Una historia de amor

Tema en 'Temas de interés (no de plantas)' comenzado por Principito, 22/8/04.

  1. Principito

    Principito

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    Hola Gera, esta noche voy a brindar tambien por vos y dianita, espero que la pases bien y no te pases con la bebida y la comida :11risotada:

    La postal no sale, al menos decime que imagen era?

    Salu2 :11risotada:
     
  2. Geraldine

    Geraldine Geraldine

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    :cry: no, lo he editado varias veces pero no sale.......:17nuse:
    En fin, lee nuevamente porque he puesto un texto dedicado a ustedes y espero que les guste ;)
     
  3. Principito

    Principito

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    Leí y me gusto mucho para :pensando:

    Gracias mujer bonita ;)

    Salu2 :pensando:
     
  4. Geraldine

    Geraldine Geraldine

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    Porqué te quedaste pensando??????? :16duda:
    Dice una gran verdad no????? Cuando lo recibí vi que era tal cual, es muy cierto. Hay personas que te traen alegría a tus vidas, pero por poco tiempo, otras que te traen tristezas y se van. Pero otras como ustedes, permanecen por siempre y traen alegría y enseñanzas a nuestras vidas....
    Karo y vegaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa one taaaaaaaaaaaaaaaaaaaan???????
     
  5. Principito

    Principito

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    Hola Geraldine, ves si hoy cayo mi productividad es por tu culpa :11risotada:

    Estoy totalmente de acuerdo con el texto, lo que hace pensar es la parte que dice:

    “Algunas personas llegan a tú vida por una razón, por una estación o por toda una vida. Cuando tú sepas que es cada persona, sabrás que hacer con cada uno de ellos.”

    Para mi no es tan fácil saber que es cada persona, supongo que eso se sabe solo con el tiempo; yo siempre quiero que sean personas para toda la vida, porque soy un soñador :24revolcado:

    Para mi vos tambien estas en la categeria para toda la vida :beso:

    Salu2 :pensando:
     
  6. vega

    vega

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    Hay un loco por ahí que se debe creer descendiente de los indios apaches a pesar de ser rubio como el verano.
    Va lanzando flechas a diestro y siniestro mientras se ríe. La gente no le para, pero él sigue molestando con sus flechas, y para colmo, a veces lo ves con los ojos vendados y disparando a cualquier inocente. Yo no sé cómo no lo encarcelan por escándalo público, ya que siempre va desnudo o con un simple pañal. Pero todo esto no es lo peor, lo peor es que se empeña en ponerse un par de alas, que no sé de qué estarán hechas, pero a mí me dan alergia.
    Y no vean lo mal que lo paso, los ojos llorosos, el carácter se me irrita, parezco boba... un asco, vamos. Sin embargo, yo ya paso de hablar con él, porque cuando lo veo y señalo, la gente me mira como si me faltara un tornillo. Es más, no han sido pocas veces ni nada las que me han dicho que veo visiones. Nada, que aquí todos son unos hipócritas. Se enojan por una mosca de nada y sin embargo, ni se inmutan cuando el loco ése les lanza flechas.

    Aldra. "cupido"


    Yo también creo que se necesita tiempo para reconocer a las pesonas que te acompañarán toda la vida, pero a veces te das cuenta casi inmediatamente... (sobre todo si el loco de las flechas hace de las suyas....)

    besos, bego.
     
  7. karo.

    karo.

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    :beso: A los tres, lei todo y me gusto muchisimo.
    Gera, opino como Principito....tú categoria esta en para toda la vida. ;)
    Vego y Principito....después que descanse un rato....les pongo algo.
    Un beso y me voy a dormir un rato que no doy más. :9998durmiendo:
     
  8. Geraldine

    Geraldine Geraldine

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    :cry: y a mi no me pones nada??????
     
  9. vega

    vega

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    Mientras karo duerme yo te pongo algo.

    Hoy nevó y hace frío...

    creo que yo también me voy a dormir.


    [​IMG]

    y el cuento


    Como ciertos árboles nacen torcidos y ciertos animales nacen bellos, él había nacido bueno, con un corazón tierno y jugoso. Tan jugoso y tierno que, de tocarlo, se hubiera deshecho entre las manos como un puñado de espuma.

    Piel afuera era un hombre corriente que vestía pantalones de dril, y camisa de mezclilla y llevaba los pies descalzos. Piel adentro era dulce y suave como los frutos maduros a la sombra. Fresco como los zacatales después de la llovizna.

    Su rostro, endurecido por el sol y el trabajo del campo, dejaba adivinar una ternura escondida, como se adivina la savia debajo de la corteza de los cedros.

    Su voz tranquila, suave y acariciante, parecía haber sido hecha con algodones húmedos y pulpa de durazno.

