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. ¡Sentenciado estoy a muerte! Yo me río; no me abandone la suerte, y al mismo que me condena, colgaré de alguna entena, quizá en su propio navío. Y si caigo, ¿qué es la vida? Por perdida ya la di, cuando el yugo del esclavo, como un bravo, sacudí. Que es mi barco mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. "Son mi música mejor aquilones, el estrépito y temblor de los cables sacudidos, del negro mar los bramidos y el rugir de mis cañones. Y del trueno al son violento, y del viento al rebramar, yo me duermo sosegado, arrullado por el mar." Que es mi barco mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.
El Reo de Muerte, de José de Espronceda. Reclinado sobre el suelo con lenta amarga agonía, pensando en el triste día que pronto amanecerá, en silencio gime el reo y el fatal momento espera en que el sol por vez postrera en su frente lucirá. Y en sueños confunde la muerte, la vida: recuerda y olvida, suspira, respira con hórrido afán. Y en un mundo de tinieblas vaga y siente miedo y frío, y en su horrible desvarío palpa en su cuello el dogal; y cuanto más forcejea, cuanto más lucha y porfía, tanto más en su agonía aprieta el nudo fatal. O ya libre se contempla, y el aire puro respira, y oye de amor que suspira la mujer que un tiempo amó, bella y dulce cual solía, tierna flor de primavera, el amor del la pradera que el abril galán mimó. Y gozoso a verla vuela, y alcanzarla intenta en vano, que al tender la ansiosa mano su esperanza a realizar, su ilusión la desvanece de repente el sueño impío, y halla un cuerpo mudo y frío y un cadalso en su lugar: y oye a su lado en son triste lúgubre voz resonar: ¡Para hacer bien por el alma del que van a ajusticiar!