    Amaba a todos los hombres y a todos los animales. Por eso, en el pueblo, era considerado un hombre raro. El amor arraiga tan pocas veces en los corazones humanos que, cuando alguno lo posee y le florece, los demás lo miran a hurtadillas, como si fuera un ser llegado de otro planeta.

    Amaba a los hombres, a los animales domésticos y hasta a los animales dañinos. Las serpientes tenían un sitio predilecto en su casa de amor, de seguro por ser tan perseguidas y odiadas.

    Hasta su nombre parecía haber sido escogido expresamente para él. Se llamaba Francisco, como el de Asís, y como él llamaba a todas las criaturas sus hermanas.

    No tenía que hacer ningún esfuerzo para amar. Había nacido con el amor adentro como una semilla. Si un perro mordía a un niño, consolaba al niño y hallaba siempre una disculpa para justificar la conducta del perro. Si veía a un hombre apalear a una culebra, lo reprendía dulcemente.

    - Las culebras son nuestras hermanitas menores. Tienen derecho a vivir y a ser amadas como nosotros. No hacen daño sino cuando se las molesta.

    Todos se reían de él y lo consideraban un hombre raro. Pero él seguía predicando amor hacia todos los seres hacia todas las cosas, porque había nacido con el amor adentro, como una semilla.

    Es de tarde. Corre un viento cálido y picante que hace humedecerse de sudor la carne. Algunas nubes descansan, perezosamente en el filo de las montañas.

    Frente a la pequeña pulpería del pueblo, Francisco conversa con dos compañeros de trabajo. Otros hombres, burlonamente, escuchan.

    -Una vez- dice Francisco - mientras caminaba por la montaña, uno de mis pies se hundió en una cueva. Sentí el calor de la tierra abrazándome la piel deliciosamente. Iba a levantar el pie para sacarlo, cuando sentí algo que se arrollaba suavemente a mi tobillo. Comprendí que una de nuestras hermanitas menores se hallaba descansando en aquel hueco y que yo había turbado su reposo. Mantuve mi pie inmóvil para evitar su mordedura. Porque han de saber ustedes que nuestras hermanitas menores no son malas. No tienen el rencor adentro, sino el amor. Dios no ha creado a ningún ser para que odie, sino para que ame. Si dotó de colmillos a las serpientes, no fue para el ataque sino para la defensa. Mantuve, pues, el pie quieto y en silencio esperé. Cuando hubo pasado una media hora, el animalito comenzó a deslizarse suavemente hasta soltar mi tobillo. Entonces, lentamente, con serenidad, levanté el pie. Abajo, en el hoyo, pude ver a nuesta hermanita durmiendo nuevamente. Esto me ha hecho creer que ni las culebras - que son tan odiadas y temidas - atacan si no son molestadas. Ellas inyectan su veneno en legítima defensa, como lo hará cualquiera de nosotros si tuviera veneno en los colmillos y sintiera o creyera sentir que su vida corre peligro. Por eso, cuando alguno es mordido por una culebra no debe culpar a nadie sino a si mismo. Y debe culparse a si mismo, porque el hombre tiene una mente superior, un cerebro que le permite saber lo que se debe y lo que no debe hacer. La culebra en cambio puede equivocarse al juzgar las intenciones del hombre
    .

    besotes, beg@
     
  10. Geraldine

    Geraldine Geraldine

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    Qué gran verdad!!!!!


    Vega, me encantó el relato, me lo imprimí para mostrárselo a mi mamá. Ella es muy parecida a lo que predica este buen hombre del relato. Ella fué quien me inculcó el amor hacia TODOS LOS ANIMALES del planeta.
    Hace unos meses apareció una serpiente en el frente de la casa del vecino, tenía unos colores rojizos hermosos y según dice mi marido, era venenosa. Tratamos de hacer el menor escándalo posible para que los demás vecinos no la vieran y mi esposo fué en busca del rastrillo para volverla a su habitat (era un día de mucho calor y en el bosque de pinos frente a mi casa se desató un incendio.....la pobrecita debe de haber huido del mismo y vino a guarecerse allí). Cuando regresó mi marido con el rastrillo, mi vecino victorioso la mostraba a los demás vecinos :icon_evil: y espantado por el peligro que significaba que una serpiente venenosa estuviera allí cerca de los niños.......nunca pudimos hacerle entender que si no las molestan, ellas no atacan :cry: , que lo mejor hubiera sido devolverla a su habitat porque se había equivocado de camino nada más........
    Creo Vegui que la gente debe empezar a sacarse los miedos hacia los animales y aprender a convivir con ellos; ellos se merecen vivir al igual que nosotros....
    Un beso y gracias por el mensaje, me encantó!!!!! :beso:
     
  11. karo.

    karo.

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    Gera, para vos tambien iba a poner algo... :roll: Y más cuando me acorde de vos durante el viaje...cuando veia a los camiones de Maerks Y Maersk Sealand :beso:
    Veg@, gracias por la nieve y el cuento... :beso:
    Principito....nunca me resultarias molesto.. :beso: y que yo soy que? :angelpillo:


    Mientras dormías

    *
    Anoche, mientras dormías,
    en la distancia te soñaba...
    en la oscuridad de mi cama,
    tu nombre hablaba en mi boca,
    se hacía a la vez caricia y lamento.

    **
    Decías...
    dame la mano amor,
    sin ti me pierdo en el silencio.

    Sin tí soy pájaro sin nido,
    lluvia sin huerto, voz sin eco.

    **
    Tus palabras me inquietaban,
    lancé mi mano al vacío, buscando el calor de tu cuerpo.

    No lo hallaba,
    buscaba y buscaba, pero no lo hallaba...

    **
    Poco a poco, el miedo de tu ausencia
    se convertía en escarcha helada, paralizaba el alma,
    mordía sin piedad la soledad de mi cama...

    **
    En vano luchaba por despertar del sueño,
    cuánto más te buscaba, más te perdías en la nada,
    sentía que me fundía en el hielo del silencio.
    Y no sé que fué que cambió el color del sueño...

    **
    De repente,
    un soplo de ternura calmó los latidos locos de mi pecho.

    Sentí tu aliento de vida en las mejillas,
    tus labios bebieron mis lágrimas,
    y tus brazos anudaron mi cuerpo, húmedo de miedo.

    **
    Los párpados inquietos al fín se abríeron,
    sentí tu presencia, respiré tu cuerpo, acaricié tu pelo,
    bebí tus besos... y al hacerlo,
    en un suspiro de paz, me venció el sueño.



    Mari-Ange Bonnevie

    :beso:
     
  12. Principito

    Principito

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    Hola, karo que lindo leerte de vuelta, espero que ya se te haya pasado la resaca de los festejos, porque leí por ahí que todavía andas medio dormida :11risotada:
    Para colmo dejas "Mientras dormias" ;) Muy lindo, de verdad :beso:

    Vega yo actue de cupido en la escuela primaria y el pañal de cupido me quedaba un poco grande así que termine enseñándole el trasero a todo el colegio, eso fue en segundo grado, así que lo recuerdo tan solo como un sueño, por suerte :24revolcado:
    El cuento de Francisco es muy aleccionador, para respetar el lugar que cada ser vivo tiene en este mundo.

    Con las víboras, como cuenta Gera, existen muchos casos de temor injustificado; hace un tiempo estaba viendo un documental sobre los escorpiones y en algunos lugares de EE.UU. tienen muchos problemas, porque se meten en la casa por la noche y al amanecer se meten en cualquier lado oscuro para descansar, como puede ser un zapato, una prenda de vestir tirada en el suelo y hay muchos casos de picaduras, la cosa es más grave en los casos de los niños, ya que a veces no soportan el veneno. Todo un tema.

    Salu2 :pensando:
     
  13. karo.

    karo.

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    :11risotada: Resaca bastante....pero lo peor fue quedar barada más de 4 horas en San Antonio de Areco (en una combi con hijos, sobrinos, cuñados y mis hermanas.... :99998indignado: ) Para aliviar la mala racha, seguiamos brindando con lo que habia quedado del 25. :41amigosbebiendo:
    Pero bueno esas son las cosas lindas de la vida.....no? :11risotada:
    :beso: Principito
     
  14. Principito

    Principito

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  15. karo.

    karo.

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    :beso:
    Bueno para Gera que no quiere que la deje afuera... :sonrisa:

    A imagen y semejanza

    Era la última hormiga de la caravana, y no pudo seguir la ruta de sus compañeras. Un terrón de azúcar había resbalado desde lo alto, quebrándose en varios terroncitos. Uno de éstos le interceptaba el paso. Por un instante la hormiga quedó inmóvil sobre el papel color crema. Luego, sus patitas delanteras tantearon el terrón. Retrocedió, después se detuvo. Tomando sus patas traseras como casi punto fijo de apoyo, dio una vuelta alrededor de sí misma en el sentido de las agujas de un reloj. Sólo entonces se acercó de nuevo. Las patas delanteras se estiraron, en un primer intento de alzar el azúcar, pero fracasaron. Sin embargo, el rápido movimiento hizo que el terrón quedara mejor situado para la operación de carga. Esta vez la hormiga acometió lateralmente su objetivo, alzó el terrón y lo sostuvo sobre su cabeza. Por un instante pareció vacilar, luego reinició el viaje, con un andar bastante más lento que el que traía. Sus compañeras ya estaban lejos, fuera del papel, cerca del zócalo. La hormiga se detuvo, exactamente en el punto en que la superficie por la que marchaba, cambiaba de color. Las seis patas hollaron una N mayúscula y oscura. Después de una momentánea detención, terminó por atravesarla. Ahora la superficie era otra vez clara. De pronto el terrón resbaló sobre el papel, partiéndose en dos. La hormiga hizo entonces un recorrido que incluyó una detenida inspección de ambas porciones, y eligió la mayor. Cargó con ella, y avanzó. En la ruta, hasta ese instante libre, apareció una colilla aplastada. La bordeó lentamente, y cuando reapareció al otro lado del pucho, la superficie se había vuelto nuevamente oscura porque en ese instante el tránsito de la hormiga tenía lugar sobre una A. Hubo una leve corriente de aire, como si alguien hubiera soplado. Hormiga y carga rodaron. Ahora el terrón se desarmó por completo. La hormiga cayó sobre sus patas y emprendió una enloquecida carrerita en círculo. Luego pareció tranquilizarse. Fue hacia uno de los granos de azúcar que antes había formado parte del medio terrón, pero no lo cargó. Cuando reinició su marcha no había perdido la ruta. Pasó rápidamente sobre una D oscura, y al reingresar en la zona clara, otro obstáculo la detuvo. Era un trocito de algo, un palito acaso tres veces más grande que ella misma. Retrocedió, avanzó, tanteó el palito, se quedó inmóvil durante unos segundos. Luego empezó la tarea de carga. Dos veces se resbaló el palito, pero al final quedó bien afirmado, como una suerte de mástil inclinado. Al pasar sobre el área de la segunda A oscura, el andar de la hormiga era casi triunfal. Sin embargo, no había avanzado dos centímetros por la superficie clara del papel, cuando algo o alguien movió aquella hoja y la hormiga rodó, más o menos replegada sobre sí misma. Sólo pudo reincorporarse cuando llegó a la madera del piso. A cinco centímetros estaba el palito. La hormiga avanzó hasta él, esta vez con parsimonia, como midiendo cada séxtuple paso. Así y todo, llegó hasta su objetivo, pero cuando estiraba las patas delanteras, de nuevo corrió el aire y el palito rodó hasta detenerse diez centímetros más allá, semicaído en una de las rendijas que separaban los tablones del piso. Uno de los extremos, sin embargo, emergía hacia arriba. Para la hormiga, semejante posición representó en cierto modo una facilidad, ya que pudo hacer un rodeo a fin de intentar la operación desde un ángulo más favorable. Al cabo de medio minuto, la faena estaba cumplida. La carga, otra vez alzada, estaba ahora en una posición más cercana a la estricta horizontalidad. La hormiga reinició la marcha, sin desviarse jamás de su ruta hacia el zócalo. Las otras hormigas, con sus respectivos víveres, habían desaparecido por algún invisible agujero. Sobre la madera, la hormiga avanzaba más lentamente que sobre el papel. Un nudo, bastante rugoso de la tabla, significó una demora de más de un minuto. El palito estuvo a punto de caer, pero un particular vaivén del cuerpo de la hormiga aseguró su estabilidad. Dos centímetros más y un golpe resonó. Un golpe aparentemente dado sobre el piso. Al igual que las otras, esa tabla vibró y la hormiga dio un saltito involuntario, en el curso del cual, perdió su carga. El palito quedó atravesado en el tablón contiguo. El trabajo siguiente fue cruzar la hendidura, que en ese punto era bastante profunda. La hormiga se acercó al borde, hizo un leve avance erizado de alertas, pero aún así se precipitó en aquel abismo de centímetro y medio. Le llevó varios segundos rehacerse, escalar el lado opuesto de la hendidura y reaparecer en la superficie del siguiente tablón. Ahí estaba el palito. La hormiga estuvo un rato junto a él, sin otro movimiento que un intermitente temblor en las patas delanteras. Después llevó a cabo su quinta operación de carga. El palito quedó horizontal, aunque algo oblicuo con respecto al cuerpo de la hormiga. Esta hizo un movimiento brusco y entonces la carga quedó mejor acomodada. A medio metro estaba el zócalo. La hormiga avanzó en la antigua dirección, que en ese espacio casualmente se correspondía con la veta. Ahora el paso era rápido, y el palito no parecía correr el menor riesgo de derrumbe. A dos centímetros de su meta, la hormiga se detuvo, de nuevo alertada. Entonces, de lo alto apareció un pulgar, un ancho dedo humano y concienzudamente aplastó carga y hormiga.


    Mario Benedetti